Comienzo esta segunda parte agradeciendo un comentario de la nota anterior, donde Pablo refresca la frase «Cuando el peligro llega y no antes, Dios es aclamado y el Soldado es venerado, cuando el peligro ha pasado, Dios es olvidado y el Soldado despreciado.»
Desconozco también el autor, pero no deja de ser muy real en su esencia y mensaje.
Y haciendo un poco de historia, recordemos que el Brigadier General Manuel Ceferino Oribe y Viana, Segundo Presidente de Uruguay, y Segundo Jefe de la Cruzada Libertadora de 1825, que estaba al mando del General Juan Antonio Lavalleja, durante su presidencia y enfrentado al General Fructuoso Rivera, decreta el 10 de Agosto de 1836 que la población civil y militar debía usar un distintivo o divisa de color blanco con la inscripción: “DEFENSOR DE LAS LEYES”.
¿Qué significa ser un Defensor de las Leyes?
¿Se aplica también para Defender la Constitución?
El Partido Nacional tomó ese 10 de Agosto como su nacimiento, con esa divisa blanca, y así lo festeja año a año.
“186 años de Defensa de las Leyes no es poca cosa”.
Pero la historia a veces nos da sorpresas.
Alguien me puede sacar la duda sobre, ¿cómo fueron realmente los entretelones de los hechos acaecidos en el año 1973, que cambiaron la historia del país?
Tengo otra pregunta para hacer en general, la Defensa de las Leyes y la Constitución, ¿es respetarlas y aplicarlas por igual para TODOS los ciudadanos, o INTERPRETARLA en forma Antojadiza y según la Conveniencia Circunstancial?
¿Somos realmente TODOS los uruguayos iguales ante la Ley y la Constitución?
¿Quién o quiénes deben velar porque eso suceda?
Hay más, mucho más para preguntar. Lo seguiré haciendo en próximas ediciones.
