Hace tiempo que perdí los modos. Y si alguno se ofende que no me lea. No estoy acá para gustarles a todos ni para hacer un monólogo políticamente correcto. Las cosas hay que decirlas por su nombre y es por eso (entre otras) que perdimos la elección. Por decir gre-gre para decir gregorio. Hoy leí una nota de J.R. Puppo con la que estoy muy de acuerdo cuando dice que las muertes no santifican a las personas y que hay que esperar las protocolares 72 hs después de que se vaya el asesino con San Pedro para hacer nuestros descargos. Bueno sería que el Parlamento pierda su tiempo honrando un homenaje a su figura y que si lo entierran en la chacra que lo hagan al lado del corral de los cerdos que en medio del campo no van a crecer ni las flores (esto último va por mi cuenta). Ya veremos.
Por otro lado, hoy me despacho que un fuma-porro como Di Cándia va a ser subsecretario de Vivienda. Que país bananero por Dios. Mi error fue creer que se puede vivir del estudio, el sacrificio y el trabajo honrado. Claramente es más fácil vivir de un cargo. Me pregunto a la “colibri” Goyeneche donde la pondrán. Imagino que en el MIDES recorriendo los barrios marginados. Tampoco se a donde enviaran a Iliana Da Silva que dejó su trabajo para ir a vivir al paraíso socialista de Venezuela y tuvo que volver casi escapando porque el fascista de Maduro era capaz de meterla presa.
En fin. Arrancó la murga. Que si fuera una murga joven hasta preparo pochoclo y espero a ver como les va. Pero esta murga es de la vieja guardia. Son cupleteros viejos.
De aquellos que chupaban vino en caja antes de subir al tablado. Impresentables por donde se los mire. Y aún así nos gobernaron y nos gobiernan. Ajo y agua. Unos por imbéciles y otros por imbéciles. Somos todos culpables. Los que los votaron y los que estando en el poder no pudimos conservarlo.
A joderse y aguantarse. Van a ser los 5 años más tristes del Uruguay desde que volvió la democracia. No es un deseo. Créame que me gustaría que no fuera así.
