“MADURANDO” LOS AÑOS SETENTA. Por Daniel García

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Las bochornosas como polémicas elecciones de Venezuela, han ocupado y ocupan la atención de los medios, programas periodísticos, declaraciones de varios actores nacionales e internacionales.

Los aliados de Maduro aquí en Uruguay, ya los hemos visto en vivo y en directo, como cuando Abdala presidente de la central sindical, se regocijó de abrazarse con el dictador venezolano, argumentando que lo hacía en representación del pueblo uruguayo, algo usado y repetido muchas veces, cuando hace discursos aquí en el país.

Sendos comunicados del Partido Comunista y el MPP (conocido como MLN), dieron su apoyo explícito y obsecuente a lo sucedido en Venezuela, donde detallan, que no hay  dudas de que todo fue legal y ejemplar.

También hemos escuchado, un audio emitido por Rolin Corbo, un delegado del partido Comunista, que aseguró la transparencia de los comicios, e hizo la interpretación que no podía faltar, sobre la injerencia e intervención del “imperialismo yankee”, el que no sabemos si fue, quien robó las actas de los comicios, la prueba del fraude claramente.

La coalición en forma clara, se expidió sobre las elecciones de Venezuela, dando cuenta del evidente acto irregular que el gobierno de Maduro llevó a cabo.

No podría haber ninguna duda, que esas elecciones no iban a reflejar la verdadera voluntad de la ciudadanía, para cambiar el gobierno y abandonar definitivamente este régimen, heredado de la era Chávez y su famoso “exprópiese”, dejando un país inmensamente rico como Venezuela, arrasado, en la miseria y con cerca de 8 millones de exiliados.

Es tan atroz y escandaloso lo de Venezuela, que, siendo un país con una de las mayores reservas de petróleo del mundo, esta gente logró fundir la empresa estatal de petróleo, lo que nos recuerda, que entre nosotros sus aliados de la izquierda, lograron fundir un casino y otros emprendimientos como todos sabemos, algo inaudito.

Recordamos, que, por aquí, nuestros vecinos argentinos, padecieron un gobierno de características similares, que dejó un país fundido, pese a ser uno de los países más ricos del mundo, el que en manos inescrupulosas logró alcanzar un 50% de pobreza.

Estos días, el que más o el que menos, ha visto videos y filmaciones que muestran miles de personas reclamando que se respeten los resultados, el fin de este gobierno, el cese de la represión, los encarcelamientos, desapariciones y el hostigamiento a los vencedores, con un saldo trágico de muertos.

Los actores internacionales, han tomado diferentes posiciones, algunas, como la de los integrantes del conocido Foro de San Pablo, Brasil, Colombia, México, se sumó Cristina Kirchner, que cobijan y protegen a Maduro y su gobierno, exigen tibiamente que se entreguen las actas de los comicios, al igual que conocidos aliados de Europa.

Desde aquí, porque es tan descarado el fraude, algunas voces de la izquierda, que deberían competir en los mismos Juegos Olímpicos, en la categoría saltos y volteretas, han comenzado a plantear y hablar del famoso “diálogo”, habiendo no pocos dirigentes de la izquierda, que evitan hablar del asunto o comparecer en discusiones públicas.

Un verdadero talismán, del que escribimos en columnas anteriores, que utiliza la izquierda, como un arma de retraso, distracción, al invitar a algo sobre lo que nadie puede estar en desacuerdo, pero que no produce nada positivo a lo que aquí se debe hacer, no siendo más que una burda medida que pretende anestesiar las reacciones.

Al gobierno de Venezuela no le interesa ningún tipo de diálogo, cuando tiene proscripta a la mayoría de la oposición o encarcelada y reposa actualmente sobre una verdadera estafa electoral, que la oposición se encargó de demostrar, cuando copió las actas de votación y las publicó, desnudando lo acontecido.

Cualquier elección en el mundo actualmente, permite rápidamente obtener los resultados y conocer los ganadores, cosa que en esta ocasión no aconteció, cuando a más de una semana, se sigue en un limbo.

Lo cómico de todo esto, es ver como la izquierda y sus actores, enseguida han buscado comparar lo de Venezuela, con lo acontecido en nuestro país, cuando sufrimos el quiebre institucional en el año 1973, queriendo hacer ver que lo de aquí, fue mucho peor, que la represión fue más cruel y que el terror fue de dimensiones gigantescas.

Cosas imposibles de comparar, ya que lo que aquí sucedió, tuvo que ver con un ataque que el país recibió por parte de grupos armados que pretendían tomar el poder por medios violentos, con el apoyo en armas, financiación, etc. de la URSS y Cuba.

Un vacío de poder, un caos y anarquía generalizada, con una parte del sistema político en complicidad con la subversión, hicieron posible la intervención e instalación de un gobierno cívico militar, que la mayoría de la población reclamaba, que estableció ante si, un cronograma para la posterior entrega del poder.

Promovió y se sometió, a un plebiscito, donde los integrantes de las FFAA ni siquiera votaron, el cual, aunque resultó adverso a lo que ese gobierno proponía, respetó los resultados y el poder se entregó en una transición, en la que la otra parte, si se encargó de violar acuerdos y hasta se dio el lujo de no respetar un referéndum y un plebiscito.

Así que estas comparaciones no son válidas de ninguna forma, pero la intención de distraer, evitar el tema a discutir, buscando siempre hablar de la “dictadura”, es la salida y el escape siempre a mano, para tantos actores, que no cuentan con argumentos, ni escrúpulos, tampoco razones.

Lo interesante también de este tema, son algunas consideraciones que varios interlocutores aportan en esta discusión.

¿Cómo se sale de esto?

Curiosamente, muchos dicen que se debe esperar una reacción de las FFAA para sacar a Maduro del poder, por lo menos aquella parte que no esté comprometida, en esa conocida relación y complicidad con el narcotráfico y demás negocios.

Complicidades, que hacen difícil quebrar relaciones poderosas con tantos implicados, inclusive fuera de fronteras, ya que el Foro de San Pablo, ostenta alcanzar distancias insospechadas, dentro y fuera del continente.

Algunos de los que nombran a las FFAA, son los mismos que han criticado, cuestionado y echado todo tipo de culpas, sobre las nuestras, relacionadas con el pasado reciente, en su actuación, cuando fueron convocadas por el mismo poder político, para enfrentar a la subversión, aunque nunca hacen mención a las obras que se hicieron.

Parecen dejar entrever, que a veces es necesaria la intervención de las FFAA, no les afecta ninguna prioridad democrática y casi que alientan esa intervención. ¿Curioso, no?

Según parece, hay momentos y situaciones, que si es bueno que las FFAA, intervengan y se hagan cargo del poder, pongan orden y nos libren del tirano de turno, lo que demolería y echaría por tierra, tantas cosas que se han dicho sobre la dictadura, no queriendo con esto justificar nada ni mucho menos, solo intento poner algunas cosas en su justo término.

El gobierno de Cuba, que interviene hace años en Venezuela, ha preparado el terreno para que el alumno Maduro, replique el modelo de permanencia que ellos mantienen inamovible hace más de sesenta años, por eso, aunque se de el lujo de decir disparates o hablar con el pajarito de Chávez y ser un payaso peligroso, nada cambiará.

Ya lo vimos en Brasil, donde un fraude denunciado, con protestas de millones de brasileros reclamando a sus FFAA que intervinieran para descubrir ese fraude, terminó en la nada, con Lula tejiendo nuevamente su telaraña de intereses, a caballo de su prédica ideológica fogoneada desde el Foro de San Pablo.

Desde mi visión entiendo, que Maduro no entregará, ni negociará su salida, por lo que la alternativa es hacerlo, en la forma que hemos aprendido en los libros de historia, cuando los pueblos han tomado la iniciativa de querer sacar a un tirano del poder y para ello recurren a medidas extremas que pongan en verdadero temor a ese tirano y cómplices.

Otra forma no habrá, de lo contrario veremos, manifestaciones, protestas multitudinarias, discursos desde el exterior instando al diálogo, todas medidas que irán desactivando la voluntad de la gente, hasta que finalmente Maduro quede atornillado seis años más.

Solo eso, podrá hacer que la parte sana de las FFAA, tome la iniciativa de acompañar y apoyar a esa voluntad de la gente, de hacer respetar la voluntad manifestada en las urnas, claramente burlada por una banda de delincuentes, que nunca contaron con ninguna convicción democrática.

Nadie puede desear que exista violencia, ni personas que pierdan la vida, pero el mismo Maduro anunció que si no ganaba habría un baño de sangre y que sería el vencedor, por las buenas o por las malas, un anuncio claro de sus intenciones.

Esto coloca todo en esa encrucijada, que solo decisiones valientes pueden modificar, las que en la mayoría de las veces, requiere de hombres y mujeres dispuestos a enfrentar retos que dejan su rastro en la historia.

Acaloradas discusiones en el parlamento y en diferentes programas sobre Venezuela, han vuelto a poner los hechos de los años setenta en el centro, porque sucedieron cosas que dividieron a nuestra sociedad llegando hasta nuestros días, dejando en evidencia, que no todo lo proclamado como verdades absolutas, así se comportaron.

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Parecería, que finalmente los años setenta, están “Madurando”.

Daniel García

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