Hace pocos días trascendió que el Dr. Jorge Díaz sería el Prosecretario de la Presidencia de la República de la Administración Orsi. Un hombre mediático y perspicaz.
Cualquier ciudadano lo conoce. Durante dos décadas fue Juez, trabajó en varios departamentos e inició los juzgados especializados de Crimen Organizado.
Fue el Juez del críptico caso Feldman, del año 2009, que analizó en detalle el Periodista Alfonso Lessa en un informe para Canal 4 y que le valiera, como denunció la Sociedad Interamericana de Prensa, amenazas y advertencias varias.
Cualquier observador medianamente informado no puede dejar de hacerse múltiples preguntas como por qué se archivó el caso.
Por otra parte, el Dr. Díaz también fue Fiscal de Corte y Procurador General de la Nación, desde donde promovió el Nuevo Código del Proceso Penal (NCPP), que el pasado 01 de noviembre cumplió siete años de su entrada en vigencia. El NCPP es un sistema procesal acusatorio, adversarial, oral y público que implicó un cambio de paradigma.
Muchos profesionales del Derecho, como el Dip. Dr. Gustavo Zubía, fueron críticos con este nuevo marco normativo y ¿cómo no serlo? Por ejemplo, define «victimas» y no “presuntas víctimas” en la actual legislación, no dice a texto expreso que un proceso tiene como finalidad la averiguación de la verdad material, o permite discusiones semánticas entre fiscales y defensores en lugar de que el diligenciamiento efectivo y real de semiplena prueba sea requisito necesario para decretar la prisión preventivo de un imputado.
Sin dudas, este es un tema para expertos en la materia pero cabe ser sagaz sobre el ascendiente e influjo del Dr. Díaz sobre la autonomía fiscal, máxime las Instrucciones Generales que hizo cumplir y de las que los Fiscales no se pueden alejar.
Los vínculos entre la política y la Justicia siempre han sido complejos y por momentos polémicos. La realidad de hoy es que hay una exageración de la judialización de la vida política y de la politización de la justicia. Dar orientación o contenido político a asuntos judiciales colisiona con la credibilidad de la Justicia y pone en duda el funcionamiento institucional democrático. Hoy vamos hacia un modelo populista y sigue siendo fundamental preservar la Constitución y las instituciones democráticas, respetando la independencia de Poderes y las autonomías acordadas.
Hay que ser cauteloso con la información que circula y no hay que abrir juicios de valor sobre las personas sin pruebas pero sí es verdad que trascendió en la prensa que el Dr. Díaz fue acusado por el ex Fiscal Enrique Viana de preparar testigos antes de comparecer en juicios y que, según el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, impuso sanciones arbitrarias a sus subordinados, en el marco de una Fiscalía ideologizada.
El Dr. Díaz estuvo, está y estará en lugares estratégicos, centrales, en asesoramiento y en toma de decisiones.
Las preguntas caen por su propio peso. ¿Hasta dónde cuestiona la voluntad y el libre albedrío de los individuos? ¿Hasta dónde llegará el «maestro tejedor», como le gusta llamarse? ¿Le podemos considerar una amenaza al garantismo republicano? La verdad es que en su nuevo rol no tendría mayores controles.
Según J.L. Borges, en una cita que usa habitualmente el Dr. Díaz, «Dios mueve el jugador y éste la pieza, que dios detrás de Dios la trama empieza”… El Dr. Díaz, ¿qué sabrá cumplir? O mejor, ¿cuándo, dónde, cómo y por qué lo haría?
«La desconfianza es la característica más necesaria de un jugador de Ajedrez.»
Dr. S. Tarrasch
