El miedo no es la forma. Parte II: Oficialismo y oposición. Por Marcelo Martín Olivera

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Tanto oficialismo como oposición tenían claro que el resultado del referéndum, fuera el que fuera, sería ajustado. Para la izquierda fue un barómetro, necesitaba con urgencia saber a qué altura estaba después de perder las presidenciales y casi perder su bastión municipal, Montevideo. Para la Coalición de gobierno le sirve como encuesta de la intención de voto y ver qué tan firmes están para futuras elecciones. Ambas caras de la política marcaron la cancha para el no tan lejano 2024.

Números primarios. En noviembre 2019, los habilitados fueron 2.699.980, para el referéndum fueron 2.684.131.

Desde la izquierda se aposto a captar nuevos votos o traer a “los que se fueron” pero no fue suficiente. El mapa político del día después así lo confirma. En las elecciones del 2019 la formula Martínez/Villar obtuvo 1.152.271 votos a dos años y monedas con el referéndum obtuvo 1.065.001 votos. Queda claro la oposición necesitaba fogonear a su militancia y colocaron casi todas las fichas a una elección que fue un calco de los resultados del balotaje. Claramente fue un intento de atrasar la autocrítica y someter al campo de pruebas a los futuros líderes de la fuerza política para ver quién puede sacarlos de este atolladero.

El FA hace años viene escorando a la izquierda de la izquierda, la llegada de la cúpula del PIT-CNT a sus filas confirma eso. Además no sólo perdió el referéndum, también perdió eficacia militante y deja en evidencia que el sostén del FA es puramente emocional, a diferencia del resto de los partidos, que tienen mucho mayor voto de carácter racional. Por eso su necesidad constante de tener al aparato militante activo mediante ejercicios como recolección de firmas, marchas, paros y otras movilizaciones por el estilo. Esto se ratifica con el discurso final del domingo a la noche, pero por más que lo pinten de éxito la realidad es bastante decepcionante.

Desde la Coalición el resultado tampoco es para tirar cuetes. La fórmula Lacalle/Argimón obtuvo en noviembre 2019 1.189.313 votos emitidos en esa contienda, en el referéndum la cifra fría es de 1.087.557 y si se suman los votos en blanco (28747) se coloca la marca final en 1.116.304 votos. La Coalición pierde 73.009 pero se mantiene firme a pesar del desafío del referéndum, se confirma el liderazgo de Lacalle Pou y se afirma la aceptación de la LUC en la ciudadanía. Algo muy interesante para un gobierno que tiene que lidiar con la popularidad 15 años de izquierda y al que se ha acusado livianamente de tener una agencia de marketing detrás. Si bien es cierto que por momentos el actual gobierno parece estar saltando de charco en charco y de foto en foto, el resultado del referéndum nos confirma los números de las encuestas.

Los resultados del referéndum también ratifican algo que la LUC es el resultado de recorrer el país en campaña presidencial, de tomar contacto con las necesidades de TODO el país y trabajar en ellas. Hoy más que nunca, con el diario del lunes, se puede decir que los cambios propuestos por la LUC siguen más que vigentes y que atienden los severos problemas que fueron ignorados por 15 años de izquierda. Esos años fueron atendidas las necesidades de la capital y el interior tuvo un avance, pero no el prometido. Pero estos frutos se logran “por una cabeza”, no de forma holgada. La luz es casi verde.

Un dato no menor son los votos en blanco y anulados. En el balotaje los números fueron 38.024 votos en blanco y 53.193 hojas que fueron anuladas; para el referéndum los números fueron distintos 28.747 votos en blanco y 81.817 votos anulados. Si bien los votos en blanco contabilizaban para el NO en última instancia, son un porcentaje grande y se puede leer como un “no estoy de acuerdo con el SI, pero tampoco como se viene manejando el gobierno”. Esa es una luz interesante de ver, en tanto el voto anulado es una clara expresión de cansancio de una porción de la población que no quiere saber del típico binomio FA/Coalición, justamente estos dos nichos son interesantes de analizar y eventualmente capitalizar para ambas caras de la arena política.

Conclusión final del referéndum:

La izquierda depende de su militancia para marcar presencia y necesitan hacer una autocrítica que les permita salir de los relatos donde se refugiaron hace tiempo. Necesita con urgencia cambiar el discurso, apostar al dialogo y dejar de festejar “casi victorias”.

La Coalición tiene luz (casi) verde para seguir haciendo reformas dentro de país pero necesita moverse con menos tibieza para poder captar nuevamente a los votos en blanco y captar algún voto anulado. Necesita menos diplomacia para cumplir, en la medida de lo posible, con lo prometido en lo que respecta optimizar el Estado o buscar errores de la administración anterior para actuar en consecuencia.

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