Perdón, los militantes de Cabildo Abierto lo lograron. Juntaron 320.000 firmas, lo cual es verdaderamente una hazaña. Pongamos esto en perspectiva: en las últimas elecciones internas, Cabildo Abierto cosechó alrededor de 17.000 votos, y no todos los votantes eran militantes. Quizás, estimar que el partido tiene unos 5.000 militantes en todo el país sea una cifra bastante acertada. Ahora bien, esos 5.000 militantes lograron recolectar 320.000 firmas, lo que significa que, en promedio, cada uno consiguió que 64 personas firmaran. ¡Increíble!
Además, permítame señalar, querido lector, que esto fue sin grandes recursos. Mientras algunos candidatos como el señor Ojeda decoraron Montevideo con su imagen y pretensiones de liderazgo, sin conseguir ni remotamente la misma cantidad de apoyo, los militantes de Cabildo lograron esta proeza a pulmón, mediante el boca a boca, conversando con la gente, convenciendo uno por uno, como quien dice “la gallina come grano a grano”. Hablamos de vecinos, amigos, allegados, y sobre todo, desconocidos que fueron convencidos por estos militantes. Este esfuerzo sin duda refleja el verdadero alcance de esta hazaña.
La base de este problema radica en la angustiante situación que viven cientos de miles de uruguayos, agobiados por la usura. Podríamos preguntarnos: ¿cómo llegamos aquí, si la sociedad siempre ha tenido leyes contra la usura? La respuesta es que, durante el gobierno del Frente Amplio, se aprobaron una serie de cambios sutiles, casi desapercibidos, que permitieron montar un negocio redondo: prestar para que no se pueda pagar.
Sin entrar en los detalles técnicos que sin duda serán discutidos durante la campaña electoral de cara a las elecciones departamentales de mayo, me gustaría destacar algo fundamental: existe una correlación clara entre el nivel educativo y el nivel de endeudamiento. Los más afectados por estas trampas financieras suelen ser aquellos con menos educación financiera, quienes no cuentan con las herramientas para detectar cómo está estructurado este negocio. En definitiva, es una forma de quitarle a los menos educados. Triste, pero cierto.
Cabildo Abierto ha sido el único partido que levantó esta bandera, en soledad absoluta, sin grandes recursos y confiando únicamente en su militancia. Y, digamos la verdad: la militancia la rompió. Con esta hazaña, Cabildo Abierto se posiciona claramente como el partido que realmente se preocupa por los problemas cotidianos de la gente: la deuda, la seguridad y la droga.
Estos problemas afectan, en mayor medida, a los barrios más vulnerables, donde el Frente Amplio sigue teniendo una fuerte preferencia electoral, según las encuestas. Pero ahora, los militantes de Cabildo, armados con razones, lógica y corazón, saldrán nuevamente a las calles en las próximas semanas, para convencer uno a uno. ¿Y cuál es el mejor argumento? Simple: ¿qué le preocupa a usted, vecino, cuando sale de su casa? ¿Qué no le deja dormir por la noche? ¿El miedo a ser robado? Cabildo Abierto tiene el mejor programa de seguridad, por lejos. ¿La proliferación de la droga? Cabildo tiene el mejor plan para atacar este flagelo. ¿Le preocupa que las financieras hagan negocio con la falta de educación económica de la gente? Cabildo es el único partido absolutamente solo en esta pelea.
La militancia ya ha demostrado su capacidad de trabajo, su compromiso y su efectividad. Hay que seguir así, porque se puede. Y claro que se puede.