Estoy de acuerdo con la crítica de Marx de las teorías económicas de esos dos ilustres del siglo XVIII, Smith y Ricardo. La raya que se dio Marx es o fue -aparte de su solipsismo patológico- su bodrio compartido con Engels, «El manifiesto comunista de 1847-48 (MC); aunado a la satanización de la conversión del esfuerzo de trabajo por dinero» ¡a lo cual apodó o tildó de robo y denominó: plusvalía!
Contra esto se debe sostener que no se podría generar empleo o trabajo eliminando a quien sabe producir su fuente.
El problema de quienes son dizque el alter ego de Marx, es que toman las insinuaciones de su introducción al MC como patrón político, con ello un determinante deseo obsesivo de permanecer en el poder. Para obtenerlo, asumen la falacia, la demagogia, el sofisma y el chovinismo para su discurso enajenante. Su condimento es la propaganda educativa Gramnsciana. Su impronta determina el despotismo del Proletariado, la desaparición del estado, y la fundación del socialismo sustitutivo del comunismo prehistórico. Conceptos que nunca cristalizaron, excepto el despotismo, que tampoco fue del proletariado sino de tiranos asesorados por élites de nepotes que fortalecieron a Estados terroristas, criminales y opresores. De este modo el socialismo como sistema sucumbió; así como sucumbió el jacobinismo y su protagonismo desesperado en la «Revolución francesa».
Por eso se les advierte:
“Puedes engañar a algunas personas todo el tiempo y a todas las personas algunas veces, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo” (A. Lincoln)
El terrorismo de los tiranos socialistas ha creado una burbuja geopolítica que les ha dado chance a mantenerse oprimiendo pueblos por décadas. Mientras, los pueblos donde tienen sus garras viven realidades construidas solapando la verdad cruel. Entre ellas el cuento del enemigo poderoso y los bloqueos económicos.
Sin embargo, al final, cuando la gente descubre o toma en consideración la miseria en que están sumidos por este proceso miserador es muy tarde, pues, su moral, derivado de la dependencia del estado, queda destruida y su autoestima limitada por el terror que los tiranos le inspiran.
José MORILLO
Venezuela-USA
