Las elecciones internas son “mañana”. Queda un mes y monedas para que se termine el año y todos sabemos que enero y febrero son meses de militancia –de algún modo anestesiada. Por tanto, la gran tarea se circunscribe a marzo, abril y mayo. 90 días para instalar definitivamente candidaturas firmes en un partido como el Colorado que viene en este siglo a los tumbos electoralmente y con liderazgo en transición.
Tanto es así que muchos aún recreamos videos de hace 8 o 9 años atrás cuando aún estaba el Dr. Batlle en actividad partidaria y lo recordamos con nostalgia, pero todos coincidimos que sus palabras nos hacen creer que aún está vivo entre nosotros.
¡Cuánta vigencia tiene todo lo que nos dice!
Es como si aún no hubiésemos hecho el duelo. Entre otras cosas porque no ha encontrado el Partido Colorado una sustitución de carne y hueso de ese referente.
Y la otra gran figura del Partido por fin ha encontrado el lugar que la historia también tiene preparado para él. El dr. Sanguinetti permanentemente ha recibido críticas respecto de cómo pudo en algún momento haberse excedido en el control y manejo de los piolines del poder partidario. Si eso pasó, hoy no sucede. Lo cierto es que hoy el presidente Sanguinetti se ha concentrado en tareas representativas del Partido y no se lo ve incidiendo en la interna. Es más. Puede decirse que personas de su “riñon” parecen inclinarse dentro del Partido hacia distintas opciones o candidaturas.
Por tanto y aclarado estos extremos los liderazgos que emergen son ciudadanos que en estos últimos años de gobierno “multicolor” han mostrado una respetable y en muchos casos plausible gestión en responsabilidades legislativas, ministeriales o en empresas públicas. Cualquiera de los 5 candidatos que han declarado ya su decisión a participar en las “internas coloradas” posee una honrosa gestión en sus cargos con matices y grados a piacere del consumidor. Me refiero a Silva, Gurmendez, Viera, Zubía y Acosta y Lara.
La actual coyuntura del país los coloca ante un dilema no previsto.
Casi todos los candidatos deben buena parte del destaque en sus gestiones al respaldo que han recibido de parte del Presidente Lacalle.
No hay politólogo que no diga que es inentendible como estos candidatos no empiezan a tomar distancia de un gobierno que en estos últimos tiempos se ha cargado de situaciones vidriosas que la oposición se ha encargado de sobredimensionar en los medios y en las redes.
No obstante, la lógica imperante hasta ahora es mostrarse como fieles aliados y honrar la confianza depositada por el Presidente. En todo caso que el perfilismo sirva más para diferenciarse unos de otros a través de la propuesta que distanciarse de una “lógica de coalición”. Hay una verdad que nadie enfatiza, pero todos saben. El Partido Colorado es el partido del racionalismo y la libertad. No hay sociedad política posible pues con los amanuenses del Foro de Sao Paulo.
Aun así, es de esperar que cuando se aproximen los tiempos electorales, el Partido Colorado busque posicionarse con un razonable grado de “desmarque” de sus socios de Coalición. Tal vez la única ventaja que tengan estos convulsionados tiempos que sufre el gobierno deriven en algún grado de simpatías que vuelva a recoger el Partido Colorado dentro de la “pecera electoral” del votante republicanista cuyo voto no es cautivo de partido alguno o hasta algún descontento de otros partidos coaligados.
Me complace volver a ver opciones liberales con sus matices y perfiles bien marcados que permitan un menú más amplio en el plano de las ideas, y dentro de un mismo partido.
Si quieren además acrecentar posibilidades electorales de cara a octubre y noviembre 2024 no existen 2 opiniones respecto a la necesidad de una muy importante votación hacia todos los partidos de la Coalición. Pero en este preciso momento y más que nunca es imperioso que los colorados estén preparados para soñar -si la ciudadanía así lo dispone- una posibilidad de relevo en el timonel del tiempo republicano que todos deseamos construir.
Jrpuppo