AÑORALGIAS… Por Nelson Jorge Mosco Castellano

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AÑORALGIAS, una genialidad de “Les Luthiers” es una zamba burlesca, mezcla contradictoria de añoranzas y dolores, que hace del recuerdo del “pago” un delirio de acontecimientos disparatados que se fueron acumulando. La remembranza de un paisano de supuestos atributos del pago, que en realidad son absolutas desgracias, como inundaciones, manadas de lobos, buitres en bandadas, huracanes, mosquitos malvados, sequías, y que,  remata: “Y al atardecer llueven meteoritos”. El célebre ensemble compuso una canción al mismo tiempo simbólica y profética; un oráculo realiza el inventario de acontecimientos perversos y creaciones malevolentes, en una suerte de retroceso al primitivismo. Expone la visión desde afuera de la realidad que distorsionada desde adentro tolera tanto desatino.

Desde nuestro pago, con añoralgia, seguimos buscando la magia milagrosa de un profeta, una pitonisa, un brujo o un manosanta, mientras nos debatimos entre quienes quieren reducirnos al esclavismo y quienes toleran sus acciones disolventes, se resisten a cambiar lo que está mal, para no chocar y mantener espacios de privilegio. Cambios, “moderados” también son violentamente rechazados por sediciosos que quieren hundir a la sociedad.

El 41% de los uruguayos aprueba a un gobierno que intenta no agregar más problemas a quienes tratan cada día de buscarle la vuelta, pero, sin sacarnos de la mediocridad, en la que estamos empantanados y en retroceso desde hace casi 100 años. Zafamos, por ahora, de vivir como otros “pagos” donde la añoralgia denuncia situaciones sociales terminales, en los que la degradación humana la anomia, la corrupción y la anarquía ya han ganado por goleada.  Sociedades que miramos aterrados, sin advertir que nos vamos acercando, peligrosamente a esa zamba-parodia, paradójicamente escrita por argentinos.

Hagamos un somero inventario de nuestras añoralgias.

La ministra de economía incorporó “LA RELGA FISCAL” ganándole el plebiscito a los “compañeros” del gasto público sin límite. El gobierno no puede gastar más recursos que los previstos en un presupuesto plagado de gastos inútiles, organismos impertinentes, y una debacle de inoperancia que supera nuestra capacidad fiscal. Añoralgia de los que no aguantan más sin una rebaja tributaria, una flexibilización laboral, y UN ORDENAMIENTO SUSTANCIAL DE LOS GASTOS INÚTILES DEL ESTADO. Falta una visión global de la HACIENDA PÚBLICA. No alcanza designar uno de cada tres empleados públicos en un país que tiene el 20% de empleo público sobre su población productiva activa. La “Curva de Laffer” indica que no siempre más impuestos dan más recaudación y mucho menos eficiencia en la aplicación del gasto ineficiente. Deprime el crecimiento económico, multiplica la informalidad, castiga más a los pocos que soportan el gasto público. Con este tamaño del Estado es imposible ahorro nacional, invertir, dar trabajo genuino y sostenible. La impunidad política hace “liberalidad” con lo ajeno y compite con ventaja con la actividad privada, deprimiéndola. Concede exenciones tributarias privilegiadas a empresas extranjeras a las que las nacionales escasamente llegan, promoviendo la especulación electoral. Cuando las empresas grandes tienen dificultades hay préstamos baratos, mientras las pymes cierran. La proyectada reforma de la previsión social no reducirá gastos, si sigue decreciendo la actividad privada. Y peor si el frentismo promete derogar la parte que baja el gasto, y aumentar “derechos” a costa de Juan pueblo.

El MIDES fue fundado por la coalición comunista que lo fundó para su servicio militante. Ahora aspira a brindar asistencia “de calidad” al mendigo, al requechero, al drogadicto; preparar al excarcelado para la vida laboral, o regalarle una vivienda al que vive en “situación de calle”. Socialismo de buenos modales, que mira con añoralgia desde el asentamiento el honesto laburante. Disimulan que el gasto público obsceno multiplica personas cuasi irrecuperables. Añoralgia, tenemos MIDES y público indigente para rato, mientras crece a más 13.000 encarcelados, que según Zubía son el 5% de los delincuentes.

En la marginalidad paga más el delito que el empleo. Por eso los recursos para a seguridad pública son siempre insuficientes condenando a la sociedad a padecer el delito, y el ministerio de interior, renueva cuadros y busca excusas para su anomia. Añoralgia de los que pueden esquivar al delincuente pagando además seguridad privada. Y los que no pueden, se “acostumbran” a perder sus bienes o su vida. No solucionar las causas del delito multiplica la población carcelaria. Son insuficientes los recursos para cárceles, pésimas las condiciones de reclusión, añoralgia de reeducación delictiva. Las organizaciones delictivas desde la cárcel, tienen comunicación para “ajustes de cuenta”; su restricción haría incontrolable un motín. Reclusos a cargo de las cárceles, coimas y amenazas, fuga de capos narcos que Bonomi les dio derecho a tener sexo, y la fiscalía imputa a un “perejil”. La corrupción interna vende pasaportes y acomoda denuncias. Los frentistas diseñaron una fiscalía impagable, inoperante, inconstitucional, insalubre para sus operadores. La multiplicación del delito y la corrupción, hace siempre insuficientes los recursos asignados a seguridad, las cárceles, y fiscales, mientras prolifera el empleo público innecesario.

Se festeja el aumento de la “inversión” pública en infraestructura. La aventura de Vázquez, UPM III, haciendo puentes, vías férreas, dragado de puerto. Emprendimientos proyectados con Lula, demandarán créditos que pagarán la producción, y préstamos que cargan del lomo del laburante nonato. El Estado “hace” con recursos que pagamos con endeudamiento e inflación. Decisión política, cara, ineficiente, y de dudosa necesidad, que beneficia a empresarios, y usuarios exclusivos; no los que nunca la usarán, pero están obligados a pagarla.

Otros ministerios y organismos también están casi no operativos, son innecesarios o tienen una estructura exagerada. El ministro de defensa exhibe una logística in extremis. Quiere barcos y aviones en out let, entra en conflicto con nuestro principal comprador: China. No tiene plata pero ofrece servicios de emergencia con personal esclavo, con dedicación total pero sin horas extras. Añoralgias del ministro que manda de más y no cuida a sus subordinados: se da vuelta una lancha arrastrando barcos abandonados. Quiere arreglar con “chauchas y palitos” la inutilidad de otros: barrer, alimentar, apagar incendios, hacer pozos, o rescatar inundados. Carne de cañón con aumento depreciable.

El ministro de salud saliente tuvo que sacar la cara por el gobierno en tiempo de pandemia. Recibió una organización pauperizada y desordenada. Se gasta como el primer mundo y produce salud pública del tercero. Gasto público entre el avance de la ciencia y la connivencia con actores prostituidos. El FONASA, otro impuesto frentista, concentró en el Estado el cobro y la asignación de recursos “políticamente”. Añoralgias de llegar todos a un servicio mutual, pero el trabajador no puede pagar copagos. Para recibir servicios de calidad, los que pueden, deben pagar “otro precio”. En la obesa organización de ASSE, el frentismo no pudo contener la corrupción en direcciones de hospitales y servicios contratados. Algo de eso aparece periódicamente.

INAU acelera adopciones, lo que fue rechazado por el FA; mientras pervive la insuficiencia para frenar la corrupción de menores.

 El Instituto de Colonización resiste el recorte de recursos para reducir asentamientos, mientras adquiere campos para colonos verdes de matear en la puerta de minifundios con vivienda precaria. Salvo la adjudicación política prebendaria, pocos pueden pagan el canon “fasonando”; no tienen dinero para semillas, contratar mano de obra, o trasladar lo que debieran producir. Añoralgia: consiguen una vaca y venden leche en carro.

El BPS, organismo elefantiásico deglute recursos que demandan urgente solución. La añoralgia presupuestal de una Seguridad y Previsión Social que se caen a pedazos, operada por el frente como colectora de votos. Ya estaba fundida pero amplió jubilaciones por testigos, licencias médicas truchas (excusas para no trabajar), cobros ilícitos de funcionarios por muertos o beneficiarios inventados, privilegios hereditarios sin aportes para guerrilleros, y concesión gratuita, ilícita por 30 años, de sede al PIT-CNT carente de personería.

La larga AÑORALGIA uruguaya del despilfarro de organismos inservibles: PLUNA, ALAS U, AFE, ANP, el FONDES, INEFOP, INACOP, y varios ministerios. Un freno al desarrollo del país; recursos dilapidados, salarios consuelo a políticos electoralmente fracasados. El frente multiplicó la burocracia inoperante para la vivienda: el ministerio de ramo, el BHU, la agencia de la Vivienda, el Plan Juntos, MEVIR. Añoralgia de la utópica vivienda barata para uruguayos empobrecidos. Prometidas 40.000 soluciones imposibles. Los “solucionados” quieren revisar los contratos en UR comparando la deuda con el valor de sus casas. ¿Quién les va a prestar a 25 años sin ajustar por inflación la deuda, con garantía hipotecaria “subsidiada”? Solo funcionó, bajar impuestos a privados para vivienda social.

Otra añoralgia, la Educación Pública que vuelva a ser herramienta de ascenso social. Intenta un modesto cambio de rumbo al que se opone violetamente el PCU, empecinado en expulsar educandos o egresarlos analfabetos. Periclitadas añoralgias impiden que liberalicen programas y se otorgue un “boucher” a quienes no puedan pagar una educación de calidad. Se invierte en educación y se invierten los resultados. Enorme gasto público cuyos resultados TODOS critican. Campos de concentración ideológica, disgregantes de la armonía social. 

Destaque especial de recursos dilapidados merece el co-gobierno en la universidad pública. Cuenta la añoralgia que fue un polvorín guerrillero ocultado por sus autoridades, que construyó bombas para demoler la democracia. Añoralgias posmodernas: centro para el retraso formativo científico; profesores sin título estratégicamente ubicados; formación de cuadros unidireccionados ideológicamente. Destaca la violencia en reclamar más recursos de los uruguayos, para formar más profesionales frustrados sin trabajo, rencorosos e innecesarios, y militantes-estudiantes eternos. Dispendio de recursos de personas que nunca podrán acceder a la Universidad. Una formación atrasada 70 años, que expele recibidos incultos, incapaces, desactualizados, para una deprimente calidad de ejercicio profesional.  “Nuestra” universidad no “existe”; y los egresados se van del Uruguay. 

Este leviatán es responsable de la mayor parte del déficit fiscal al que NADIE LE METE MANO; premios consuelo, reparto político con la oposición, incapaces excedentarios y corruptos que paga “el rebaño de pelotudos”. Añoralgias de moderados social-demócratas superados por comunistas; medio estatistas, medio stalinista, medio maoísta. La mezcla entre curanderismo y esoterismo es una constante. La designación de cualquiera en cualquier cargo, muestra, además del caradurismo de quien acepta ser designado en funciones para las que no está ni remotamente preparado, la irresponsabilidad de quien lo designa. AÑORALGIA; crecen los que emigran para salvarse de la depresión económica, social, cultural, y moral.  

Una cultura gramsciana  que ha permeado  la sociedad mundial, que también parece querer que la riqueza pase al Estado vía  impuesto o confiscación y desde allí, sin trabajar, sin arriesgar, sin estudiar, sin aprender, sin esforzarse, le llegue el derrame vía una dádiva. Como hace miles de años, los pueblos siguen buscando a un hechicero de la tribu para que lo arregle indoloramente, sin costo para los beneficiados de la degeneración económica y social. Ahora le dicen democracia “popular”. Pero…Recordemos la profecía de AÑORALGIAS:

…Y si a mí pueblito volver yo pudiera, A mi viejo pueblo al que no he regresado, Si pudiera volver al poblado, Que siempre me llama, que siempre me espera, Si a mi pueblo volver yo pudiera

¡No lo haría ni mamado!

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