Los partidos tradicionales históricos, solían tener tres alas ideológicas internas; centro, derecha e izquierda; o liberal, conservadora y popular; para abrir un amplio abanico de opciones de captación de votos y simpatizantes dentro de su partido.
Ya a fines de la década del 1960 comienzan los descontentos y desavenencias internas y se van dando desprendimientos de agrupaciones que desembocan en la formación de una coalición o concertación de grupos de ambos partidos.
Un ejemplo fue “La Corriente de Izquierda Batllista” de Alba Roballo, Zelmar Michelini y Amilcar Vasconcellos y la lista 99 que se alejan del Partido Colorado en el año 1969.
A instancia de Zelmar Michelini se promueve a Liber Seregni como candidato a presidente para 1971 en lo que se dio en llamar Frente Amplio donde se aglutinan las alas izquierdistas o renovadoras de los partidos tradicionales, cambiando el espectro político – electoral con una nueva alternativa, que fue creciendo con el tiempo a favor de causas exógenas, ajenas a esas izquierdas auto convocadas en ese nuevo partido político.
El Frente Amplio surge en el comienzo de la decadencia de los partidos tradicionales.
Ese declive de los partidos históricos se interrumpe entre los años 1973 – 1984, pero en adelante va progresivamente en aumento el descontento con ellos y por ende el aumento de los simpatizantes con el F.A.
A partir de 1985 los partidos tradicionales se fueron inclinando a la derecha y centro derecha, y fueron descuidando paulatinamente sus alas izquierdas, alejándose de la gente de a pie, y fueron entregando a José Batlle y Ordoñez y a Wilson Ferreira Aldunate.
¿Quién se benefició de ese descuido?
No fue casualidad.
Fue una muy inteligente maniobra de política de captación.
Simplemente el Frente Amplio tuvo que potenciar la captación que tímidamente había comenzado en el año 1971, o quizás antes.
Al fracasar el comunismo en el mundo, el Frente Amplio se apropió de la esencia del batllismo y del wilsonismo, e hizo de ello su bandera de lucha social.
El socialismo a la uruguaya ya existía antes del Frente Amplio.
José Batlle y Ordoñez en el Partido Colorado y Wilson Ferreira Aldunate en el Partido Nacional fueron los defensores de la clase más desprotegida, pero sin dejar de ser demócratas republicanos.
El Frente Amplio hoy reconoce sin tapujos su apropiación de la esencia batllista – wilsonista, pero oculta arteramente que la fuerza mayoritaria en sus entrañas no es republicana, ni respeta la democracia al proclamar abiertamente que “lo político está por encima de lo jurídico (José Mujica) o que “las mayorías a veces se equivocan” (Tabaré Vázquez).
El Partido Colorado y el Partido Nacional son cómplices por omisión, por no defender los idearios de sus caudillos.
Con el paulatino corrimiento del Partido Colorado a la derecha y al quedar el Partido Nacional al centro – derecha del espectro político, el Frente Amplio va dominando la izquierda y se adueña de la centro centro-izquierda batllista y wilsonista.
Las políticas neoliberales, el clientelismo y la corrupción van generando el descontento popular y un corrimiento a la izquierda en busca de nuevas alternativas.
Una pregunta que me hago permanentemente, ¿en el año 2004, ganó el Frente Amplio o perdieron Blancos y Colorados?, o lo que es lo mismo, ¿el Frente Amplio, ganó por méritos propios o por desméritos de los partidos tradicionales?