El Fiscal de Corte Juan Gómez recibió este martes a una delegación de la “Intersocial Feminista”. El tema central de dicha reunión fue, según se expresó, distintos aspectos de la actuación del Fiscal de Delitos Sexuales Raúl Iglesias. Al parecer y antes de tener la reunión, el Fiscal Gómez había solicitado informes sobre 300 casos cuyo archivo había decretado el Fiscal Iglesias. Tanto el Fiscal Iglesias como la Asociación de Abogados Penalistas ven como una presión indebida de la “Intersocial Feminista” a la cual cedió el Fiscal Gómez. Por otra parte, el Dr. Juan Raúl Williman abogado de la denunciante en el caso en que se acusa de violación también presentó escrito ante el Fiscal Gómez en el que detalló “algunos deberes que no se cumplieron”. Es un muy somero resumen de las presiones cruzadas que existieron esta semana.
Sin conocer ni haber accedido a ninguno de los expedientes en cuestión corresponde igual señalar algunas cuestiones fundamentales. El archivo de un expediente no implica un pronunciamiento sobre el fondo del asunto. Con la misma velocidad que se archiva se puede desarchivar. Otra cuestión fundamental es la independencia técnica que deben tener los fiscales. ¿En qué consiste? Esta pregunta la responde claramente el artículo 5 de la ley 19.483 en cuanto establece “Los fiscales gozarán de independencia técnica en el ejercicio de sus funciones, la que consiste en el derecho a no recibir órdenes ni recomendaciones de parte de ningún jerarca de la institución ni autoridad ajena a la misma para proceder de una determinada manera en cada caso concreto”
En todo proceso el fiscal debe ceñirse al derecho. Esto que parece una obviedad conviene siempre repetirlo. Y precisamente uno de los principios básicos del derecho penal es el “Principio de Inocencia”. Dicho principio consiste en que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Es sin duda una de las grandes conquistas del republicanismo. En tal sentido, el Fiscal Iglesias se ampara en dicho principio y como tal es muy atendible.
Por otra parte y refiriendo a lo actuado por el Fiscal de Corte. ¿Hizo bien o mal en recibir a la Intersocial Feminista? Y aquí, a riesgo de ser tedioso vuelvo a transcribir una norma jurídica: el artículo 30 de la Constitución. Dicho artículo establece: “Todo habitante tiene derecho de petición para ante todas y cualesquiera autoridades de la República”. Así de sencillo, es lo que se denominan “peticiones simples”. ¿Ello implica que se debe acceder a lo solicitado? No, de ninguna manera. En el caso el Fiscal Gómez al amparo del artículo 30 debe permitir hacer su petición a la Intersocial Feminista ya sea en forma verbal o escrita.
Si uno analiza los hechos, y toma en cuenta las normas citadas no se puede concluir otra cosa que hasta el momento y con la información disponible se ha actuado conforme a derecho. Tanto el Fiscal de Corte como el Fiscal Iglesias. También uno se pregunta ¿por qué entonces ha sido titular de todos los medios de prensa esta situación? Y allí es donde uno percibe que los ánimos están crispados. En primer lugar porque existe una demanda lógica de protección frente a los posibles abusos sexuales. Frente a ello también existe un reclamo lógico también de respetar el Principio de Inocencia y un principio no menos importante: El Principio de Igualdad el cual se resume en la expresión “todos somos iguales ante la ley”. Ni el Fiscal Iglesias contravino norma alguna al ordenar archivo (al menos nada surge de la información aparecida en la prensa) ni el Fiscal de Corte dejó de cumplir norma alguna al recibir a la Intersocial Femenina. Admito sí que me puede dejar alguna duda el pedido de informes que hizo el Fiscal de Corte porque en los hechos puede terminar siendo una investigación encubierta y en tal caso obrar como elemento disuasorio sobre el ánimo del Fiscal Iglesias. Nos quedamos con esas dudas las cuales justificarían la actitud mediática que asumió el Fiscal Iglesias buscando quizás protección en la opinión pública.
Yo creo que todos los episodios de esta semana relacionados con este tema nos llevan al título: ni tanto ni tan poco. No es para tanto pero tampoco puede pasar desapercibido.