Durante muchos años mientras cursaba estudios de Seguridad en Universidades extranjeras y los realizados en mi propio país, le presté mucha atención a las teorizaciones sobre la correlación entre la Libertad y la Seguridad. Inclusive existen extensos estudios de politólogos y estrategas que se dedican al área de Estudios Internacionales, donde enfatizan la importancia de este correlato. Hay varias interpretaciones según la corriente de opinión que lo formulara. Tanto la Escuela Idealista, Neoliberal como la Realista interpretaban el objeto referente, el agente securitizador y el objetivo en forma diferente. Pero en todas se reconocía el correlato entre la libertad y la seguridad. En algunos casos como una relación inversa y en otros como una relación complementaria. En lo personal, nos adherimos a la segunda, porque entendemos que el objeto referente de la seguridad es el ser humano, la persona y su libertad para vivir, desarrollarse, trabajar, estudiar, emprender, invertir, vacacionar y divertirse en todos los espacios del país.
Todo nuestro asesoramiento en materia de Seguridad se basa en la persona. Entendemos la Seguridad a partir de esta definición de un académico en Seguridad de la Universidad de Columbia:
“La seguridad en el sentido objetivo, mide la ausencia de amenaza a los valores adquiridos. En el sentido subjetivo, la ausencia de miedo de que tales valores sean atacados.” Hablando mas claro: hay dos dimensiones. Lo que es y lo que se percibe. El asunto es si estamos o nos sentimos seguros. Esto aplica en todos los órdenes de la vida. Quien no entiende esto, enfatiza las métricas y encuestas sobre criminalidad y victimización, obviando las percepciones, sentimientos y por qué no, los temores.
A partir de este marco de conocimiento y de las visualizaciones locales e internacionales plasmadas en los reportes del Ministerio del Interior y de los Informes de los organismos especializados de las Naciones Unidas pertinentes a temas de la Seguridad. Concretamente la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen) en los últimos informes del año 2023 (Estudio Global sobre Homicidios 2023 y el Reporte Global sobre la Cocaína 2023), apreciamos un importante deterioro en la postura de Seguridad Pública de nuestro país. Lo que no es una novedad.
Esto nos lleva a afirmas que “Con Baja Seguridad, la Libertad es Relativa”. Porque esta baja seguridad materializada y permanentemente mensurada y a pesar de toda la parafernalia de explicaciones de las Autoridades, sumada a las de un collar de académicos que desde la sociología o la ciencia política pretenden ilustrar sobre el fenómeno social con argumentaciones que poco les sirven a los habitantes que están sufriendo la inseguridad, en poco cambia las percepciones. Vamos a dejarlo bien claro: mucha explicación sobre la criminalidad y las familias siguen enterrando sus muertos y pagando consecuencias de la importante desprotección. La semana pasada, en los medios, un ciudadano del Oeste de Montevideo, declaraba que “despliegue policial hay, lo que sucede es que no agarran a los delincuentes y cuando los agarran, los fiscales los sueltan…así es difícil “ Entonces preguntamos: ¿Qué explicación le pueden dar los académicos sobre este tema a la población? ¿Alguno piensa que les van a creer? Si así fuera, palmariamente, están en una realidad paralela.
Pero quiero referirme a los problemas reales de los uruguayos. Lo que sucede cuando te asaltan, te roban todo y te dejan con el temor, el trauma, la pérdida y las deudas. Siempre y cuando puedas contarlo o no estés hospitalizado tu o alguno de tus seres queridos.
Un gran amigo, que siempre la luchó, hace cuatro años decidió con su esposa instalar un pequeño almacén en la zona de Piedras Blancas. Además de todo lo que le exigía el Estado (llámese, Intendencia, DGI, BPS, etc.) debió recurrir al endeudamiento para surtir de mercaderías y equipos de frío, balanzas, iluminación, seguridad, equipamiento logístico, terminal pos, servicio de internet y otros necesarios para iniciar su giro comercial. Recurre a un Banco de plaza y contrae una importante deuda para lograr un capital inicial. Al poco tiempo recibe un primer asalto donde le roban toda la recaudación de un fin de semana. Pero no fue el único. Lo asaltaron en 6 oportunidades, con pérdidas importantes, a pesar de algunas medidas de protección que tomó. Sus pérdidas resultaron de tal magnitud que tuvo que recurrir a la refinanciación de su préstamo inicial, el que se transformó en casi el doble en el transcurso de un año, siendo una verdadera pesadilla. Adicionalmente comenzó a notar una merma en los clientes que habitualmente visitaban su local, debido al temor de las personas por los asaltos violentos. Esto lo colocó en una situación difícil para poder alcanzar los pagos programados con el Banco. En determinado momento decidió cesar su actividad porque el retorno de inversión mensual no le permitía cubrir alquiler, salarios, deudas de mercadería y deuda bancaria. Lamentable y fatalmente para él y su familia, decidió dejar de pagarle al Banco durante 6 meses, lo que le produjo un incremento de ésta que acumulaba capital, intereses, intereses de mora y multas difíciles de abordar. Al año debía 4 veces más que el préstamo original y pensó en vender su camioneta. Pero no alcanzaba. Cuando lo llamaron los Abogados de Recuperación de Activos tercerizados por el Banco para rescatar su deuda ya la cifra era otra. Debió considerar la venta de su hogar, para poder solventar lo adeudado. Los intereses legales en el Uruguay, pero que consideramos usureros, le inflaron su deuda al punto de llevarlo a la perdida de su hogar. Por eso creemos que es momento de defender a la gente y proclamar la Deuda Justa. Pero esto sucedió después de la pandemia. Conozco casos de presiones para recuperar activos por parte de Estudios de Abogados durante plena pandemia cuando varias PYMES estaban quasi en quiebra, sin darles otra oportunidad.
¿Cómo es posible que un ciudadano trabajador y emprendedor que tiene una expectativa de crecimiento termine perdiendo su casa en el Uruguay?. La respuesta es clara. Una perversa combinación de inseguridad y usura barre con las esperanzas de mucha gente. Este es un ejemplo real, de cómo esta combinación explosiva termina con la estabilidad, la esperanza y el emprendimiento.
La seguridad siempre agrega valor, porque esa condición de estar libre de amenaza es lo que exigen nuestros ciudadanos para poder trabajar tranquilos y emprender generando empleo y crecimiento. Si mi amigo no hubiera sufrido la sucesión de asaltos que le generaron pérdidas importantes, probablemente su comercio hubiera florecido, mantendría sus clientes y hubiera pagado religiosamente sus adeudos. Pero la inseguridad lo desequilibró. Surge una pregunta: ¿quién tiene el deber de proteger en el Uruguay? Los mismos que articulan explicaciones académicas en lugar de desplegar en el territorio a la Fuerza Policial con todas las potestades que hoy no posee (Art. 25 Ley Orgánica Policial). Es necesario que contacten con la gente, que conozcan el territorio, que investiguen, que persigan el delito desde la Comisaría y no que esperen órdenes de Fiscalía para actuar. Algo anda muy mal en la seguridad pública. La población lo está pagando caro y este ha sido un ejemplo claro del correlato entre la Seguridad y el comercio que necesita libertad para desarrollar su actividad. Es muy difícil mantener pequeñas empresas en determinadas zonas de Montevideo bajo estas condiciones de desprotección. Esto es lo que desde Cabildo Abierto criticamos. Son problemas reales de los uruguayos: La Inseguridad y el Endeudamiento. Una mezcla insalvable y perversa. ¿Es este el Uruguay que queremos?