LA REALIDAD NO SE DISCUTE, SE ASUME. Por Roberto Alfonso Azcona

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Se perdió con el Frente Amplio, y en lugar de enfrentar la verdad con autocrítica, algunos siguen aplaudiendo al gobierno y buscando excusas. No hay estrategia, no hay aprendizaje, solo el mismo discurso vacío que nos llevó a la derrota.

Mientras tanto, Salle entra al Parlamento, vota mejor que Cabildo y el Partido Independiente, y deja en evidencia que el electorado busca algo distinto. Pero los necios prefieren ignorarlo y seguir aferrados a sus dogmas.

Lacalle Pou tuvo buen marketing, sí, pero el marketing sin contenido no gana elecciones. Creyeron que con imagen bastaba, que el relato podía tapar la falta de convicción y de rumbo. Se equivocaron.

Ahora, de cara a las municipales, cometen otra estupidez: enfrentan juntos los tres municipios del FA y dejan el resto del país abierto, sabiendo que la ley de lemas les da una ventaja descomunal. No solo son ingenuos, son los tontos útiles de un sistema que los aplasta una y otra vez mientras ellos sonríen y se abrazan en la derrota.

Quien no ve la realidad por ego o fanatismo es peor que un adversario: es un obstáculo en la batalla. Y en lo que se viene, no hay lugar para tibios ni para ilusos. Es tiempo de reaccionar o resignarse a ser espectadores del avance de la izquierda.

La política no es un juego de egos ni de sentimientos. Es una lucha por el poder. Y en la lucha, los que se niegan a aprender terminan arrodillados.

Roberto Alfonso Azcona