MUERE UN TUPAMARO EN TIROTEO CON LA POLICIA

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EL PASADO RECIENTE CONTADO POR LOS MEDIOS DE PRENSA DE LA ÉPOCA (20)

Fecha: 22 de Diciembre de 1966 – Diario “El diario” – en Portada

METRALLETA EN MANO RESISTEN A POLICIAS

Fecha: 22 de Diciembre 1966 – Diario “Acción” – en Portada

BOMBAS Y BALAZOS EN LA 12ª: DEJARON UN COMPAÑERO MUERTO

Fecha: 22 de Diciembre de 1966 – Diario “Acción” – Pág. 8

PISTOLEROS TERRORISTAS CUBREN SU RETIRADA CON BOMBAS Y TIROS ABANDONADO UN COMPAÑERO MUERTO

No Llevaba Ningún Papel de Identidad

Una Señorita Herida

Las siete y diez de esta mañana. Por Bulevar Propios, a marcha moderada, transita un patrullero policial. Es el número 24 interno y lleva la chapa de matrícula 2889. Al volante va el Agente Conductor Santo Alfaro y, a su lado, el encargado del vehículo, Sub Comisario José Carlos Bonaudi, ambos pertenecientes al Servicio de radio Patrulla, a cargo del Comisario Antonio Silveira regalado. Con ellos, iba el Sargento Carlos Ángel Vega, todos ellos atentos a cuanto ocurría a su alrededor.

* Patrulla de rutina

…… (Ilegible)

* Camioneta requerida

El día 17 del corriente, siendo las 16:50, compareció a la Seccional 26ª el señor Miguel Pascarriello, uruguayo, casado, de 34 años, domiciliado en la calle Dr. Pouey 760, de la ciudad de las Piedras, denunciando que a las 16 horas, de San Marino y la Rambla, le había sido robada su camioneta, chapa de Canelones A-47.755, marca Chevrolet, modelo 1955, con toldo y baca pintada de celeste y avaluada en $ 400.000.

Como es de rigor, recibida la denuncia, esta fue comunicada a todas las dependencias policiales y a los patrulleros que recorren incesantemente la ciudad, pidiéndose secuestro y la detención de sus ocupantes.

Por lo general, en Montevideo, los ladrones de autos se llevan los vehículos que “duermen” en la vía pública, en horas de la noche, para transportar el producto de algún robo, un contrabando o, simplemente, para una francacheta con mujeres de vida irregular. Cumplida esa finalidad, en la casi totalidad de los casos, el vehículo aparece abandonado en cualquier calle solitaria, a lo mejor despojado de valiosos implementos y, a veces, sin daño alguno.

Por eso, llamaba la atención el hecho de que la A 47.765 no hubiera sido hallada, lo que daba la sensación de que quienes se la llevaron de la Rambla y San Marino tenían algún plan en el que el vehículo jugaba papel preponderante. Y esto, lógicamente, aumentaba el interés policial por localizarla.

* Logran ubicarla

De pronto, el Sub Comisario José Carlos Bonaudi se enderezó en el asiento delantero del patrullero 24. Su vista atenta a lo que ocurría en la calle, había alcanzado a ver una camioneta que respondía a la descripción de la radio policial. Se fijó en la chapa y grande fue su excitación al comprobar que era la a 47.755, por lo que dio orden al agente Santos Alfaro de que “no se le despegara”.

La camioneta venía por Burgues al centro. En el volante de la misma iba un hombre vestido de gabán oscuro y con él, dos individuos más.

Un toque de la estridente sirena del patrullero fue la intimación para que los del vehículo robado detuviera su marcha.

* Intenso tiroteo

Lo que ocurrió de inmediato, fue digno de una serial del viejo Chicago. Desde la parte posterior de la camioneta se inició un fuego cerrado contra el patrullero, con armas automáticas. Y, de pronto, en el camino del coche policial, cayó y estalló una bomba incendiaria que fue la primera de una serie de once que los fugitivos arrojaron para detener la persecución, sin lograr su objetivo.

Los policías, a su vez, abrieron fuego con sus armas de reglamento contra la camioneta y el vecindario fue alarmado por un tiroteo en el curso del cual se hicieron alrededor de doscientos disparos.

* Solo doce cuadras

Todo esto iba ocurriendo con una rapidez tan vertiginosa, que se tarda más en hacer el relato que en haber vivido aquellos instantes, en que quedó de manifiesto la entereza de nuestra Policía.

En un momento dado, una de las bombas cayó a tierra y el patrullero, que iba a pocos metros de la camioneta pasó por encima de ella. Apenas acababa de pasar, cuando la bomba cilíndrica de unos veinticinco centímetros de alto por cinco o seis de diámetro, hizo explosión. El estallido fue tan poderoso que el desplazamiento del aire provocado, casi levantó al patrullero. Si la explosión se hubiera producido justamente debajo del coche, a aquella velocidad, con seguridad que hubiera provocado su vuelco, ya que es sabido que un automotor a gran marcha, prácticamente “va en el aire”, siendo sumamente fácil su vuelo al menor impacto.

Cuando el coche patrullero llagaba al cruce con la calle Bella Vista -a doce cuadras justas de Propios, donde se iniciara la persecución- apareció el patrullero 31, también de Radio Patrulla, en el que iban el sargento Andrés Teliz, a cargo del vehículo y el agente conductor Carlos Garin, al volante.

* Choque y fuga

Los fugitivos se vieron perdidos. El que guiaba la camioneta, apretó los frenos y encaminó la camioneta sobre la acera izquierda, haciéndola chocar contra un árbol ubicado frente a una provisión, señalada con el Nº 2944 de General Flores. De la camioneta descendieron rápidamente dos hombres, cubriendo su retirada a balazos y manteniendo a raya a los funcionarios. Uno de ellos, con su pistola automática de buen tamaño -aunque de calibre solamente 7.65- de fabricación argentina, encañonó a Walter Cigalotti, que se aprestaba a tomar su motoneta y lo obligó a que es ese vehículo lo llevara hasta Avda. Gral. Rondeau y Panamá, donde descendió y dio orden al motonetista de alejarse. El motonetista -piloto de la máquina utilizada por el delincuente- regresó de inmediato al lugar, informando a la Policía de lo ocurrido.

El otro fugitivo, al parecer, se fue en otra motoneta cuya captura estaba recomendad por haber sido robada, lo que constituye una coincidencia por demás curiosa que aleja la posibilidad de que quien la manejaba se presente, como lo hizo el señor Cigalotti, para orientar a las autoridades.

* Eran muy peligrosos

Cuando el Sub Comisario Bonaudi se aproximó a la camioneta, pudo comprobar, a primera vista dos cosas: la primera, que dentro de la caja había un hombre muerto con un balazo en la frente. Posteriormente se comprobó que tenía otro en la ingle. Y la segunda comprobación, fue que, lo mismo que cuando se robara una de las últimas agencias bancarias, la camioneta había sido blindada. Aquella vez, con una gruesa plancha de hierro que cubría la espalda de quienes iban en la cabina; esta vez, con un pesado bloque de cemento armado, que, al par que protegía a los delincuentes de los tiros de una persecución, daba mayor estabilidad a la camioneta con su gran peso al tomar alguna curva cerrada a gran velocidad, por exigencias de la fuga.

Dentro de la camioneta había tres pistolas de fabricación argentina – Ballester Molina- calibre 7.63, distinto al corriente 7.65 de las armas americanas y europeas. Estas tres pistolas estaban junto a tres culatas desarmables -de quita y pon- que las convierten en verdaderas metralletas. Además de los cargadores que estaban colocados en las armas, había cinco más ya descargados, lo que muestra la rapidez con que operaban los delincuentes, para hacer todo eso, en el breve trecho de doce cuadras. También quedaba una bomba, que sumada a las once arrojadas completaba la docena.

* Señorita herida

Puede imaginar el lector la confusión y el pánico que se produjo en ese kilómetro justo de la calle Burgues. La marcha era tan rauda y sus esquives tan pronunciados, que las baas de los delincuentes se perdían en todas direcciones, dando algunas en el patrullero 24. Uno de los proyectiles dio en el parabrisas frente a donde iba sentado el Sub comisario Bonaudi y éste salvó la vida milagrosamente, ya que iba echado sobre la portezuela izquierda, disparando su arma por la ventanilla.

Y era lógico que entre tanta bala perdida, tenía que suceder alguna lamentable desgracia. La señorita Damiana tejera Suárez, uruguaya, soltera, de 27 años, domiciliada en Marconi 1196, se hallaba al borde de la acera, esperando el ómnibus para ir a sus ocupaciones, cuando fue alcanzada por una bala de los delincuentes, en la rodilla izquierda, con orificio de salida, por lo que fue llevada con toda urgencia por el patrullero 31 -que apareciera en el lugar cerrando el paso a los pistoleros- al Hospital Español, donde quedó en asistencia.

Al mismo nosocomio se llevó al pistolero que apareciera dentro de la Chevrolet con un balazo en la frente y otro en la ingle y sin vida. Revisados sus bolsillos no se encontró ningún documento que determinara su identidad.

* Uno estaría herido

Puede suponer el lector que cuando se produce un hecho de esta naturaleza, abundan los testigos que se contradicen y aparecen también los que “dicen” haber visto. Por eso, resulta un poco confuso lo relacionado con el segundo delincuente fugado. Mientras algunos sostienen que lo vieron tomar una segunda motoneta, otros dicen que logró escapar, cubriendo a tiros su retirada por un terreno baldío que da a otra calle, pareciendo que hubiera sido alcanzado por alguna bala de los perseguidores.

En cuanto al muerto, cuya identidad se trataba de establecer, es un hombre joven, morocho, de estatura y complexión regulares que vestía ropa tipo marinero, con una camiseta amplia en cuyo pecho llevaba la insignia de la YMCA -Asociación Cristiana de Jóvenes- y la inscripción “Campamento Artigas”. En sus bolsillos, se hallaron algunos pesos argentinos y un llavero en cuyo extremo hay una moneda, también argentina. Esto unido a todos los detalles anteriores y a que llevara zapatos también de Buenos Aires, dan la seguridad de que se trata de un sujeto de aquella nacionalidad o, por lo menos, venido a esta desde la vecina orilla, para cometer algún atraco.

* Algo muy sugestivo

Se recordará que cuando se cometió el atraco contra la Agencia de la Caja Obrera en Bella Vista -calle Uruguayana- la camioneta Volkwagen utilizada por los delincuentes había sido blindad en el respaldo de la cabina con una gruesa plancha de hierro. Este hecho tuvo lugar el 13 de mayo del corriente año. Cabe suponer por la semejanza del procedimiento, que estos pistoleros son los mismos de aquel atraco que, agotado el botín, volvían por sus fueros, a intentar un nuevo golpe “para seguir viviendo”. Aunque esta vez, apenas en la etapa preparatoria, la Policía haya hecho abortar sus planes y haya dado muerte a uno de la banda.

* Las autoridades

En contados momentos, llegaron al jugar el Jefe del Estado Mayor Policial, Cnel, Lecumberri; el Jefe de la Guardia Metropolitana, Cnel. Ballestrino; el Subdirector de Seguridad, Inspector Mario Guerrero y altos funcionarios de la Dirección de Investigaciones y de la Policía Técnica, los que recibieron las informaciones de lo ocurrido de labios del subcomisario José Carlos Bonaudi, del comisario Casal y subcomisario Penen de la Seccional 12ª.

Las actuaciones judiciales corresponden al Juzgado de Instrucción de 1er. turno a cargo del doctor Pereira Manelli, quien también se hizo presente en el lugar, recogiendo una impresión personal del lugar y de las circunstancias finales del dramático episodio, disponiendo que se prosigan averiguaciones para identificar al muerto y para lograr la captura de los dos prófugos.

* Una ardua tarea

Es indudable que si los delincuentes dejaron en la camioneta tres pistolas con culatines desmontables y cada uno de los que fugó se llevó otra arma similar, el total eran cinco. Y esto parecería señalar que en el momento de producirse el violento tiroteo faltaban en el grupo dos hombres más. Porque no se explica que para tres delincuentes se lleven cinco de estas efectivas armas. Es sabido que esta clase de delincuentes de alto vuelo cuentan con gran apoyo en el hampa montevideana que los oculta y les da facilidades para eludir la acción policial. Ello constituye la promesa de una ardua tarea a cumplir para lograr su ubicación. Aun cuando uno de los fugitivos haya sido herido como sostienen algunos testigos presenciales de su escapada a través del baldía a que antes hicimos referencia.

En cuanto a la identificación del muerto, es cosa más fácil- Basta que nuestra Policía Técnica obtenga su ficha dactiloscópica y que la misma sea enviada a Buenos Aires, donde en cosa de minutos, la Policía Federal puede saber de quién se trata.

* De larga actuación

A través de lo que vimos en el lugar del hecho, estamos seguros de una cosa: que se trata de delincuentes con una larga actuación. Porque el estado de las armas que dejaron, así como el de los culatines adaptables a aquéllas, es el de armas muy usadas. Por lo general, el atracador profesional usa siempre armas flamantes perfectamente ajustadas para evitar fallas. Pero, por lo visto, éstos tenían gran confianza en sus viejas pistolas argentinas y las habrían utilizado en quién sabe cuántos delitos de esa naturaleza. Ese es otro detalle de interés: el envío de las numeraciones -si las tienen- de esta pistola a la Policía federal, que lleva un completo registro de armas. Cuando menos se puede saber a quién han sido vendidas o robadas y de allí puede surgir alguna pista de interés para identificar a los restantes componentes de la temible banda que opera entre nosotros y que, seguramente, no es ésta la última vez que dan trabajo a las autoridades.

IDENTIFICAN AL MUERTO: UN ARSENAL EN SU CASA

Esta tarde, apenas pasado el mediodía, la Policía logró la identificación del hombre muerto en el tiroteo de esta mañana. Resultó ser Carlos Alberto Flores Álvarez, uruguayo, casado, de 22 años. Padre de dos criaturas, que se domiciliaba en Carlos de la Vega 3982, Apto. 2.

Un rápido allanamiento es esta finca, permitió el secuestro de regular cantidad de armas, las que al parecer son parte de las robadas en la Armería “Del Cazador” en la Avda. Uruguay, a la que penetraron por medio de un boquete que les permitió el paso desde una casa de propiedad horizontal a la Intendencia de Policía -que da sobre la calle Andes- y de allí al techo de la armería.

Carlos Alberto Flores Álvarez, según los datos recogidos por las autoridades carece de antecedentes policiales. Trabajaba antes en una barraca y, al quedar sin ocupación, pasó a desempeñarse como empleado de la Sección Avisos del diario “Época”.

A las 14.30 horas, nuestros cronistas localizaron en la Avda. Carlos María Ramírez al Coronel Ballestrino, quien con efectivos a sus órdenes y un patrullero -el 32- estaban efectuando una razzia que dio por resultado la detención de una mujer y de varios hombres que fueron llevados a la Seccional 19ª. para ser interrogados.

No puede menos que llamar la atención el hecho de que Flores Álvarez tenía en su poder un par de zapatos de Buenos Aires, así como un llavero con una moneda argentina y varios pesos de aquella misma procedencia.

(Copia fiel de los originales)

Fuente: www.pasadoreciente.com “Museo de la Memoria del Pasado Reciente”.

Nota de la Próxima Semana: EL TRÁGICO TIROTEO REVELA ACCIÓN DE GRUPOS TERRORISTAS  

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