Por Verónica Cortabarría Izquierdo
Allá por noviembre del 2020, el Presidente Lacalle Pou, recibía a su par Argentino en Anchorena para hablar de Mercosur, asado y alguna risa mediante. Chocando puños, y cerrando lo que pareció una amena reunión. Los comunicados posteriores eran auguriosos, a pesar de las distintas posiciones.
Pero no llegó a romance. El Presidente Lacalle Pou no logró conquistar a su par, al punto que muy poco después, el asado y Anchorena habían quedado atrás. Más rápido que ligero y con el ingenio como el que tiene un periodista como Roberto Cachanosky, titulaba “Lacalle Pou quiere jugar en la Champions League y Alberto Fernández un soltero contra casados”.
Es que conquistar a Fernández no es fácil, máxime si tiene que pedirle permiso o darle explicaciones a Doña Cristina. Está bien que nuestro Presidente haya hecho el esfuerzo, con una suerte de ingenuidad de que fuera a ser de buen recibo. Porque ya no hay gobierno de izquierda acá, ya no hay amigos en el poder, ya no tienen ganas de dialogar con quienes no consideran sus pares por el solo hecho de pensar distinto.
Se han sacado chispas al punto que se quema el barco. Desde ya estoy de acuerdo con la posición de la flexibilización y mi afirmación es porque Uruguay LA NECESITA. No alcanza con rebaja de aranceles como las que pide Bolsonaro, necesitamos poder negociar con el resto del mundo.
No nos dejemos patotear.
está muy claro cual es el lastre
verdad que si?
Clarisimo