ADOBANDO EL LECHÓN, AVANZA LA IMPLACABLE VENGANZA… Por Daniel García

“¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría. Nuestros soldados tienen que ser así.”

Así se refería el Che Guevara, en una de sus recordadas frases, que inspiró a miles de jóvenes, en algunos lugares los llamaron, “jóvenes idealistas”, quiénes en los años sesenta y setenta, se unieron a diferentes grupos terroristas a lo largo y ancho de América, con la consigna de tomar el poder mediante la lucha armada, también morir.

Uruguay no estuvo ajeno a tal hecho, sufrimos los embates de un grupo terrorista conocido como “Tupamaros”, acompañados de diferentes formas, por el partido Comunista en el Uruguay, quién poseía un aparato armado, con un cuantioso arsenal,  de armas de guerra, explosivos, granadas, munición, etc.,que pocas veces se recuerda.

Las FFAA fueron convocadas a combatir a estos grupos, ya que su poderío en hombres y equipamiento, excedía las posibilidades de la Policía para enfrentarlos y neutralizarlos.

Como consecuencia de la guerra interna, hubo víctimas, las que se intentó reparar de variadas formas, buscando la reconciliación entre orientales, como tantas veces la historia de antiguos enfrentamientos, supo sabiamente, saldar esos enconos y rivalidades.

Esta introducción, solo es una puesta en contexto del tema, sobre el que ya incursionamos anteriormente, el que como es público y notorio, a pesar de haber sucedido hace más de 50 años, sigue estando presente, golpea insistentemente en la actualidad, seguramente, por no haberse sabido o querido, poner el punto final.

Tal vez sea, que una serie de hombres valerosos, de principios y bien formados, que la historia nos mostró, supieron encontrar aquellos caminos para volver a la paz, que hoy, son una carencia, que no permite encontrar la luz en el camino y tampoco voluntades.

Una amnistía general e irrestricta, favoreció a todos los integrantes de los grupos terroristas, sin importar que delitos hubieran cometido, una ley de la pretensión punitiva del estado, buscó comprender, a todos los agentes policiales y militares, que hubieran actuado en el marco ordenado por las autoridades para combatir aquellos grupos.

Un referéndum y un plebiscito intentaron cuestionar esta ley, que fuera aprobada en ambas ocasiones por el voto ciudadano, hasta que en el año 2011, el Frente Amplio en el gobierno, dictó una ley interpretativa, derogando esta norma, comenzando a partir de allí el procesamiento y prisión de militares, policías e inclusive civiles.

En el contexto de la llamada “batalla cultural”, que desde aquí reivindicamos, por haberse cedido espacios a la izquierda, quién ha impuesto a fuerza de repetir e insistir, varios mitos que los han transformado en “verdades”, que hasta los partidos tradicionales han adoptado como ciertas, moldeando así tantas conciencias, como letras de discursos.

¿Qué cosas comprenden? El llamado “terrorismo de estado”, una ficción utilizada para hacernos creer que el estado actuó premeditadamente y en forma organizada, buscando sembrar terror en la población, casi sometiéndola a acciones delictivas, cosa normal en boca de los medios, políticos, sindicalistas y tantas personas afiliadas a esa tesis.

El estado lo que hizo fue defenderse, de una agresión de corte internacional, liderada por Cuba y la ex Unión Soviética, quiénes financiaron, entrenaron, equiparon, a aquellos grupos que intentaron tomar el poder, mediante una guerra sucia, que se valió de cualquier método, incluyendo civiles en la clandestinidad y ejecuciones por la espalda.

Los llamados “delitos de lesa humanidad”, una consigna utilizada por la izquierda global, algo distintivo y propio, que busca revestir de crueldad utilizando la semántica revolucionaria, instalada como cierta, cuando la realidad de las cosas, indica que esos delitos como tales, tienen vigencia en el país recién a partir del año 2006.

Por lo tanto, se insiste en asimilar los mismos a los detenidos, cuando los hechos por los que se les acusan, datan de los años sesenta y setenta en plena guerra interna, lo que conlleva, violar groseramente el principio de no retroactividad de la ley penal.

Ahora bien, la llamada batalla cultural, implica revertir y colocar en su lugar, varios hechos históricos, deliberadamente tergiversados y presentados con un sesgo ideológico, que ha marcado generaciones completas, como el que pretende plantar, que la dictadura comenzó en el año 1968 en pleno gobierno democrático del presidente Pacheco Areco.

Pero hechos recientes, nos trasladan a considerar algunos asuntos relevantes, por lo que dejaremos aquella parte de la batalla cultural, para desgranar en otra ocasión.

Un libro reciente, detalla confesiones de la ex vice presidente y senadora Lucía Topolansky, en la que nos dice, que sabe y conoce, que hubo gente que brindó falsos testimonios, por los cuales militares fueron encarcelados, asunto que además, fuera ratificado, por el mismo ex presidente Mujica, afirmando que esos hechos ocurrieron.

Primera consecuencia, gran revuelo en la propia izquierda, ya que esas confesiones tenían destinatario en la interna frenteamplista, en la vieja contienda MPP y el PCU.

El famoso “como te digo una cosa, te digo la otra”, brotó nuevamente, haciendo el esquive necesario a las reacciones, de fiscales, asociaciones de familiares de desaparecidos, pitcnt, frente amplio, presidente electo, en donde la veneración y pleitesía eterna dispensada al matrimonio, dejó paso al enojo y la crítica radical y feroz.

Mientras tanto, buena parte del sistema político, parece estar preocupado en seguir adobando el lechón, ese plato tan preciado en estas fiestas, una típica comida, que requiere atención, ser cocinado a fuego lento, para delicia de los comensales, que lo terminarán al otro día, pero frío, mientras tanto, avanza implacable la venganza…

¿Cual venganza? La interminable que llevan a cabo, fiscales politizados e ideologizados, como el inefable Perciballe, a quien denunciamos al año pasado en un artículo del 31 de Julio de 2023, dónde mostrábamos, que visitaba a su primo detenido en el penal de Libertad por pertenecer al MLN, asunto que lo descalificaba para intervenir en esta área.

Una fiscalía, desde dónde salen pro secretarios del nuevo presidente, ministros del interior, se filtran rápidamente audios, declaraciones y demás asuntos reservados, en un verdadero escándalo, que nadie ha atinado a parar, se usan testigos con falsos testimonios, pruebas endebles, se pisotea la Constitución y los principios del Derecho.

Pero en una prueba más que contundente, que deja al descubierto todo el odio, la impiedad, la sed de venganza que anima a toda esta runfla, que gira y la mueven intereses económicos millonarios, que no se colman, ni calman, es su última decisión, que los describen mejor que nunca.

Procesar un 24 de diciembre, con lo que significa esta fecha para cualquier bien nacido, a un viejo e imposibilitado Coronel de casi 87 años, que padece varias enfermedades , cuya familia debió contratar una ambulancia para su traslado, el que se quería hacer previo en un patrullero, 300 kilómetros hasta la cárcel de Domingo Arena, parecería ser diabólico.

Esto solo se puede interpretar, como un claro mensaje, “hacemos lo que queremos, no nos importa nada, si es Navidad, o día de la familia, nosotros no creemos en ninguna de esas cosas, la revolución y la destrucción de nuestros enemigos, está por encima de todo, que les quede claro Mujica y Topolansky, quiénes son los que mandamos”.

Recordemos la frase con la que iniciamos este artículo, parece a medida, ¿verdad?

Si no fue así, fue algo muy parecido, a lo que agregamos, era el último día, antes del inicio de la feria judicial, el descanso veraniego que los uruguayos nos damos, que retrasará esta causa, total, ¿a quien afecta?, razonan los sin Dios.

Algo similar, que la citación a doña Topolansky sobre sus dichos, que parece no revisó, cuando estaba en borrador el libro, quedando la misma para el fin de la feria judicial.

Pero hay algo peor, que reúne a todos aquellos “tibios”, un nuevo grupo integrado por todos los correctos, que no se juegan por definiciones concretas, cuando dicen, “no quiere decir que los que estén presos sean inocentes, pasa que algunos pueden estar mal presos porque los que los acusaron mintieron”, pero parece, que no son inocentes tampoco.

Lindo eso, de estar bien con Dios y con el diablo, ojalá hubiera escuchado razonamientos similares, cuando los terroristas, fueron amnistiados, de todo tipo de delitos, incluyendo a los que nunca estuvieron presos ni un minuto, a todos, a los que además, les hemos pago y seguimos haciendo, millones de dólares en indemnizaciones y pensiones hereditarias.

Aquel famoso acto del Obelisco en 1983, marcó claramente, donde estaba la opción del sistema político, cuando en una frase se refirió a los terroristas, como “dignos ciudadanos, víctimas de su integridad moral y su altivez cívica”, estruendosamente aplaudida,demostrando, porqué este asunto no se resuelve, aunque el pueblo ya laudó.

Buena parte de la población, está ajena a estos sucesos, que ignora muchas veces, o que ha sido vilmente engañada, por una revolución cultural marxista, que habiendo copado los medios educativos, los de comunicación y demás agentes culturales, ha interpretado estos hechos, bajo un sesgo siempre ideológico unilateral y sin oponentes.

Pretendemos desde aquí, un medio sin sustento financiero, sin apoyos, inspirados por un aliento patriótico, poder decir la verdad, porque entendemos que estamos en una guerra psicopolítica, difícil de percibir para muchos, donde defendemos una causa justa, que es ignorada, tergiversada y ahogada, por revanchismos de odio poderosos en todo sentido.

Pero además, lo que más indigna, es saber que muchos actores claves en este asunto, están preocupados por adobar el lechón, mientras avanza la implacable venganza…

Daniel García

P.D: Finalmente, este domingo 29 de diciembre, unos cientos de personas, se convocaron en las puertas del Establecimiento de Domingo Arena, donde están detenidos, violando todas las normas y leyes, aquellos servidores que fueron convocados por el gobierno de turno, hace más de 50 años, a combatir al terrorismo que antes describíamos.

Pacíficamente, la hija del Coronel Lete, el último militar que se intentó detener en esta cárcel, leyó una sentida proclama en defensa de su padre, para que luego los concurrentes, cantáramos nuestro Himno Nacional a capela, en un claro mensaje a quien quiera escuchar, “SE TERMINÓ EL ATROPELLO”