En estos días pululan en las redes acusaciones sesgadas de personas interesadas en «militar» una estafa privada bajo el modelo Ponzi de engaño.
No los mueve un interés educativo en lo financiero. Los mueve un bajisimo interés político partidario. Algunos dardos vienen de «fuego amigo». Sectores que quedaron molestos con el partido Nacional. Otros misiles provienen desde filas del FA. Como siempre para ellos, todo lo que pasa de malo entre los particulares debe ser algo que debió ser controlado por el Dios Estado. Dicen que el BCU debió haberse inmiscuido en controlar la joda de Conexión Ganadera. Yo no lo veo así. Es hacer política menor. Es partir de la base que la gente es «chota» y hay que ayudarle a tomar decisiones que son estrictamente personales. De los 4 mil inversores ¿estan esos críticos seguros que no habrán unos cuantos centenares de votantes de esos partidos políticos en los que ellos militan?
Y esos señores cuando volcaron sus dineros en confianza ¿POR QUÉ NO PIDIERON EN ESE MOMENTO LA INTERVENCIÓN DEL BCU?
O ya no existe más en Uruguay el acuerdo voluntario privado entre particulares?
Y me dirán ¿el Estado no se involucra nunca?
Claro que si. Lo hace a través de Fiscalia y el Poder Juducial en caso de configurarse un delito.
La competencia y dimensión del Banco Central está legislada en la ley 16696. Y el marco lo pone su artículo 3°. Es claro que sus cometidos se refieren a la superintendencia de lo ‘ Macro’ como el seguimiento del precio del dinero o los grandes encajes de los bancos.
Pedirle al Banco Central que se inmiscuya en actividades financieras de particulares es como pedirle a la FIFA que regule un lío entre 2 clubes de baby fútbol.
Es insolito constatar como de plumas de personas que callaron con la gran estafa de Ancap o Gas Sayago que hubo que cubrirlas con el sacrificio del contribuyente, hoy partidizan un problema entre particulares.
No afirmó que sea un problema menor.
Pero créanme: la mayor tragedia es desayunarnos que hubo 4 mil personas que confiaron en un rédito que estaba muy por encima de la lógica y de las rentabilidades más altas que ofrece el mundo de las finanzas.
Porque sigue siendo válido aquel refrán:
Cuando la limosna es grande hasta el pobre desconfía.
También en esto debería regir el criterio de la libertad responsable. Entre otras razones porque no es cierto que «La vaca siempre les gana».
A veces te entierran en su propio estiércol.
Jrpuppo
