LA DOBLE MORAL DE LOS DERECHOS IZQUIERDOS. Por Arquímedes Cabrera 

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 La palabra «fauda» significa caos en árabe y es el término utilizado por las fuerzas de inteligencia encubiertas israelíes para avisar a las unidades de rescate que han sido descubiertos y que son judíos israelíes y no árabes. 

Faudala serie de Netflix que fue desarrollada a partir de experiencias personales de alguno de sus actores vividas mientras cumplían el servicio militar en la Unidad Duvdevan de las Fuerzas de Defensa de Israel, que como sabemos es una de las más profesionales del mundo, es un excelente ejemplo para que nuestras generaciones más jóvenes puedan comprender cómo es una guerra terriblemente sucia como la que se vivió en Uruguay contra los movimientos terroristas de izquierda.  

La Serie muestra alguna de las muchas operaciones complicadas y de alto riesgo contra el terrorismo extremista islámico. Asesinatos selectivos, secuestros y otras operaciones encubiertas en aldeas árabes, el propio territorio israelí y otros países, forman parte del terrible escenario de una guerra sucia tal como se vivió en nuestra Patria hace medio siglo.  

Los actores israelíes han prestado servicio en el Ejército de Defensa de Israel y varios de ellos, han participado efectivamente en estas operaciones encubiertas que, a pesar de ser una ficción, se basa en historias reales vividas por sus protagonistas.  

Una guerrilla urbana, que, a pesar de las diferencias en cuanto a la historia del conflicto, muestra crudamente los mismos escenarios que plantearon los grupos terroristas marxistas en nuestro país y en la región durante los años de plomo.  

Operaciones a las que tuvieron que adaptarse rápidamente nuestras fuerzas de seguridad y que hoy están en pleno desarrollo en los territorios ocupados de Cisjordania y la franja de Gaza por ejemplo. 

Si alguien ha estado siguiendo esa serie, habrá podido apreciar la crudeza de este tipo de conflictos provocados por grupos terroristas.  Todos sus protagonistas, inclusive la población, una de las principales víctimas, son mártires de un solo responsable: Los poderes políticos que no han sido capaces de resolver estos conflictos por la vía pacífica. 

 Este testimonio acerca aquella guerra antiterrorista llevada adelante por el estado de Israel, sirve para aventar el falso concepto de Terrorismo de Estado en Uruguay, hoy sostenido a rajatabla por la izquierda y repetido a coro por la claque política. 

Precisamente, desde el Consejo Directivo del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), Marcos Israel, su presidente, que cuando fue presidente del Comité Central Israelita del Uruguay acusaba de antisemitas a quienes critican las intervenciones armadas de ese país, entre ellas las operaciones encubiertas sobre Gaza y Cisjordania como las que se ve en las truculentas escenas de FAUDA, una vez en el INDDHH, expresó en sus primeras declaraciones, que los actos de lesa humanidad en Uruguay fueron cometidos únicamente por el estado. 

 Seguramente nunca vio ningún episodio de FAUDA. La guerra es la máxima expresión de la violencia y su primera víctima son los derechos humanos de todos sus actores y sobre todo la verdad.  

En la última semana del año que se fue, tibiamente, se le dio media sanción a un proyecto de ley, que contempla el reconocimiento y la reparación moral, social y económica a las víctimas del terrorismo. Víctimas de estos mismos a los que hace más de una década se les viene rindiendo homenajes, desembolsando millones de dólares en indemnizaciones y se les ha erigido la aureola de heroicos protagonistas de un falso relato. 

El reconocimiento de esos crímenes mostrara la existencia de verdaderos terroristas que hasta ahora han permanecido ocultos detrás del falso concepto de ¨terrorismo de estado¨. 

Por lo pronto, la aprobación de esta ley abrirá nuevos escenarios en esta lucha contra la justicia del enemigo, aplicada por los operadores de la justicia contra quienes defendieron al estado de derecho republicano del intento de asalto marxista a mediados del siglo pasado. 

Lo que si estoy seguro es que, de reglamentarse esta ley, la presentación de las denuncias de los crímenes a policías o militares, no podrán hacerse al INDDHH.  

Según vimos en las declaraciones de su presidente, queda claro que, si tuviesen que arbitrar estas denuncias, solo están dispuestos a admitir casos provenientes de la pandilla terrorista, no de los miembros del estado, a quienes increíblemente consideran los únicos responsables de los crímenes de lesa humanidad.  

Seguro que si fueran a arbitrar temas de derechos humanos con esta doble moral a Israel o a cualquier otro país atacado por el terrorismo no durarían una hora.  

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