EL PASADO RECIENTE CONTADO POR LOS MEDIOS DE PRENSA DE LA ÉPOCA (27)
Fecha: 27 de Diciembre de 1966 – Diario “El Diario” – En Portada
Dramático Tiroteo en la Madrugada
Un Tupamaro Mató un Policía y se Suicidó
Esta madrugada a la 1 y 15, el Jefe del Comando de Radio Patrulla, Comisario Antonio Silveira Regalado, dijo a nuestros cronistas: “Mañana a las 11, si estoy vivo, les informaré todo lo que se pueda decir sobre células terroristas”. Una hora después, un Tupamaro ultimaba de varios balazos al brillante funcionario policial.
Fecha: 27 de Diciembre de 1966 – Diario “Acción” – En Portada
TERRORISTAS: MATAN ALEVOSAMENTE A UN COMISARIO POLICIAL
Al Allanar una Guarida fue Atacado por la Espalda; el Homicida se Quitó la Vida
Atacado por la espalda cuando efectuaba un allanamiento en una chacra de Canelones, cayó esta madrugada bajo el plomo criminal, el Comisario Antonio Silveira Regalado, a cargo del Servicio de Radio Patrulla de la Jefatura de Policía de Montevideo.
La muerte del joven e inteligente funcionario ha sido recibida por nuestra población con gran pesar, ya que Silveira Regalado había puesto en la defensa de la sociedad sus mejores condiciones de funcionario y de hombre, llegando muchas veces a exponer su vida que, lamentablemente, perdiera esta madrugada.
Un hombre valiente
Para quienes en razón de nuestro trabajo teníamos contactos frecuentes con Silveira Regalado, este se mostraba siempre amable, de un carácter jovial, que daba y recibía una broma, en medio de una conversación seria, que de inmediato tomaba su giro formal.
En los últimos días, con motivo de las diligencias para poner en evidencia las actividades de las células comunistas en nuestra ciudad, el Servicio de Radio Patrulla tuvo preponderante actuación, ya que estuvo en todos los allanamientos efectuados y colaboró directamente en las capturas logradas.
En todas esas actuaciones, vimos al Comisario Silveira Regalado actuar con un valor rayano en la temeridad. Al allanar una casa, entraba siempre él primero, dando el pecho al peligro que pudiera ocultarse allí. Parecía que no creyera posible su muerte en esas acciones, porque tenía el convencimiento de estar defendiendo a la colectividad de un enorme peligro que la acechaba.
Lamentablemente, ese exceso de valor, ese exceso de hombría, le fue fatal esta madrugada, cuando efectuaba su último allanamiento en una chacra cerca del Tala, como veremos a continuación.
Un lugar concreto
Las indagaciones cumplidas por el Departamento de Inteligencia, por las seccionales 12ª, 17ª y 19ª habían permitido lograr una pista interesante sobre el posible paradero de los cabecillas de las células que se mantenían prófugos. La comisión integrada por treinta hombres, en seis patrulleros, buscó largamente el lugar deseado y señalado algo confusamente en los informes que obraban en poder del Comisario Alejandro Otero, de Inteligencia.
Llegan al lugar
Eran las 2 y 50 de esta madrugada cuando los seis coches policiales se detuvieron muy cerca del kilómetro 40 de la Ruta 7, al Tala. Los hombres bajaron en medio de un silencio total de los vehículos y sin hacer el menor ruido, se dirigieron a una chacra desde la cual no se podía haber escuchado el ruido de los motores que marchaban muy moderadamente precisamente, para que su ruido no se oyera en medio del silencio absoluto de la madrugada.
Las manos de los agentes se crispaban prontas al disparo en las armas largas que llevaban, mientras que los que dirigían la maniobra ordenaban en voz aja un despliegue para rodear la casa de la chacra y evitar posibles fugas por los fondos.
El minuto fatal
Todo estaba dispuesto. A una señal, el Comisario Silveira Regalado avanzó hacia la casa, como siempre lo hacía, él primero entre todos. Llegado a la puerta, se detuvo un instante; su pierna derecha se alzó y un vigoroso golpe con la planta del pie hizo que la puerta se abriera de par en par, dejándole franco el paso a él y al haz de luz de su linterna encendida.
Tantas veces lo había hecho, que lejos estaba de creer que pudiera pasarle algo desagradable. Pero el destino quería otra cosa y aquel fue el último minuto del valiente policía.
Tiro a mansalva
Porque, apenas había entrado Silveira Regalado, alguien que estaba junto a la pared del frente de la misera vivienda, hizo contra él varios disparos con un revólver, calibre 32, alcanzándolo de lleno en la espalda.
Con un valor sobrehumano Silveira, desde el suelo, giró algo su cuerpo y con el revólver que llevaba empuñado hizo un disparo contra su agresor. Luego cayó pesadamente y dejó de existir.
Segunda muerte
No se había extinguido el eco del disparo del policía, cuando se escuchó en la madrugada otro disparo de calibre 32. El agresor había vuelto el arma contra su propia cabeza y se había descerrajado un balazo que también le causó la muerte en forma instantánea.
Tras este disparo se hizo un silencio total en el rancho y la policía, con varias linternas encendidas, penetró al mismo.
Lo primero que se ofreció a su vista fue un estado de suciedad y abandono impresionantes, muy similar al que halláramos en la llamada “Comunidad Juvenil Eduardo Pinela” de la calle Heredia 4440.
La linterna de Silveira Regalado había encandilado a un sujeto que, en compañía de una mujer, dormía en un jergón en un rincón del rancho y que aún no había acabado de despertarse cuando ya se había consumado la tragedia que costara dos vidas.
Los identifican
Dominada la situación e incautadas dos pistolas, un revólver calibre 38 más un arma larga, se procedió a identificar a quienes se hallaban allí. El matador del Comisario Silveira Regalado y suicida, resultó ser el dueño de casa, llamado Mario Alfredo Robaina Méndez, poseedor de la Cédula de Identidad Nº 1.739.755, nacido en Montevideo, el 3 de octubre de 1939.
El otro que estaba con una mujer en un rincón del rancho, era Alberto Rodríguez, uruguayo, casado, de 38 años y más allá estaba José Vilmar Gonzáles Ro-
(Continúa en la Página 8)
Fecha: 27 de Diciembre de 1966 – Diario “Acción” – Pág. 8
Matan a un Comisario
(Viene de la Página 1ª)
driguez, uruguayo, soltero, de 21 años, que, siendo ex soldado del Cuerpo de Blandengues, utilizaba sus conocimientos adquiridos en el cuartel, para convertirse en instructor de tiro de los afiliados a las células extremistas que se investigan. La compañera de Alberto Rodríguez era María Amanda Píriz de Rodríguez, uruguaya, casada, de 31 años, su esposa.
Lo infaltable
Así como en estas “bases” son infaltables las armas, también lo son los libros y la propaganda extremista. En el miserable rancho, también había esos elementos de difusión y convencimiento. Se secuestró por ejemplo, el libro “El camino” de un anarquista italiano conjuntamente con la obra de Prokoptin “A los jóvenes”, “Diez preguntas a un guerrillero”; gran cantidad de volantes exhortando a leer el diario “Época” y numerosas hojas de propagandas diversas, todas ellas de claro cuño comunista.
Van al Juzgado
Los tres detenidos -a quienes se les secuestró una motoneta que se dijo pertenecía a un secretario del Consejero Nacional Sr. Alberto Heber, a quien seguramente le fuera sustraída- fueron traídos directamente desde la chacra al Juzgado de Instrucción de 1er. Turno, donde fueron interrogados por el Juez Dr. Pereira Manelli, sumándose otro sospechoso detenido en aquel paraje, que era el bancario Alejandro Albanell Martorell, uruguayo, casado, de 34 años.
Dejados allí, los integrantes de la comisión, sin darse descanso se dirigieron a la Seccional 12ª, de donde salían poco después para el cumplimiento de otras diligencias.
La foja de Silveira
El abnegado Comisario Antonio Silveira Regalado había nacido en Montevideo en la 12ª Sección Judicial el 22 de mayo de 1926, por lo que contaba en la actualidad cuarenta años de edad. Era casado y padre de una niña de nueve años y de un niño de ocho, siendo su domicilio el de Gobernador Vigodet 2551.
Su foja de servicios es por demás honrosa, ya que señala que, habiendo ingresado al Instituto Policial como Agente de Seguridad -el puesto mas bajo del escalafón- el 3 de octubre de 1945, ascendió el 14 de noviembre del mismo año a Escribiente de 2da. y el 9 de noviembre de 1949 a Escribiente de 1ra. tras lo cual fue Oficial Inspector el 10 de setiembre de 1951. Pasó a Comunicaciones y Transportes el 4 de noviembre de 1952 y a Servicio Motorizado el 11 de mayo de 1953, tras lo cual termina su carrera como Oficial Inspector pasando a Tránsito el 30 de enero de 1958.
El 5 de noviembre del mismo año, es ascendido a Subcomisario, llegando a Comisario el 10 de enero de 1963, cargo con el cual pasó como Jefe de Patrulleros el 2 de agosto de 1965, cargo en el que lo sorprende la muerte.
Sus distinciones
Además de estos detalles de su carrera funcional, la foja de servicios de Antonio Silveira Regalado contiene las siguientes anotaciones:
El 6/12/52, con motivo de celebrarse el día de la Policía, le fue otorgado Mención Especial y Diploma, por la actuación que le correspondió en el esclarecimiento de delitos y aprehensión de los autores.
3/2/52: Formulario de rendimiento y concepto. Concepto funcional: muy bueno.
3/11/64: Fue felicitado por el Sr. Jefe de Policía, por el esclarecimiento de un hurto perpetrado en un importante comercio de plaza.
19/11/64: Visto la exitosa gestión realizada por efectivos pertenecientes a la Dirección de Seguridad, mediante la cual se obtuvo la detención a pocas horas de consumado el hecho, de los autores de la muerte del Agte de Seg. Carmel Héctor Viera Cardozo. Considerando que la actuación del referido, fue factor preponderante, demostrando perspicacia, encomiable celo funcional y notoria eficiencia. Por ello el señor Jefe de Policía, resuelve felicitar al titular por las consideraciones expuestas.
30/4/65: Fue felicitado por el señor Presidente de la Comisión Pro Colaboración Policial de la Secc. 9ª por su activa y eficaz vigilancia en 96 casos que sus habitantes habían notificado de su ausencia en turismo.
7/11/66: Fue felicitado por el Sr. Jefe de Policía, por su actuación en el esclarecimiento de un homicidio ocurrido en jurisdicción de la Secc, 11ª.
25/2/66: Le fue concedido el Premio a la Laboriosidad, consistente en un objeto de arte.
14/7/66: El Sr. Jefe de Policía, felicita por su actuación destacada que le cupo en el concurso de tiro realizado en Estados Unidos de Norteamérica en ocasión de la beca que usufructuó.
7/11/66: La Directiva del Club River Plate eleva nota a la Superioridad; felicitándole por la organización puesta de manifiesto durante el lapso del encuentro realizado por dicho club el día 16/10/66.
OTRA PANTALLA TERRORISTA: IMPRENTA CLANDESTINA TRAS TALLER MECANICO
Hallaron Protección de Cemento Similar a la de La Camioneta del Tiroteo
Al cerrar nuestra información de ayer sobre las actividades que viene cumpliendo la Policía para aclarar las andanzas de las células extremistas en nuestra ciudad, señalábamos que un funcionario allegado a la pesquisa nos había adelantado que era inminente que se produjeran novedades de bulto en las próximas horas.
Se produjeron dos: una el allanamiento de un nuevo local; otra la lamentable muerte del comisario Antonio Silveira Regalado, Encargado del Servicio de Radio Patrulla de la Jefatura de Policía que tan preponderante papel ha tenido en lo que va de la investigación.
El allanamiento
Ayer de tarde, una orden emanada de la Radio Policial, comunicó a cinco patrulleros de que a las 13.15 debían encontrarse en la Base “para un procedimiento importante”.
Concentrados los patrulleros se dirigieron a la Seccional 12ª y de allí, bajo ordenes del comando integrado por los comisarios Silveira Regalado, de la Radio Patrulla; Alejandro Otero, del departamento de Inteligencia y del titular de la Seccional 12ª, Martín Isabelino Casal, salieron raudamente para detenerse en la esquinade José L. Terra y Gustavo Gallinal.
Los efectivos policiales se apearon velozmente de sus vehículos y se dirigieron a la finca señalada con el 2995 de José L. Terra que es un local aparente para almacén, en la misma esquina, teniendo a su costado una entrada de garaje y, dentro una dependencia para vivienda de familia.
Huella evidente
Los policías actuantes, apenas abierta la entrada de lo que sería el despacho del comercio que allí se instalara, apreciaron un cartel que rezaba: “Apoye la Ley de Teatro”. Había, además, tarros de pinturas de varios colores y algunas damajuanas con productos químicos cuya naturaleza revelara el examen a que serán sometidos dichos envases.
Entrando, en las dependencias para familia, se encontraron cuchetas rústicas en las que se cree dormían los integrantes del grupo que se tiroteara con la Policía, en cuya acción muriera el extremista Flores Álvarez.
En el garaje, en un molde, aún fresca, apareció una plancha de cemento, similar a la que llevaba la camioneta A 47-755, destinada a servir de defensa a los que desde el vehículo tiraran contra cualquier coche policial o particular que los persiguiera, luego de un atraco, o un atentado con explosivos.
Finalmente, en el sótano de la casa, fue ubicada una máquina “plana” de imprimir, de las llamadas “minervas”, con la que se imprimirían folletos, volantes, “mariposas” y toda clase de propaganda chica, así como “Instrucciones “por circular para los afiliados a las células extremistas.
Hablan vecinos
La Policía interrogó a algunos vecinos de la casa. Por ellos se supo que hasta el sábado pasado habían estado allí dos de los buscados. Agregaron los siguientes detalles, en base a las fotografías que les fueron exhibidas: Es seguro -según el testimonio de los vecinos- que el ingeniero Jorge Manera Lluveras; el ex profesor de Bellas Artes, Julio Marenales; el dirigente de la “Eduardo Pinela”, Gabino Martín Falero Montes de Oca; Tabaré Eloises Rivero Cedrés y el extinto, Carlos Alberto Flores Álvarez, concurrían al lugar.
Agregaron los vecinos que era creencia que en la casa funcionaba un taller de reparación de autos y motonetas y nadie suponía que los ocupantes de la misma eran terroristas que coordinaban allí sus planes.
Los que iban a diario eran Falero Montes de Oca y Rivero Cedrés; en tanto que Marenales y el ingeniero manera lo hacían en forma más espaciada y muy esporádicamente los restantes.
Además de éstos, había otros dos hombres, a los que conocían por “Omar” y por “Jesús”, personas sumamente afables y simpáticas, Se presume que el llamado “Jesús” pueda ser en realidad Heraclio Jesús Rodríguez Recalde, un nuevo dirigente de célula que ha aparecido en escena y que es afanosamente buscado en estos momentos por la Policía.
Señalan que los ocupantes de la casa se habían conquistado la simpatía de los niños del barrio, que frecuentemente llevaban sus bicicletas a que se las arreglaran, lo que aquellos hacían sin cobrarles nada. Esos mismos niños – hace unos veinte días- basados en la confianza que tenían con los “amables vecinos”, entraron a la casa sin hallar a nadie -sin duda estaban en el sótano donde se hallaba la máquina impresora- llegando hasta el garage en el que hallaron una flamante camioneta, sin duda robada. Esto no llamó la atención, ya que, como antes dijimos, los hombres que allí se movían eran considerados mecánicos y aquel coche bien podía estar para una reparación.
Esta conducta abierta con todos los del barrio lógicamente que no podía despertar sospechas en nadir. Más aún, era frecuente que dejaran entrar a toda la casa a muchachos conocidos del lugar que nunca vieron nada raro ni sospechoso, ya que todo allí parecía ser absolutamente normal. Se estableció también que la casa estaba alquilada a nombre de una señora, madre de uno de ellos, aunque la Policía no nos informó de quién.
El día del tiroteo
Otro dato interesante recogido del … fue que el día en que se produjo el violento tiroteo con el patrullero 24, Gabino Martín Falero Montes de Oca llegó aproximadamente a la casa de la que retiró algo, yéndose con la misma urgencia que había llegado. El domingo último agregan algunos que vieron luces encendidas durante la noche, pero que tampoco hubo ningún movimiento anormal.
Se recordará que cuando ocurrió el tiroteo, huyeron dos hombres; uno de ellos a pie a través de un baldío y otro haciendo a tiros su retirada. Puede ser que esos fugitivos se hayan dirigido a este escondite para planear allí sus próximos movimientos. Y el hecho de que Falero Montes de Oca haya estado en la casa aquella misma tarde confirma las sospechas de que pudo haber sido uno de los que iban en la motoneta robada desde la cual … al patrullero 24.
Hacia Canelones
Cumplido este procedimiento que … arrojó detenciones, ya que nadie estaba en la casa, la … comisión se dirigió a Canelones, donde los integrantes del comando se entrevistaron con las autoridades de la Jefatura de Policía de aquel Departamento.
Es sabido que muchos de los integrantes de estas células, que han desaparecido de sus domicilios y de sus trabajos, han buscado escondites en el interior del país, para eludir la detención por la Policía.
Lógicamente, Canelones, departamento limítrofe a Montevideo puede ofrecer muchos enterraderos, ya que los extremistas cuentan en el mismo con numerosos afiliados y simpatizantes, capaces, unos y otros, de comprometerse para prestar ayuda a estos prófugos de la Justicia.
En otro lugar, informamos sobre la prosecución de esta diligencia que culmina esta madrugada con la muerte del Comisario Antonio Silveira Regalado.
ULTIMO MOMENTO
Tiroteo en Neptunia
Dos que huían en una Motoneta
Esta tarde, a las 14.50, el Comisario de la Policía Caminera Ibero Olaizola de hallaba en el patrullero 48 a la altura del Km. 40 de la Ruta 34, cuando pasó por el lugar la motoneta chapa Ad. 3787, en la que viajaban dos hombres que están señalados como implicados en las actividades terroristas que se investigan.
El patrullero salió en persecución de la motoneta, pero los ocupantes de esta al verse perseguidos abrieron fuego contra el coche policial, siendo respondido el fuego por el funcionario.
De pronto la motoneta se detuvo y los fugitivos se lanzaron a tierra internándose en un monte cercano.
Se nos informó en la Policía Caminera, sobre la hora de cierre de esta edición, que uno de ellos fue detenido y que ambos se encuentran heridos, uno en una pierna y el otro en un brazo. Se esperaba capturar al restante en poco tiempo más.
Los prófugos estarían heridos, pero no de hoy, sino del tiroteo del jueves pasado.
Fecha: 28 de Diciembre de 1966 – Diario “El Día” – Pág. 5
Batidas en Todo Montevideo Buscando a los Cómplices del “Tupamaro” que Dio Muerte al Comisario Silveira
La búsqueda de los terroristas de izquierda que se propusieron con criminales planes, ahora perfectamente probados, alterar la paz pública, sumir al país en una siniestra tiranía, matar mediante cobardes atentados a hombres públicos y cometer toda clase de delitos, políticos y comunes -asaltos y robos- arrojó ayer, como doloroso resultado, la muerte de un dignísimo representante del orden y la ley.
Más sensible y sublevante es este episodio que conmueve al país, si se considera que, ese policía ejemplar que era el Comisario Antonio Silveira Regalado, fue vilmente asesinado.
El sentido de la justicia, el respeto a la vida, el cumplimiento de la ley fue lo que originó su muerte a manos de quien precisamente, fanatizado por sus ideas que sagas y diabólicamente le insuflaron otros que permanecen en las sombras no titubeó en matarlo para luego y no en acto de conmoción sino en cumplimiento de su extraviado pensamiento, se suicidó.
Surge esto, patentemente, de ese cruel episodio -ocurrido en segundos, al filo de las y 30 de la madrugada de ayer- de la narración del propio compañero del asesino.
Silveira Regalado, en cumplimiento de su deber, con el arrojo y la intrepidez que le eran características, no quiso que ningún subalterno se arriesgara y penetró primero en el rancho de latas que cobijaba a Alfredo Mario Robaina Méndez.
Aunque conocía perfectamente que los buscados son fanáticos y están fuertemente armados, Silveira sólo procuraba apresarlos para que la Justicia les tomara cuentas y, por eso, iluminando el lóbrego interior con la luz de su linterna, les intimó que se rindiesen y serían respetados.
Y mientras él formulaba este llamamiento -que José William González acataba levantando las manos- desde las sombras de un rincón, el fanatizado hasta la criminalidad Robaina, descargó sobre el valiente y pundonoroso oficial su revólver.
Hubiera sido fácil, desde los múltiples parapetos del exterior, emboscar a los cobijados en el rancho; obligarlos a salir y ultimarlos, si se resistían.
Silveira Regalado prefirió la acción franca, clara, porque quería respetarles la vida, apresarlos sin dañarlos. Desgraciadamente, la saña tremenda que se ha inculcado a estos hombres, llevó a Robaina al crimen alevoso y al suicidio, lo que prueba con una fuerza que debe convencer hasta a los más escépticos, de la peligrosidad que encierran estos “tupamaros” muchos de los cuales se han reclutado entre jóvenes que, encaminados de distinta manera, hubieran sido ciudadanos útiles.
Los Últimos Allanamientos
La intensísima jornada de anteayer -de la que informáramos pormenorizadamente- culminó, a las 3 t 30, con el allanamiento en que se produciría la muerte de Silveira Regalado. Precisamente, cerramos nuestra crónica, adelantando la noticia de que se estaba por ubicar, en los alrededores de Montevideo, un predio que serviría como campo de entrenamiento de los llamados “tupamaros”.
Durante el día, la acción policial, -incesante desde el momento del tiroteo en que encontró la muerte Carlos Alberto Flores- había permitido hallar nuevas pruebas de la extensa e importante organización terrorista.
Otro golpe a la organización fue el hallazgo de la casa de José L. Terra casi Gallinal, donde se encontraron huellas del reciente paso de los terroristas. Allí, como dijimos, apareció una imprenta para editar panfletos subversivos, cuchetas, formas del hormigón que usaban para blindar los autos que robaban. Fue valiosa la identificación de Gabino Falero Montes de Oca como concurrente asiduo a esa casa y, también, la presencia habitual del Prof. Julio Marenales Sáenz. De la búsqueda de los que aparecían como inquilinos, surgieron allanamientos realizados -en término de pocas horas- en fincas situadas entre Lezica y Colón.
Poco después -de lo que informamos, también, con detalles- se reveló otra figura importante en la organización un jefe de otra de las células Heraclio Rodríguez Recalde y su esposa, al parecer estrecha colaboradora Edith Moraes.
El Campo en “La Cruz de los Caminos”
Del interrogatorio a los detenidos Arakel Sarandarian, Nieves Muniz, Rivera Yick y Domínguez Gularte, -todos miembros activos, aunque no elementos de choque- también se fueron obteniendo muy importantes datos.
Al iniciarse la madrugada, la policía sabía que a cuarenta kilómetros de Montevideo sobre el Camino de Las Instrucciones, existía un predio n que solían reunirse varios “tupamaros”, entre ellos, algunos jefes de células.
El peluquero Rivera Yick, -que era instructor de ejercicios físicos en el centro “Pinela” de la calle Heredia- habría proporcionado el dato.
De inmediato partió para allí un grupo de funcionarios, encabezados por el comando que para el caso habían integrado el Comisario de Patrulleros Silveira Regalado, el Comisario de Inteligencia y Enlace Alejandro otero y los Comisarios de las Secc. 12ª y 19ª, Casal y Rodríguez Moroy.
Unos 25 hombres integraban la partida y se presumía que en el rancho indicado estaba Gabino Falero Montes de Oca, sindicado precisamente como el cabecilla de la “c-elula” que integraba Flores y que se proponía asaltar la tesorería de Cutcsa o de OSE en víspera del 24.
No se demoró la acción ante el temor de que Falero, que tiene en su poder documentos falsos, pudiera huir.
EL LUGAR: CONCENTRACIONES
De difícil ubicación es el lugar. De la altura del Klm. 40 de las Instrucciones parten dos caminos, lo que ha dado nombre al paraje. Por una de las rutas de balasto que conecta con Toledo, a unos 200 metros del camino principal se abre una huella de tierra que sirve de salida a las chacras de los alrededores. A mano izquierda, en mitad del camino, está el predio constituido por alrededor de dos hectáreas y media de terreno frondosamente plantado de eucaliptus. Hay algunos árboles crecidos y otros nuevos, que se alzan a apenas metro y medio del suelo, pero con espesas hojas. En medio de los árboles está el rancho de paredes de lata herrumbrosa y con techumbre de quinchado hecho toscamente, con paja y hojas ya secas de eucaliptus.
Al fondo hay varios galpones de material para criadero de gallinas, existiendo alrededor de mil aves. Este criadero y el predio es propiedad de un empleado de Banco de apellido Albanell, que anoche prestaba declaración ante las autoridades. Al parecer está desvinculado del caso e ignoraba -según afirma enfáticamente- las actividades subversivas que se cumplían allí. En efecto el manejo del criadero lo había confiado a José William González Rodríguez, que es uruguayo, de 25 años y había sido -hasta hace dos años-soldado del Cuartel de Blandengues. Albanell concurría para ver la marcha del criadero, que iba capitalizando poco a poco e, incentivar la plantación de eucaliptus. Pero, conociendo sus llegadas con antelación, los “tupamaros” nunca estaban cuando él visitaba el predio. Precisamente, para aumentar las comodidades del peón, Albanell había dispuesto la construcción -junto al rancho- de una casita de bloques y ya se habían depositado, allí, los materiales. Ese sitio era el elegido por los “tupamaros” como lugar de ejercicio de tiro, reuniones secretas y refugio en caso de peligro. Para eso caracterizaron al exsoldado, hombre de pocas luces.
El Peón y su “Patrón”, Robaina
Desde hacía varios meses, frecuentaba cada vez más asiduamente el rancho Alfredo Mario Robaina Méndez, uruguayo, soltero, de 26 años, de cuyo pasado muy poco se conocía hasta anoche. A los efectos de disimular ante el vecindario su verdadera condición de “agitador”, Robaina decía ser del interior del país y estar buscando trabajo en Montevideo, manejándose entre tanto con “changas”. Voluntariamente ayudaba a su amigo el peón González y se llegó a creer entre la gente del lugar que era otro de los dueños del criadero pues a veces en comercios de la zona donde llegaban juntos González lo llamaba “patrón”.
En realidad era una especie de “patrón ideológico”. González había sido captado por los “tupamaros” y concurría a reuniones en la “Comunidad Pinella”. Estaba siendo sometido a prueba y ocupaba un escalón muy bajo de recién iniciado. Pero no obstante, ya se le habían impuesto férreas disciplinas y entre ellas aprovechando su empleo y refugio se le asignó la obligación de dar cobijo a Robaina. Poco a poco, ya iniciado en la célula comenzaron a frecuentar el lugar otros integrantes del grupo a quienes González conocía por haberlos visto en el centro “Pinella”.
Allí pues, se habían los entrenamientos de tiro, etc. amparados en la confianza que el dueño tenía en su peón y en lo apartado del lugar.
De Robaina de regular estatura, complexión fuerte, despejado, se sabe que poseía cierta cultura y estaba fuertemente adiestrado. Era unos de los hombres de “acción” y estaba probando la fidelidad de González. Anteayer de mañana, por ejemplo, llegó al predio y mandó a González que le preparara un mate. Apenas se alejaba ocultó junto a un tronco, ajo una capa de hojas secas un libro de adoctrinamiento en guerra de guerrillas editado en Cuba y de que es autor el Comandante Bayo. Se estima como muy posible que quería saber si luego González -para el cual tenía que ser notorio el escondrijo elegido casi en su presencia- iba a curiosear o hacía preguntas inconvenientes y reñida con la disciplina.
La Muerte de Silveira Regalado
Cuando la patrulla policial llegó al lugar, Robaina y González dormían en dos cuchetas adosadas al lao sur del rancho y en la parte baja, pues sobre ellas al estilo marinero, hay otras dos, lo que indica que frecuentemente dormían oras personas allí.
El rancho tiene una sola puerta que da al oeste. Silenciosamente fue rodeado el rancho por la policía con las armas prontas. Llamar desde la oscuridad protegidos entre los árboles y las pilas de bloques y acribillar el rancho, si oponían resistencia, era tarea fácil. Pero fue desechada de inmediato por el comando y sobre todo Silveira Regalado que, seguramente, pensaba obtener la rendición de quien ocupara la casilla sin derramamiento de sangre.
Por eso mismo, Silveira Regalado haciendo un ademán a sus hombres, se adelantó y empujando la débil puerta de tablones -sólo sujeta con un alambre- dio un paso adentro y, alumbrando con su linterna, dijo: “La policía … no ofrezcan resistencia”. El has de luz cayó sobre González, que dormía en la cucheta posterior, al fondo de la habitación de tres metros y medio de largo. Llevaba, en la mano derecha, una metralleta, algo inclinada hacia abajo y en la izquierda sostenía la linterna.
González, algo cegado por la luz, levantó las manos y oyó (en su propia versión), que Silveira Regalado repetía.
-Entréguese …
Pero, a un costado, en la densa oscuridad que no horadaba la linterna estaba acostado Robaina. Y éste aprovechando que el Comisario se encontraba parado en frente suyo, sin verlo, extrajo un revólver calibre 32 de debajo de la almohada y sin ningún riesgo lo apuntó e hizo jugar el disparador. Tiró a bocajarro, desde un metro y medio. En ese momento, el Comisario Rodríguez Moroy iba a cruzar la puerta. Pero cayó de las manos de Silveira la linterna, todo quedó a oscuras y se sucedieron en rápida sucesión los disparos.
Rodríguez Moroy, de un salto, corrió al exterior e hizo varios disparos contra el rincón de la habitación de donde viera surgir el fogonazo inicial. Sus proyectiles rozaron, sin duda, el cuerpo de Robaina sin herirlo. En la metralleta de Silveira apareció una cápsula detonada y el casquillo trancado en el caño. Eso indica que, aún herido por el primer tiro -quizás mortal- alcanzó a darse vuelta enfrentando al alevoso enemigo e hizo un disparo. Robaina siguió tirando contra él, con tremenda saña. La vitalidad del alto, joven y vigoroso Silveira, lo mantuvo de rodillas, recibiendo dos balazos más, en pleno pecho. Luego de seis disparos sucesivos -tres no dieron en el blan-
(Pasa a la página 8)
La Brillante Carrera de Silveira Regalado
Antonio Silveira Regalado terminaba de cumplir 40 años y desde hacía 22 integraba el cuerpo policial. Se fue elevando por sus propios méritos. Una inteligencia despejada, una honda vocación, una honestidad que era proverbial y una valentía y arrojo que le hacían, siempre, tomar para sí las misiones más riesgosas. Oficial por estudio, por cursos, se desempeñó en varias seccionales y, al fin, llegó a Comisario y Jefe de Patrulleros, al que le dio un extraordinario dinamismo, convirtiéndola en una sección ejemplar de la Policía. Pero, todo eso, que consta en la foja, es una parte de su personalidad.
Silveira Regalado se caracterizaba por su hondo respeto a la dignidad humana, a los fueros de los ciudadanos. Jamás destrató ni permitió que se tratara duramente a un detenido y los patrulleros, bajo sus órdenes, habían puesto un especial énfasis en servir a la colectividad trasladando heridos, enfermos, parturientas. Disimuló mucho, en estos últimos tiempos, las deficiencias de las ambulancias. Sus jefes lo respetaban; sus subordinados le tenían, con el respeto, afecto y admiración. Tenía enorme deferencia con la prensa, cuya importancia apreciaba más que nadie y, precisamente, en la madrugada de ayer, con emotiva palabra -pidió a los periodistas colaboración total en la tarea de destruir las células terroristas, haciendo un llamamiento al patriotismo y la fibra democrática de los orientales. Pero ese fervor iba, en él, unido a un deseo por cumplir con su deber sin derramar sangre y, precisamente, esa generosidad suya le costó una muerte alevosa. Vivía modestamente, en un barrio suburbano, en compañía de su esposa y dos hijitos, de 8 y 9 años de edad a quienes lega el ejemplo de su vida limpia y de su gesto heroico.
SU FOJA DE SERVICIOS
Inició su carrera desde los puestos más humildes, dónde se registra su ingreso al Instituto como Agente de Seguridad, en 1946.
Los ascensos premian la destacada labor, pasando de Escribiente de 1ª en 1949, a Oficial Inspector en 1951, en cuya calidad desempeñó funciones, sucesivamente, en Comunicaciones y Transporte (1952), Servicio Motorizado (1956) y en Comisaría de Tránsito (1958).
Fue designado Subcomisario en 1958, siendo ascendido a la actual jerarquía en 1963. En agosto del año pasado, Silveira Regalado se hizo cargo de la Jefatura de Patrulleros que desempeñó hasta su muerte.
Mereciendo un concepto funcional “muy bueno” su actuación recogió numerosas distinciones, recibiendo felicitaciones del Jefe de Policía, por su gestión en el esclarecimiento de delitos y aprehensión de los autores (Mención Especial y Diploma, 1962). Años más tarde, en 1964, el legajo registra este honroso antecedente: “Visto: la exitosa gestión realizada por efectivos pertenecientes a la Dirección de Seguridad, mediante la cual se obtuvo la detención a pocas horas de consumado el hecho de los autores de la muerte del Agente de Seguridad Carmelo Héctor Viera Cardozo. Considerando que la actuación del referido fue factor preponderante, demostrando perspicacia, encomiable celo funcional y notoria eficiencia. Por ello, el Sr. Jefe de Policía, resuelve felicitar al titular por las consideraciones expuestas”.
En febrero del corriente año, Silveira Regalado recibió el “Premio a la Laboriosidad”. Meses más tarde, el Jefe de Policía le felicitó, nuevamente, por su brillante actuación en el concurso de tiro realizado en los Estados Unidos, donde en usufructo de una beca, se clasificó entre los cinco mejores tiradores, en más de cien concursantes.
La última mención, se estampa el 11 de noviembre, al elevar nota el Club Atlético River Plate, felicitándolo por la organización puesta de manifiesto durante el encuentro realizado por dicho Club el 16 de Octubre.
Fecha: 28 de Diciembre de 1966 – Diario “El Día” – Pág. 8
Batidas en …
(Viene de la Pág. 5)
presume Robaina cargó la bala con que se pegó un tiro en la sien.
“No Tiren … Tienen un Compañero Herido”
Los tiros de Robaina, finales, casi se confundieron con los de Rodríguez Moroy y entonces se oyó la voz de González que gritaba:
-No tiren … tienen un compañero herido.
Varios funcionarios se precipitaron en la oscura pieza y encontraron a González levantando el cuerpo de Silveira. Con el dolor y la indignación que es de imaginar, los patrulleros y otros policías condujeron fuera el cuerpo del Comisario, comprobando que ya había fallecido. También muerto, con una bala en la sien, fue encontrado caído en el piso, Robaina.
Armas y Propaganda
González fue trasladado a la 12ª, donde hizo la narración que dejamos expuesta. En los interrogatorios a que fue sometido -y cuyos resultados se mantienen en secreto- habría ofrecido elementos que prueban el adiestramiento a que eran sometidos, la disciplina impuesta, la sumisión que estaba obligado a soportar. En los bolsillos de Robaina a pesar de que carecía de trabajo estable, se encontraron siete mil pesos, n billetes diversos.
Además se encontró, en la habitación, un rifle, para tiro a larga distancia y una pistola de calibre 22. Manifestó González que esta arma era suya y se la había adquirido, precisamente a Robaina, en seiscientos pesos. Se encontraron, además, documentos diversos que se reputan como muy valiosos y cuyo contenido no se ha dado a conocer. Es posible que del examen de los mismos surjan datos referentes a otros complotados. Otros documentos lo constituyen hojas mimeográficas, con propaganda, adoctrinamiento, fórmulas distintas, todas impresas para el “Centro Pinella”. Igualmente se encontró, precisamente escondido bajo el ramaje – lo que señaló González-un librito editado en Cuba “50 preguntas para un guerrillero” de que es autor el Comandante Bayo. En la segunda página hay una dedicatoria “Como recuerdo de su estadía en La Habana a mi compañero de lucha, hoy amigo Jorge”. Está firmado Walter. Se presume que este libro, para fomentar la guerra de guerrillas, fue entregado a Jorge Manera Lluveras quién, a su vez, lo entregó a Robaina para ¡que se perfeccionase”. Se hallaron otros libros, de literatura izquierdista y extremista, ejemplares de la revista soviética, diarios diversos, incluso uno con la fecha de ayer. Además, más de cincuenta proyectiles de diversos calibres, azufre, algunos corchos y una extraña calavera humana, con los ojos rellenos de plomo y en apariencia una pieza de disección. Sin embargo presenta un extraño orificio en la base del cráneo y está siendo examinada.
Asaltante del Banco la Caja Obrera
De las averiguaciones practicadas durante el día -y sometido a reconocimientos a través de sus fotografías- se habría comprobado que Robaina formó parte del grupo que asaltó, hace unos meses, la sucursal Uruguayana de “La Caja Obrera”. Los indicios reunidos permiten saber que era un miembro muy valioso de la célula que, casi seguramente, integraba también Carlos A. Flores y, por tanto -con experiencia ya en asaltos y en robos- estaba destinado al grupo que debía realizar el atraco a la tesorería de Cutcsa o de Ose, entre el 22 y el 24, apenas llegara el dinero del aguinaldo.
Remiten a los Cuatro
Entretanto, ayer el Juez Pereyra Manelli dispuso la remisión a la cárcel de Arakel Saradkian, Carlos Rivera Yick, Raúl Domínguez Gularte y José Héctor Nieves Muniz, imputados de “asociación ilícita para delinquir, encubrimiento de rapiña”. No surgió, por ahora, la prueba de que hubieran participado en los asaltos, los robos y los atentados. Pero evidentemente, formaban parte de las células, colaboraron en esos golpes y los ocultaron. Ayer de tarde fueron enviados a la Cárcel Central, lugar que se estima naturalmente más seguro que la Seccional 12, donde ya -legalmente- no podían continuar.
En cuanto a la situación de José William González será examinado hoy por el Juez y, evidentemente, participaría en parte de aquellos delitos si no surgen novedades en las próximas horas.
“Timoteo” y “Orejas”, los Jefes Prófugos
Entretanto, hasta esta madrugada, continuaban prófugos los ya reconocidos -a través de datos y fotos- como jefes más cercanos a los terroristas ya conocidos. Son el Ing. Jorge Manera Lluveras y el Prof. De Bellas Artes, Julio Marenales Sáenz. Ambos participaron en asaltos, pero en las células, muchos afiliados no les conocían por el apellido y se usaba para Lluveras el mote de “Orejas” y para Marenales, “Timoteo”. Con ellos se buscan, como figuras principales, a Tabaré Eolises Cedrés, al que llamaban “Ismael”, Gabino Falero Montes de Oca que capitaneaba la “célula C” (que se tiroteó con la policía) y a Heraclio Jesús Rodríguez Recalde y su esposa Edith Moraes.
“Claudia” y “Carmela”
Pero no solamente hay hombres importantes en la organización (y, que están posiblemente por encima de los citados, que son simplemente enlaces) sino también varias mujeres. Dos de ellas son conocidas por los seudónimos de Claudia y Carmela, respectivamente, y se trataría de dos mujeres jóvenes, con preparación intelectual, y cuyas funciones de enlace y captación, dentro de las células, e muy importante. Sobre todo, desempeñarían muy delicadas misiones, que ellas llevarían a cabo sin despertar las sospechas de un hombre.
La Alarma en Pando y Empalme Olmos
Ayer de tarde un gran despliegue policial -participando incluso un helicóptero- se realizó en las inmediaciones de Pando, empalme Olmos, Salinas y El Pinar, a raíz de la aparición de dos rateros que tripulaban una motoneta que había sido robada la mañana del tiroteo en Montevideo. Los dos transitaban por la Ruta 8 y fueron vistos por un patrullero que de inmediato los dio la voz de alto. En lugar de obedecer torcieron por la ruta 34 y al verse perseguidos arrojaron la motoneta y huyeron a pie en distintas direcciones. Los patrulleros dieron alcance a uno que resultó ser un menor de 17 años (por lo que omitimos su nombre), mientras su compañero logró huir, entre los montes. Su captura es inminente. Se aclaró posteriormente que son dos rateros hábiles y escurridizos pero que nada tienen que ver con los terroristas.
Allanamientos Esta Madrugada
La ya intensa búsqueda policial se ha hecho implacable luego de la muerte injusta de Silveira Regalado. Grandes fuerzas participan de allanamientos y batidas. Para esta madrugada se proyectaba uno muy importante y la policía está en posesión de datos que hace insostenible la posición de los complotados que, naturalmente, no deberían ofrecer resistencia para evitar inútil derramamiento de sangre.
El Club Policial Ante la Muerte de Regalado
El Club Atlético Policial, ante la muerte de su ex tesorero don Antonio Silveira Regalado, adoptó la siguiente resolución: “Entornar la puerta de la sede. Enviar ofrenda floral y nombrar a un miembro del C. Directiva para hacer uso de la palabra en el sepelio”.
(Copia fiel de los originales)
Fuente: www.pasadoreciente.com “Museo de la Memoria del Pasado Reciente”
Nota de la Próxima Semana: TUPAMAROS: CAYO UN EXPERTO EN BOMBAS