MILEI, LA PRENSA Y EL NUEVO GOBIERNO DEL FA: UN PARALELO INQUIETANTE. Por Roberto Alfonso Azcona

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El discurso de Javier Milei en Davos no solo generó un terremoto mediático a nivel internacional, sino que también nos deja valiosas lecciones para Uruguay, especialmente ante el inminente regreso del Frente Amplio al gobierno. La reacción de buena parte de la prensa global ante sus palabras demuestra dos fenómenos preocupantes: la captura ideológica del periodismo y la pérdida de capacidad de análisis crítico.

Milei habló con contundencia sobre los peligros del socialismo y la importancia del capitalismo como motor del desarrollo. En lugar de debatir sus argumentos, la prensa militante prefirió atacarlo, ridiculizarlo y encasillarlo con etiquetas. Lo mismo ocurre en Uruguay: cualquier crítica al modelo de estatismo y dependencia promovido por el Frente Amplio es rápidamente descalificada como «neoliberalismo salvaje», «ultraderecha» o «peligro para la democracia».

El periodismo que debería fiscalizar el poder parece haber elegido un bando. La misma prensa que minimizó el escándalo de las tarjetas corporativas de la intendencia de Montevideo, que nunca cuestionó el clientelismo en los sindicatos y que hoy mira para otro lado cuando el Frente Amplio apoya dictaduras como la de Venezuela, será la que intentará blindar al próximo gobierno. Si en Argentina Milei desafió a la prensa alineada con el progresismo, en Uruguay el desafío será aún mayor: un Frente Amplio con el poder total y una maquinaria mediática dispuesta a defenderlo a cualquier costo.

Los uruguayos debemos estar atentos. Lo que está en juego no es solo un cambio de gobierno, sino la libertad de pensamiento, la posibilidad de debatir sin miedo y el derecho a cuestionar el rumbo del país sin ser señalados como enemigos. No podemos permitir que nos vendan un relato sin contrastarlo con la realidad. La pregunta es clara: ¿queremos una prensa que informe o una que funcione como el brazo propagandístico del gobierno?

Roberto Alfonso Azcona