Ante los sucesos que se han generado por el grosero y descarado fraude electoral que ha propiciado Nicolás Maduro y sus secuaces del gobierno en comunión con el corrompido CNE comandado por un adlátere de apellido Amoroso en Venezuela, María Corina Machado y el presidente electo Edmundo Gonzales Urrutia han asumido una posición épica de lucha “hasta el final” con una rebeldía justificada en contra del abuso de poder que perpetran los tiranos del gobierno del llamado por Chávez “Toripollo” -por torpe y mezquino- apoyados por delincuentes y sicarios llamados “colectivos” y por un sector servil de las fuerzas armadas nacionales.
Estos últimos traicionando su divisa, que es el honor de defender al pueblo y no a un gobierno o partido político alguno.
Como consecuencia han habido detenidos, privados de libertad y muertes ocasionadas por los mercenarios que han traído de otros lugares para asesinar gente inocente, jóvenes y estudiantes que luchan por liberar al país de la tiranía y restablecer la democracia. Por ende la paz.
En este sentido traigo a colación la opinión de un ilustre filósofo francés que veía en la rebeldía un signo de dignidad que clama por justicia.
Albert Camus (1913-1960) en una de sus obras que habla del hombre rebelde y ante una interrogante acerca de lo absurdo del Universo, donde se plantea que: en vez de rebelarse ante esto absurdo y sin sentido, porque no aceptamos su inclemencia y vivimos estoicamente ante ello, afirma que ante este absurdo y toda opresión se debe asumir una rebelión ética, la cual consiste en: aprovechar la oportunidad y libertad que el universo nos otorga para crear nuestro propio significado.
Y continúa diciendo:
“La rebelión no es una negación de la condición humana sino una afirmación de nuestra integridad y la capacidad de resistir la injusticia, la rebelión ética no es solo una reacción contra la opresión externa, sino también una lucha interna por la integridad y la autenticidad.”
Eso es lo que está haciendo esta dupla heroica, creando las condiciones de hacer valer mediante la protesta nuestra dignidad e integridad, disminuida por esta horda de criminales durante más de 20 años como títeres absurdos de un proceso perverso totalitario apoyado por el castro comunismo.
A María Corina y Edmundo Gonzáles les ha tocado una tarea épica y heroica de corte ético en función de establecer un proceso genuino perdido desde 1999 en Venezuela, la democracia, cuyo fundamento ignoran a discreción esta tolda macabra y usurpadora -PSUV- que se ha atornillado en el gobierno desde las subsiguientes elecciones habidas en el país a partir del 2006.
La verdad está dicha y demostrada, a Nicolás Maduro solo lo quieren un grupo reducido de tarifados, enchufados y comprados con dádivas, cargos írritos, y bonos irrisorios y miserables, aparte de los amenazados constantemente de perder privilegio indignos y mezquinos como los que poseen los llamados jefes de calle y otros que simulan a los comités de repudio de la tiranía cubana.
El 69% de votos para la oposición contra un 30% del oficialismo lo determina con total evidencia, a lo cual ha renunciado y se opone con violencia el madurismo.
¡Vivan María Corina y Edmundo González!
JOISE Morillo
Venezuela USA