Con lucidez intelectual el Dr Luis Alberto de Herrera, en su obra “El Uruguay Internacional”, que data de 1912 escribía: “Muchos de nuestros conciudadanos ignoran que le falta a la República una fe de bautismo en regla (…) ella no existe. Según el tratado de 1828, somos libres por acuerdo gracioso de los vecinos. Algo así como un ensayo, sometido al juicio posterior de los tutores. Solución provisoria- no en vano denominase preliminar al tratado- falta la sanción definitiva de aquel nacimiento”.
El 27 de agosto de 1828 en Río de Janeiro, se firma por parte de los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil la Convención Preliminar de Paz que crea el Estado Oriental del Uruguay, la misma es aprobada por el Emperador el 30 de agosto y por la Convención de Santa Fe de las Provincias Unidas el 29 de setiembre, cabe consignar que en esta Convención la Provincia Oriental estuvo representada por el bonaerense Baldomero García, el canje de ratificaciones se produce el 4 de octubre de 1828, y conforme a lo establecido en el artículo séptimo de la citada norma la Asamblea General Legislativa y Constituyente aprueba el texto constitucional del nuevo Estado el 10 de setiembre de 1829, el cual es examinado y ratificado por los gobiernos argentino y brasileño en Río de Janeiro el 26 de mayo de 1830, entonces recién pudo ser publicada y jurada la Constitución el 18 de julio de 1830 tal como lo dispuso la Asamblea el 26 de junio de 1830.
El 1 de agosto de 1830 se eligieron diputados y senadores quienes reunidos en Asamblea General el 24 de octubre de 1830 eligieron por mayoría Presidente de la República al Brig Gral Fructuoso Rivera quien recién asume el cargo el 6 de noviembre de 1830.
El 1 de marzo de 1835 es electo por la unanimidad de la Asamblea General como Presidente de la República el Brig Gral Manuel Oribe, quien no pudo culminar su mandato por el exitoso levantamiento armado de Rivera que obliga a Oribe a renunciar, bajo protesta, a su cargo el 24 de octubre de 1838 y exiliarse en Buenos Aires.
El Gobernador de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina Brig Gral Juan Manuel de Rosas recibe a Oribe como legítimo Presidente de Uruguay, el 10 de febrero de 1839 Rivera le declara la guerra a Rosas con lo cual comienza la Guerra Grande que durará hasta el 8 de octubre de 1851.
De febrero de 1843 a octubre de 1851 coexistieron en el país dos gobiernos, el denominado de la Defensa- con divisa colorada- abroquelado en Montevideo y el del Cerrito- con divisa blanca- con jurisdicción en el resto del territorio nacional. Para derrotar a Oribe el gobierno uruguayo de la Defensa y el de la Provincia de Entre Ríos hacen alianza el 29 de mayo de 1851 con el Imperio del Brasil, el precio que debió pagar el gobierno de la Defensa fue la firma de los cinco tratados de 12 de octubre de 1851 con Brasil que significaron en materia de límites y otras cuestiones una fragrante lesión de nuestra soberanía. Neutralizado Oribe, se firma otra alianza ahora con la incorporación de la Provincia de Corrientes el 21 de noviembre de 1851 para derrocar a Rosas hecho que acontece el 3 de febrero de 1852.
El 15 de mayo de 1852 el Presidente Giró es conminado por Brasil para que ratifique los cinco tratados. El 19 de abril de 1863 el Brig Gral Venancio Flores invade el país con el objetivo de derrocar al Presidente Berro, en octubre de 1864 Brasil apoya militarmente por tierra y mar la revuelta florista, el Presidente Aguirre el 15 de diciembre de 1864 declara la nulidad de los tratados de 1851 y tres días después ordena que sean quemados en la Plaza Matriz bajo los acordes del himno nacional.
Ante la intervención brasileña en Uruguay, Paraguay rompe relaciones diplomáticas con el Imperio y frente a la negativa argentina para que sus tropas pasen por su territorio rumbo a Brasil, le declara la guerra. Flores triunfa y se restablece la plena vigencia de los cinco tratados de 1851.
Washington Lockhart nos recuerda: “Los brasileños entraron en el país en el aniversario de Sarandí y consagraron su victoria en el de Ituzaingó”. El 1 de mayo de 1865 se firma entre Brasil, Argentina y Uruguay el Tratado de la Triple Alianza para llevar la guerra al Paraguay, que culminará el 1 de marzo de 1870. El Imperio del Brasil primero desmembró a la Argentina independizando a la Provincia Oriental y consiguiendo con ello la internalización del Río de la Plata, luego obtuvo la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay para poder acceder por vía fluvial al Mato Grosso, que por tierra desde Río de Janeiro insumía cinco meses, y por último desarticuló al Paraguay.
Para todo esto no encuentro texto más esclarecido que el que escribió en 1879 Juan Carlos Gómez: “Las dos fracciones de la antigua República han pagado bien caro el error de 1828. Sin la segregación del Estado Oriental, la tiranía de Rosas no hubiera existido, ni sobrevenido la Guerra del Paraguay, ni ocurrido las cincuenta rebeliones y revueltas locales que han ensangrentado y empobrecido estas regiones. Por eso se ha repetido con razón, que en política los errores son crímenes”.
