LEYENDO EL PROGRAMA CON EL “TORERO”, SIN CAPA… Por Daniel García

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He leído el programa del Frente Amplio, también hicimos un par de artículos analizando el mismo, pero, resulta ampliamente dificultoso, seguir la secuencia de su génesis, e interpretar sobre todo, lo más profundo, como se hará lo propuesto.

Arrancaron con las “Bases Programáticas”, una secuencia que abarca casi todos los asuntos de un gobierno, después nos presentaron “Avances del Plan de Gobierno”, hasta que el candidato principal, detalló “Prioridades para Gobernar Uruguay”, desde la histórica Plaza de Toros de Colonia, con un resumen de aquellas.

El candidato frenteamplista, viene siendo ampliamente cascoteado desde la oposición, así como de cualquier observador imparcial, que siga la campaña, debido a que sus declaraciones a periodistas o en cualquier lugar, generan dudas, incertidumbres y más preguntas, que buscan entender, que cosas quiere decir o proponer don Orsi, el torero!

Entonces, decidieron un escenario fuera de lo común, para que el candidato hablara seguro, sin improvisar y que en su rumia mezclada con reflexiones, no lanzara alguna idea, de esas que dejan a todo el mundo, con el signo de interrogación pintado en la cara, aunque con certeza podríamos decir, que Yamandú, se cascotea a sí mismo.

Como bien definió Martín Aguirre de El País, Orsi “en su afán de querer quedar bien con todo el mundo, dice cosas que obligan, que al rato, sus compañeros deban salir a aclarar que cosa quiso decir”, ya que la incertidumbre se apodera de los que lo ven y escuchan.

Así entonces, el guión estaba escrito y la concurrencia frenteamplista, dispuesta a aplaudir al torero, que leería, en su Plaza, las 48 medidas prioritarias para gobernar Uruguay.

Un acto entiendo yo, más para “lavar”, en cierta forma la imagen del Sr. Orsi, luego de una seguidilla de papelones, que han incluido hasta su jefe de prensa, haciendo señas desesperadas para que cortara las respuestas que daba a periodistas, sobre si Venezuela era una dictadura o no, cuando apareció el Sr. Tulbovitz agitando sus brazos en pánico.

Pues bien, el candidato en lectura, no terminó con una buena nota tampoco, ya que no fue claro en la misma, debería rendir más…

48 expresiones de deseos, de buenas intenciones, cargadas de un voluntarismo como puede ser, querer terminar con la pobreza infantil, que la gente gane más y tantas otras.

En notas anteriores, analizamos varios puntos de la oferta de la izquierda, donde quedan en claro, algunos ejes principales, que atraviesan el programa y son reiterados, como es por ejemplo, ese lenguaje pegajoso, llamado inclusivo, que reitera cada término en su versión plural, en femenino y masculino, que distorsiona y además, es anti natural.

El reparto indiscriminado de dineros sin obligaciones a cambio, como nos hizo saber el “torero”, lo que interpretamos como, “te seguimos dando, no tenés responsabilidades y nos aseguramos tu voto y los que vengan luego”, demagogia más irresponsabilidad.

Es tan nebuloso todo, que recientemente Alvaro García, quien es el responsable del programa del Frente, consultado sobre las cifras que se asignarían para estos gastos, dijo que no se las dijeron, pero que los recursos estaban. Si al responsable no le dicen las cifras del gasto, imagine lector, la incertidumbre que nos espera, si llegaran a ganar.

Y así en varios asuntos, se trata de aumentar, de repartir, en esa vocación que la izquierda propone, fácil y seductora, que atrapa a aquellos que no pretenden mejorar, ya que el esfuerzo, el levantarse temprano, estudiar, superarse, no está en sus prioridades o planes y además existe alguien, que le asegure esa zona de confort.

No voy a colocar a todas las personas con carencias en una misma bolsa, ya que existen muchos que requieran una genuina ayuda, para salir de una situación angustiante, lo que no puede suceder, es que se convierta en eterno el auxilio.

También tenemos, a una parte importante, que cree necesario ese reparto, generalmente personas en una situación más holgada, que han comprado ese relato sobre la pobreza, que defienden que hay que repartir, la famosa “distribución de la riqueza”, porque creen que no es justa, razón para que esas personas con carencias no salgan de esa situación.

Siempre me pregunto, cuando este tema se vuelve tan reiterativo y la izquierda lo plantea como un botín, si alguien ha investigado o averiguado, si muchas de las personas que están en situaciones tan deprimidas, les interesa salir de ese estado, o si no les importa, porque así es su modo de vivir y tantos parecen demostrarlo que así es.

Creo, que solo se miden aspectos materiales, si cuentan con esto o aquello y entonces se implementan planes millonarios, interminables, los candidatos son cuestionados en cuantos millones destinarán, para nunca saber, si hay resultados efectivos o en definitiva, si ese núcleo duro de pobreza, no se torna más duro y en crecimiento.

¿No habría que analizar aspectos educativos, culturales, de valores, carencias de aquellos intangibles que los seres humanos tenemos, para que las motivaciones, propósitos y objetivos, sean el combustible que mueven los motores del cambio?

¿Cuáles han sido los planes, los condimentos, que han logrado determinados centros educativos instalados en zonas llamadas de contexto crítico, para tener éxitos y cambiar la realidad de alumnos que certeramente estaban condenados a destinos más inciertos?

Los centros conocidos como Jubilar o Impulso, han llevado seguramente, aquel mensaje que logra cambiar la realidad de un entorno complejo, ya que alimenta a los muchachos, no solo con un sustento material, sino con algo más profundo, que es el mundo espiritual, que los partidos impregnados de materialismo, no pueden comprender y considerar.

El relato de la izquierda, pregona e insiste sobre lo material, sin esquivar, que muchas soluciones de los otros partidos, también han sido seducidos a seguir estos caminos.

Una impronta muy batllista, de la cual el Frente Amplio se ha ido apropiando, se ha convertido en un talismán y referente, del que casi nadie quiere quedar fuera, lo que ha casi clausurado, otras visiones que permitirían al Uruguay, tomar otros rumbos de mayor modernidad, fomentar la iniciativa privada, menos estado, menos carga tributaria, etc.

El Frente y sus aliados, están obsesionados con un igualitarismo rampante, que siempre provoca una nivelación hacia abajo, cuando se desestimula o condena a quiénes se esfuerzan, se destacan, sobresalen, por lo que han estigmatizado a aquellos que se salen del “rebaño”.

Los dedos de la mano, son todos de una misma mano, pero son todos desiguales, cosa que la izquierda no respeta, cuando en forma artificial, solo busca una igualdad paralizante, haciendo creer, que es deshonesto el querer superarse, una de las tantas razones de que el país no consiga mejores resultados.

El “torero” Orsi, desde la Plaza, nos propone todo lo contrario, acentuando y asegurando, que el Estado estará más presente, intervendrá más, crecerá, ya que proponen más ministerios, reforzar con más ideología de género.

Solo comprobamos, una y otra vez, que lo que podemos aguardar de un gobierno de izquierda, es un estatismo desmedido, una certeza de estancamiento, de consolidación de la pobreza, ya que las opciones de reparto o aumento de prestaciones así lo aseguran.

No podemos obviar, que esta ingeniería que el estado tomará a cargo para su expansión, tiene como sustento, una revolución, que viaja a caballo de la ideología de género, una batalla cultural, que ha impregnado la educación y el resto de actividades, donde la base Gramsciana que utiliza la cultura como eje, está instalada y en ejecución.

El programa que el “torero” desde su plaza, esbozó en parte, está infectado de estos lineamientos, aunque muchos no lo perciban, o puedan entender, la rana se va cocinando a fuego lento, pero quiénes lo desarrollaron, saben con certeza cual es el objetivo, por más que nos quieran hacer creer, que hubo participación popular, humo y verso barato.

En tren de especular, como acontece cuando se habla de política, no dejaría de considerar, que la elección del “torero” Orsi, no es casual, que su permanente, hablar sin decir nada (“Orsiquear”), sus dudas, no definiciones, nos muestran al candidato ideal.

Un producto de Mujica, que de llegar a ser presidente, será el peón ideal para llevar a cabo las medidas, transformaciones, cambios, que no tendrán gran oposición por parte de un candidato, que ofrece cero resistencia, por no saber, ni tener opinión formada, sobre los asuntos y problemas de mayor relevancia en la estrategia nacional.

Digo más, si luego de ver tanta incapacidad e inoperancia de una fórmula presidencial, que demuestra no estar apta para presidir un país, pero el Uruguay igualmente la eligiera, sería la demostración cabal, para quienes esto han elaborado, que el país está preparado culturalmente, para ser conducido a destinos inciertos y aceptar lo que sea.

Recientemente, los papelones fueron capaces de cruzar el río y nuestro “torero” sin capa, nos regaló otra joyita de su vasto arsenal, cuando les contó a nuestros vecinos, que “los uruguayos somos como los argentinos, pero menos intensos”.

La intensidad de Orsi, provocó una intensa movida, que puso intensos a muchos compatriotas, cuando la prensa quiso saber un poco más, apareció Carolina pidiendo contestar, seguro en su afán de evitar una nueva “Orsiqueada”, pero nuestro “torero” siempre tan intenso, no pudo contenerse y despatarró todo en una abrir y cerrar de boca, otra vez.

Aguardemos que la prudencia de los votantes, se imponga sobre las emociones electorales y que el toro imaginario no nos embista como tantas veces.

No hubo corrida en la Plaza, solo tuvimos al “torero”, sin capa, leyendo el programa.

Daniel García

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