“Los argentinos son una manga de ladrones, del primero hasta el último”, dijo Jorge Batlle. Y más allá de tomarse como una frase infeliz por su investidura, muchos argentinos reconocieron públicamente que tenía razón, y otros lo hicieron por lo bajo, o lo pensaron.
Acá en Uruguay estamos asistiendo a la paradoja de descubrir que por estos lares también hay “una manga de ladrones”, no sé si son todos, pero que los hay los hay.
Recuerdo de chico ver en televisión un programa de Cacho de la Cruz, donde en un juego había que descubrir “detrás de qué puerta estaba el chancho”.
Volviendo al presente asistimos a un juego parecido, donde algunos nos sorprendemos de ver aparecer “Chanchos” detrás de algunas puertas, mientras que otros cruzan los dedos para que no aparezcan, y verse en la incómoda posición de no saber cómo justificar o taparlo.
Sucedió con las puertas de un 4º piso, de una Represa, de una Intendencia, de una Oficina de Migraciones, de una Cárcel, de un Ministerio, de un Puerto, de unos Aeropuertos, y hasta de una Multinacional.
Podemos retrotraernos a algún período anterior, cuando asistimos a la apertura de algunas puertas, como la de una Regasificadora que no fue, de una Cárcel, alguna Papelera, algunas Empresas del Estado con sus tarjetas o Mega Construcciones, algún Puerto que no fue muy profundo, apertura de muchas puertas para ingresos discriminados de funcionarios.
¿Cuantas puertas habrá que no se han abierto aún, y desvelan a muchos jerarcas?
¿Éste es el Uruguay que queremos?
¿Éste es el Uruguay que nos merecemos?
¡O queremos y nos merecemos un país diferente!
¡Una forma diferente de hacer política!
¡Un Modelo diferente de País!
¡Esta en tus manos y en tu voto! Porque somos responsables también de esas puertas.