AHH, ¡SE ACORDARON DE SANTA BÁRBARA! Por Daniel García

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Santa Bárbara, se considera protectora ante las tormentas y los rayos, patrona de los Artilleros, con un refrán popular que reza, “Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena” que se usa para criticar a quien se olvida de quien le ayudó a conseguir algo.

La protección ante tormentas y rayos, viene muy apropiada en estos tiempos de incertidumbre climática, cuando parece haberse instalado las post alertas, ya que las mismas llegan luego que los eventos nos sorprenden. 

Realidad que encaja como anillo al dedo, en estos tiempos políticos en que varios invocan a Santa Bárbara, porque hubo truenos, y las alertas han reaccionado tarde, pese a que en este caso las hubo, pero muchos no las escucharon, cuando la soberbia hace su juego solapado, nubla el razonamiento y la tibieza de reacciones y acciones se instala.

Los sucesos que terminan con el ex intendente Besozzi procesado con prisión domiciliaria y tobillera, se han descargado sobre el acontecer nacional, cual tormenta furiosa con muchos truenos y rayos, que provocaron como ya sabemos, reacciones, fundamentalmente en el Partido Nacional, en solidaridad y defensa del correligionario.

Yo no conozco a Besozzi, ni se que hay o no de cierto sobre los casos en los que se le acusa, asunto que la justicia investigará, habrá juicios y demás, luego un veredicto, temas estos sobre los que no me voy a referir, por no tener los elementos necesarios para tomar partido, pero si me gustaría referirme al hecho en si, donde aparece Santa Bárbara.

Varios dirigentes han expresado su indignación, han recurrido a gruesas calificaciones hacia la fiscal actuante, de la cual han investigado hasta sus redes sociales, para descubrir su clara y evidente postura política, cosa cierta y que ha sido pública, evidenciando una obvia posición ideológica muy crítica del Partido Nacional.

Llegando incluso, el senador García a declarar, que “todo era parte de una operación política en fiscalía”, lo que provocó reacciones desde ésta, el Frente Amplio, el gobierno, faltó INUMET que alertará con algún color que los truenos y rayos ya estaban.

Pero para poder valorar debidamente el hecho, debemos recordar, no solo el origen de este continuo dolor de cabeza que provoca la Fiscalía desde que comenzó a operar con el nuevo Código General del Proceso, que tiene un creador, como todas las cosas que existen, en la persona del ex fiscal Jorge Díaz, actual prosecretario de presidencia.

Fue advertido, denunciado en sus irregularidades de base, por el extinto doctor Viana, quien desmenuzó y advirtió los males que provocaría, el Dr. Lust, gran conocedor de la Constitución también se ha referido al asunto, el que fue votado oportunamente en el año 2017, sin el debido análisis de la oposición, pese a las advertencias, aprobándose.

Dentro de otras irregularidades, se creó una fiscalía de “delitos de lesa humanidad”, la cual debería juzgar aquellos delitos que se hubieran producido a partir del año 2006, fecha de aprobación en el país del llamado Estatuto de Roma, que codificó o enumeró, cuales eran los casos comprendidos y que podían ser considerados por esta norma.

Sin embargo, a través del famoso fiscal Perciballe, una especie de protegido en su habilidad acusatoria y operativa, el mismo se ha dedicado a enviar a prisión a militares retirados, policías y civiles, gente ya muy mayor en su mayoría, al investigar hechos de la década del setenta, cuando Uruguay debió combatir un ataque terrorista internacional.

Ni siquiera las pruebas presentadas para su remoción, debido a las visitas que realizaba a un primo terrorista detenido en el Penal de Libertad, lo que lo eximirían de estar en esa función, ilegal, además, por lo establecido en las fechas de entrar en vigencia los delitos sobre los que se ha pretendido acusar, además de estar prescriptos hace rato.

Pero tanto Díaz, como su socio Perciballe, ya operaban juntos desde el caso Feldman, cuando se descubre el mayor arsenal de armas clandestino, se monta un operativo, donde finalmente el principal testigo es eliminado y se declara, que el Sr. Feldman padecía un síndrome de acumulación, que incluía 1 millón de dólares en armas. 

Ese pasado, llamado “reciente”, no deja de golpear la puerta del presente, cuando se discuten, rememoran o se trata por alguna razón, lo que aconteció en los años de guerra interna con su secuela de muertos, detenidos, exiliados o desaparecidos, asuntos todos que han generado múltiples historias, visiones, interpretaciones y acciones políticas.

Plebiscitos y referéndum como sabemos, han intentado poner el debido punto final, el que no se ha respetado en dos oportunidades, arrasando la voluntad popular, suplantada con leyes interpretativas que el Frente Amplio alegremente por sí y ante sí aprobó.

El resto del sistema político, vimos en ocasión de este atropello, que levantó algunas voces, como la del senador García con la Constitución en la mano, cuando vociferaba sobre lo que se estaba desconociendo, también el entonces senador Lacalle Pou hizo lo propio, protestas diluidas en el tiempo y que solo confirmaron la violación consumada.

En el último periodo de gobierno, ya como Coalición, el ex senador Manini presentó proyectos para votar una ley de prevaricato, que pudiera accionar sobre aquellos jueces que actuaran contra las normas, desconocieran derechos o procedieran con mala intención, como forma de que hubiese frenos y sanciones a las inconductas judiciales.

También intentó votar normas, que permitieran aplicar la ley de caducidad, derogada ilegalmente, ya que el país requiere cerrar este capítulo interminable de la historia, como generador de rivalidades, revanchas y divisiones que envenenan la convivencia pacífica.

Estas iniciativas, recibieron la indiferencia, como el portazo para no ser consideradas, ya que una vez más, parece que el temor y la tibieza ha ganado la pulseada en varias filas, que al no animarse a encarar acciones firmes para detener los atropellos de la izquierda, han terminado, como vemos, llevándoselos puestos a ellos mismos.

Consultado en varias ocasiones sobre los “presos políticos”, el inefable senador García, nos hizo saber que eso estaba en la justicia y que era otro poder independiente, por lo que no correspondía hacer nada y dejar que actuara.

Todo dicho, sobre su propia actuación en el parlamento, donde expresaba a voz en cuello, que se estaba violando la Constitución, la que sostenía en otro mano agitándola.

Santa Bárbara, es rememorada tardíamente, cuando un correligionario es procesado con el rayo fulminante, que se advirtió que inevitablemente caería, ni bien la izquierda retomara el poder, por lo cual sería prudente considerar, que irán por algunos más, asegurando así, que algunos rivales de peso, no los salve ni la misma Santa.

Subestimar, desconocerlos por no estudiarlos, los hijos de la revolución funcionan con aquel dicho, “como te digo una cosa, te digo y hago la otra”., por lo que algunos políticos y partidos, no entienden dónde están los verdaderos rivales, más si tenemos en cuenta, que buscan congraciarse apoyando tantas veces lo que los va a destruir. ¿Se entiende?

Una y otra vez, más que nunca en este último periodo de gobierno, han desfilado viejos soldados, que fueron servidores y actores llamados por el sistema político, para combatir en una guerra que no buscaron ni provocaron, dieron cumplimiento a las órdenes recibidas, actuando con la lógica de una guerra irregular y anti terrorista.

Sin embargo, buena parte del sistema político, se hizo el desentendido, al presidente se le hicieron llegar varias propuestas para que actuara, las desconoció olímpicamente a todas, quedando en el camino aquel “me quiero hacer cargo”

Dejando que aquel desfile de viejos soldados, incluyera varios que encontraron la muerte en cautiverio, sin que esto a nadie inmutara, ningún medio investigara, no se entrevistara a ningún familiar, solo hablar del asunto cuando algún aniversario genera marchas.

Sucedió, que el asunto quedara remitido a un pequeño grupo de camaradas y familiares que han intentado alzar la voz denunciando lo que los “Defensores de las Leyes” olvidaron y despreciaron, aunque ahora los truenos hacen que recuerden a Santa Bárbara.  

Daniel García