Lo llaman afuera (no sé de qué), el interior (del exterior), el campo (verde) y algún otra mención, pero la realidad nos muestra una zona habitada por personas que ven su realidad de una forma muy diferente a Montevideo, se vive mirando el cielo en la espera de las lluvias, al ritmo de las cosechas y las estaciones, a la hora de la rutina de los animales, con tiempos marcados por el sol, dónde la gente es solidaria y aprecia la honradez por sobre todo.
Tienen el poder que les da el orgullo de ser quienes son y la sencillez de atender sus necesidades que contribuyen a su trabajo y su producción, siendo sensibles a las políticas del gobierno central y de las Intendencias.
No es en vano que los partidos políticos apunten a conquistar el voto fuera de Montevideo, recordamos a Un Solo Uruguay y su proclama de Durazno, que género la conciencia de un pueblo que descubrió que los sucesivos gobiernos del FA carecían de las respuestas al motor de la producción agropecuaria y al trabajo.
Está es una diferencia fundamental entre las propuestas del FA y la COALICIÓN de gobierno, mientras la izquierda busca atender a la sociedad más sumergida con planes y limosnas sin ninguna contrapartida, se enfrasca en proyectos irrealizables como Gas Sayago, obras electorales como ANTEL ARENA, gastos ridículos como comprar un horno de Portland que hoy es solo chatarra, todo lo cual requiere un flujo de dineros públicos que provienen de impuestos a la producción y al trabajo.
El planteo de la coalición de controlar el gasto público (se recibió un déficit fiscal del 5% y hoy es menor al 3%), el ordenamiento de la administración pública (con una burocracia creada por la izquierda), logrando avances con la LUC, la reforma educativa, la reforma previsional y la mejora de la Seguridad, son y han sido buenos resultados obtenidos.
Se ha superado la pandemia, la guerra Rusia Ucrania y hoy enfrentando la sequía, aún soportando la respiración en la nuca de una oposición que, más preocupada en la elección de candidatos internos, busca mostrarse como el más radical crítico del gobierno, aún a costa de propuestas que perjudican a quienes dicen defender.
Hoy más que nunca es el campo en su conjunto el que debe expresarse, alertar al gobierno que deben ser escuchados y proponer medidas constructivas.
El apoyo a la producción pasa por entender las consecuencias de una sequía histórica, que requiere la exoneración de impuestos, no la postergación de pagos, créditos blandos y programas de asistencia, insumos subsidiados y terminar con el atraso cambiario que afecta la competencia con los precios internacionales.
No podemos dejar de mencionar los desequilibrios con Argentina, que dividen al país en dos, una zona fronteriza con políticas de menores impuestos mientras el resto termina de una manera u otra, pagando esa diferencia.
Solo lograr los equilibrios necesarios puede permitir la continuidad de políticas que son de estado y trasciende un período de gobierno.
Adecuar el gasto público a la realidad del Uruguay, tanto gobierno como Intendencias, terminar con las políticas monetarias que crean el atraso cambiario, favorecer las agroindustrias, incentivar la educación, el futuro está en la exportación del conocimiento, abrir nuevos mercados y favorecer la creación de empleo, la optimización de la asistencia social, no como un medio de vida y si como un puente a integrarse a la vida productiva, la baja de impuestos que afectan directa o indirectamente a la producción y el trabajo, son estás y otras acciones, la pared que detienen a la marea del progresismo que con fuerza, domina el resto de América, y con su timón puesto al colapso social, económico y político que hoy vemos en Argentina.
*La causa de los pueblos no admite, señores, la menor demora*
Así lo veo
Así lo siento
Así me expreso
Roberto Alfonso Azcona
#RobertEditoriaL
Excelente Roberto