El 15 de febrero una publicación “The Economist Intelligence Unit” indica que el
7,8% de la población mundial vive en democracias plenas, el 39,4% está bajo
gobiernos autoritarios frente al 36,9% en 2022. “Democracias plenas” entre las
que se destaca que Uruguay en América del Sur es el país que da más “garantías”.
EIU espera que sólo 43 de las más de 70 elecciones sean “completamente” libres y
justas formalmente. Apenas un refreshing electoral ante dictaduras en toda regla.
Gatopardismo para que nada cambie.
No da para festejar uruguayos, cuando el Partido Comunista del Uruguay obliga al
FA a dar respaldo político a dictaduras plenas, adjetiva la democracia uruguaya
peyorativamente, e insiste en que seleccionar camaradas en un partido único es
democrático. Pero más lamentable que esa execrable traición, coherente entre
totalitarios, es que desde el sistema político se traicionó y traicionan principios
fundacionales de nuestra identidad liberal democrática.
Se aceptan pacíficamente antivalores que traicionan impúdicamente a la
democracia, a la libertad y al respeto por el individuo pensante. Una parodia para
mantener el espacio de poder que han conquistado alternadamente mayorías y
minorías. Se ha corrido el target democrático autorizando el pluri engaño al
votante. Muchos desencantados están despertando, expresado en el rechazo a
votar, el voto castigo, en blanco, o anulado.
En nuestro democrático Uruguay, tener elecciones interpartidarias y nacionales nos
cuesta más de $ 200.000.000. Además, un “carnaval electoral” obliga a pasar la
gorra a empresas prebendarias; una coima a futuro. Los “partidos”, repartidos, son
maquinarias electorales que habilitan a cualquiera a ser precandidato. Un kiosco
para cobrar votos al ciudadano disfrazados de precio de la democracia. En su
cuenta cargará también la apropiación indebida de recursos públicos birlados para
las millonarias “carnestolendas”, donde el bombo y la cumbia ocultarán el
soporífero discurso. Sobreprecio que dará patente a nefastos por un cargo.
TRAIDORES A LOS PRINCIPIOS FUNDACIONALES:
Las INSTRUCCIONES DEL AÑO 1813, base de nuestra identidad nacional, quizás la
única, SON TRAICIONADAS. Aquellos principios tuvieron inspiración de los textos
estadounidenses por la gran influencia del liberalismo sobre la revolución
hispanoamericana, mucho más que en la de Francia y su revolución. Algunos
párrafos artiguistas fueron tomados de “La independencia de la Costa Firmejustificada por Thomas Paine”, de 1811 en Filadelfia, que incluía la Declaración de
Independencia de los EEUU, la Constitución Federal de 1789 y las estatales de
Massachusetts, Nueva Jersey, Pensilvania y Virginia. Y de la “Historia concisa de los
Estados Unidos”, de John McCulloch, libro que Artigas poseía.
Las “Instrucciones” tuvieron un sólido vínculo con el pensamiento liberal de la
época en base a tres ideas fundamentales: Independencia, República, Federalismo.
El artículo 1º. Independencia de las provincias del poder español. 2º. Igualdad de
las provincias. 3º y 4º promueven la libertad civil y religiosa. El 5º y 6º refieren a
organizar un sistema de gobierno republicano. El 7º exige un gobierno Federal,
gobierno supremo que entenderá solamente en los negocios generales del
Estado. 12º y 13º la habilitación de puertos. El 14º la igualdad en tasas arancelarias.
El 16º Cada provincia tendrá su propia Constitución. El 17º y 18º regulan la milicia a
fin de evitar el despotismo militar; la inviolabilidad del derecho de los pueblos a
guardar y tener armas. El 19º la residencia del gobierno federal fuera de Buenos
Aires. El 20º exige al gobierno central su atención en «preservar a la Provincia las
ventajas de la libertad y mantener un gobierno libre, de piedad, justicia,
moderación, e industria».
LA DEGENERACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE ARTIGAS
La degeneración política los disfrazó, ocultó, pervirtió. La sociedad liberal devino en
excesos fiscales, regulaciones políticas y voracidad pública. Perdimos una identidad
nacional estable. Las bases para construir los Estados Unidos del Sur sobre los
principios que hicieron grande a EEUU. Conscientes e inconscientes, destruyen el
GPS hacia el crecimiento, la libertad con respeto y obligaciones, la propiedad
privada constructora de prosperidad, la protección de derechos individuales.
Principios que, enaltecidos, hubieran expuesto el balde ideológico que nos esclaviza
a quien manda.
El General nos advirtió: “MI AUTORIDAD EMANA DE VOSOTROS, Y ELLA CESA ANTE
VUESTRA PRESENCIA SOBERANA”. Denunciaba a los falsarios del estatismo, del
poder centralizado y despótico. Subordinaba el gobierno a la libertad individual, a
las naturales diferencias para superar la pobreza, a la producción de los recursos
por el esfuerzo privado, y al mercado libre como regulador de valor.
Es imposible una doble lectura: libertad y democracia (el pueblo manda); o todo
grado de totalitarismo. El respeto irrestricto por el proyecto de vida del otro; o
bastardeado por la envidia. La fatal arrogancia de sentirse superiores;
subordinarnos para “hacernos mejores”. La cultura de lo político por encima del ser humano libre. La multiplicación del
gasto como acto político fallido castigando el esfuerzo individual. La tentación de
ser dios, no puede auto corregirse, ajustarse, ordenarse, reconsiderar prioridades,
liberar recursos a quien expolia, porque él no se equivoca. Ajeno al daño colectivo
innecesario, impide el crecimiento del ahorro, dilapida recursos, destruye el
trabajo. El consenso de casta justifica usar la de otros, acomodos, nepotismo,
ventajitas, ineficiencia, ineficacia, corrupción, abusar, expoliar, confiscar al
contribuyente. Si no le gusta que sea pobre; que se vaya del país, o que junte votos
para los ladrones. Es imposible volver atrás voluntariamente. Reconocer el daño de
multiplicar organismos abúlicos sin medida, con opacidad, premio consuelo de
perdedores. La apropiación indebida encuentra siempre justificación política, el
estupro al laburante, al que aportó, a los nabos de siempre. Que aguante a quien le
dio poder. La sociedad agredida: productores pobres, políticos ricos.
La democracia, de gobierno del pueblo, quedó reducida a una “revancha”. Otra
“elección” para descargar la bronca, la frustración. Pero las opciones son siempre
las mismas. Multiplican cargos, impuestos, si no alcanza endeudan e inflación,
pérdida de poder adquisitivo, abusar del gasto confiscando por “solidaridad”.
Pobreza, que se multiplica por amor. Deterioro social auto construido que “exige”
restringir el gasto (de los otros). Relativizar principios y valores. Copiar cargos a
países ricos para aumentar el poder político. Corromper las instituciones
convertidas en cáscaras vacías.
Desde Artigas se sabe que la cancelación de recursos individuales hace una
sociedad invivible. Por más que se incorpore en los programas electorales, los
corporativismos prebendarios traidores de la libertad impiden cualquier cambio
radical. Parches, recortes simulados para “la tribuna” insuficientes. Un “saludo a la
bandera”. Los estatistas profundizan la intervención infame: la pobreza no decrece,
dan circo a costa de los más castigados. Prohibido tocar el gasto político. Apuestan
a “venir mejores” y a vivir mejor.
La frustración se convierte en rechazo, descreimiento en la democracia y en la
libertad. El camino a la tiranía está abierto. Los intereses políticos chocan contra el
respeto a los derechos individuales. Son anti democráticos, se unen o dividen para
ganar, “limar” a los outsiders, catequizar a los honestos, se someten dócilmente a
la presión corporativa: sindicatos, paros, presión callejera, violencia explícita,
empresarios prebendarios. Una fuerza compacta opuesta al liberalismo.
Thomas Sowell nos lo explicó: «La primera regla de la economía es la escasez.
Nunca hay suficiente de nada para satisfacer a todos los que lo quieren. La primeraregla de la política es olvidar la primera regla de la economía». «No es el dinero sino
el volumen de bienes y servicios lo que determina si un país es pobre o próspero.»
«Se ha creado un mundo donde el éxito de otras personas resulta ser una ofensa en
lugar de ser un ejemplo”. “Si ha votado por políticos que prometen darle golosinas
a costa de otra persona, entonces no tiene derecho a quejarse cuando le quitan su
dinero y se lo dan a otra persona, incluso a ellos mismos.”
“Bajo un gobierno electo popularmente, los incentivos políticos son hacer lo que es
popular, a pesar de sus posibles consecuencias negativas, o hacer algo tan popular
como sea posible”. Se pregunta, y responde: ”Pocos saben que empezaste siendo
marxista. ¿Qué te hizo abandonar la izquierda? La realidad”.
Los depredadores del orden liberal, el equilibrio y las prioridades sociales exhiben
la fatal arrogancia de creer que pueden manejar todas las infinitas variables:
“planean” el presupuesto para cubrir sus gastos excesivos para la capacidad
productiva del país. El desorden de las prioridades de la gente, crea inoperancia,
anomia. Convierte el impuesto en un castigo duplicando el costo de servicios
ineficientes, ineficaces, carenciados. El funcionario público pasa a ser una
insoportable carga económica y social.
LOS PRINCIPIOS RECIEN VIOLADOS:
Se ha renovado el vínculo pastoral con la política. Aprovechan el show business de
ciertas congregaciones para alinear a los feligreses a una candidatura. Cualquier
monedita sirve: un cargo, un acomodo, una exoneración fiscal, un espacio en el
parlamento para oraciones colectivas, para encontrar a dios en la cara de un
candidato.
Los traidores han conseguido destruir la limitación al poder político para beneficios
corporativos a los “carpetazos”. Ejemplo aprendido de Castro: grabaciones para
domeñar insubordinados, secretos en poder de un dictador.
Pseudo derechos incorporados a la constitución nacional. Utopías falaces pintan
inalcanzables beneficios “gratuitos” mistificando restricciones presupuestales. El
derecho a la vivienda, al trabajo digno, a la salud, a un ajuste jubilatorio al valor de
actividad, a la reeducación de delincuentes, a la propiedad del agua cuando hay
sequía. Pseudo derechos que avanzan contra el que los soporta, profundizan las
crisis, y acrecen el gasto para mentiras incumplibles.
El FA escondido detrás del PIT en un ejercicio político miente una jubilación
insostenible en lo económico, en lo social, y en lo presupuestal. Espejitos de colorespara robarse el ahorro de los trabajadores. “Vivos”, creen que las jubilaciones
pueden ahogar la economía y seguir existiendo. Vulgares ladrones.
La traición socialista a principios artiguistas de la igualdad ante la ley la trocaron en
incompatible igualdad de oportunidades. No tenemos las mismas oportunidades
desde el punto de vista físico, intelectual, o de esfuerzo; somos naturalmente
distintos. Otra vez Sowell nos ilustra: ”No hay negocio más lucrativo que luchar
por derechos que ya se tienen, en nombre de opresiones que no existen, con el
dinero de aquellos a quienes se tacha de opresores.”
Se ha traicionado la libertad educativa en otro exabrupto de soberbia. El sistema
político te dice qué estudiar, cuándo estudiarlo, quien te va a enseñar. La
enseñanza es un ejercicio de prueba y error, siguiendo el aforismo “Nullius in
verba” (no hay palabras finales). Aprender ha sido un proceso de formación libre e
independiente de acumulación de conocimientos. Personas que los han acumulado
debaten con personas que quieren aprender. Sólo en los totalitarismos se fijan
irrevocablemente las condiciones de aprender. Fijar un marco curricular, obligar a
cumplirlo. Un aprendizaje estático, tal como pretenden los sindicatos de la
educación, que impida pensar, discrepar al alumno y desaliente acceder al trabajo.
Los pobres pagan pero no van a la universidad.
El individuo es libre de optar y construir su proyecto de vida. NO VA HABER
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES, SALVO LA IGUALDAD MISERABLE DE UN
GOBIERNO AUTORITARIO. Un grave desincentivo al esfuerzo, al ahorro, la inversión
y el crecimiento económico. No crecer: oponerse a rebajas tributarias,
desregulaciones, orden fiscal, prioridades racionales del gasto.
La traición a la libertad de prensa. La izquierda ha ganado la batalla cultural,
logrando imponer periodistas mediocres, controlados por sindicatos, que hacen
ilusoria la libertad de prensa y de pensamiento. Una inquisición para un discurso
“políticamente correcto”. En lugar de investigar la corrupción de Estado, el
despilfarro de los recursos de la gente, la apropiación indebida, denunciar delitos,
lanzan su invectiva ideológica contra el que proponga bajar el gasto, liberalizar la
educación, medir el resultado político, pensar. Su discurso es el pobrismo, la
redistribución y la lucha contra la riqueza. Dominados políticamente los medios de
comunicación militantes privados y públicos, los pagamos todos.
La traición a la Justicia. La política interfiere en la designación de fiscalías y jueces
para favorecer su impunidad, encajona las denuncias por abusos, y lesión de
derechos individuales. Se nos impuso un sistema procesal penal inconstitucional,imposible de cumplir por tiempo y costo. Una fiscalía todopoderosa transa las
penas, incumpliendo las codificadas. El delincuente acuerda el precio del delito. Por
imposición ideológica ha dejado el tendal de venganza antijurídica por
“convicción”. El catecismo fiscal de turno entierra delitos de guante blanco, la
política, y los narcos, por sesgo ideológico, por incapacidad operativa o formativa.
Se ha traicionado el principio de federalismo como fraccionamiento y limitación
del poder. La división en 19 gobiernos departamentales obedeció a transa para
pacificación política. Impuso una superestructura irracional opuesta a una división
en regiones productivas, multiplicó una fiscalidad para defender intereses
corporativos políticos. Tendencias socialistas de impuestos multiplicados
exorbitantes. Volver a los principios, reduciría el gasto público, evitaría que la gente
emigre para conseguir trabajo y defender su propiedad. Los altos impuestos locales
restringen inversiones privadas imprescindibles para generar trabajo. Se ha
convertido a las personas del “interior” en ciudadanos de “segunda”. Una frontera
con 33 millones de personas, daría un mercado adecuado para bienes y servicios de
calidad si no tuvieran la carga tributaria nacional, la departamental. Estancamiento
por equivocadas prioridades políticas que castiga a medio país. Cabezas cerradas,
inficionadas por el socialismo y el comunismo, ponen un freno radical al
crecimiento económico, al progreso social. Están en contra de aquellos a los que
debemos una esperanza de que pueden vivir aquí, en el Uruguay, sin temor a que el
político de turno les confisque el fruto legítimo de su esfuerzo.
Esta traición a los principios de libertad ha degenerado la democracia que afuera
se nos valora. Artigas ha sido traicionado cuando se permitió que desde afuera se
promoviera la división de los orientales. Artigas ha sido traicionado cuando al
totalitarismo se le dio patente de legitimidad para participar en la elección de los
gobernantes. Artigas ha sido traicionado cuando gana más un representante del
pueblo que la mayoría del pueblo trabajador. Artigas ha sido traicionado cuando
se ha asumido el cargo político como profesión. Artigas ha sido traicionado
cuando Don José o Doña María pueden manejar con sentido común el gasto
personal, y quienes los representan se creen dueños de su salario y de su
jubilación. Artigas ha sido traicionado, cuando la autoridad, por acto dictatorial,
pasó de los soberanos a quienes son electos para servirlo.