El sábado 2 de diciembre, bajo el título “Ni médico, ni torturador”, el Dr. Álvaro Beltrán expone con total claridad en una columna de El País las irregularidades de la requisitoria del fiscal Ricardo Perciballe que el pasado 12 de octubre finalizara con el procesamiento con prisión del Dr. Carlos Suzacq. En ella relata como, mediante testimonios contradictorios y de dudosa veracidad, por calificarlos de la manera más benigna posible, repito, mediante testimonios contradictorios y de dudosa veracidad, lo reconocieron “ora como partícipe de los tormentos a los que fueron sometidos, ora realizándole controles en tiempo cercano al momento de los apremios”. Cómo no va a suceder eso cuando el que presenta a los testigos, el fiscal Perciballe, en declaraciones a la prensa en su oportunidad manifestó:” El recuerdo no es algo estático, sino que es algo dinámico que se construye a partir de otras consideraciones a partir de un relato colectivo”. Y si no veamos lo que en otro pasaje de su columna el Dr. Beltrán relata: “Otro de los denunciantes, el Sr. Eduardo Reyes, durante las sesiones de interrogatorio a las que fue sometido, afirma haber sido atendido por un médico, a quien vio al deslizársele la capucha. Lo describió como “joven y rubio” y “con el correr de los años pude saber su nombre, a través de otros compañeros”. Una foto del Dr. Suzacq, publicada el 20 de setiembre de 1976 en un diario de la época, aunque es en blanco y negro, muestra en forma concluyente y categórica que tenía el pelo negro.” Sigue el Dr. Beltrán:” Ninguno de los otros cinco testimonios ubica al hoy procesado durante los apremios. Afirman que es Suzacq “porque me dijeron que era Suzacq”. Luego de esto y en forma bastante benevolente Beltrán expresa:” El proceso judicial al que fue sometido dista de ser cristalino”.
Es de agregar que el fiscal Perciballe ha sido acusado ante la Fiscalía por presuntas “irregularidades” y el “desprecio” a la ley en una investigación a su cargo. También tres prestigiosos abogados han solicitado que el fiscal especializado en crímenes de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, sea apartado de su cargo por “interés personal” y “violación contumaz de los principios que rigen la actuación fiscal”.
Agreguemos que el fiscal Perciaballe no es el único responsable de tales desaguisados pues encima de él está el Fiscal de Corte, también jueces que refrendan lo solicitado por la fiscalía y una Suprema Corte que mira para el costado. Y si nos vamos más atrás en el tiempo, una ley votada por una mayoría circunstancial que en forma inconstitucional ignoró la voluntad, por dos veces expresadas por el soberano, el pueblo en las urnas.
Estamos a las puertas de la Navidad que más allá de creencias simboliza para todos el mensaje de paz enviado por Dios a los hombres de buena voluntad, tiempo propicio para que el Señor Presidente de la República, respondiendo a la carta entregada el 22 de septiembre de este año asuma la iniciativa y el liderazgo en las gestiones que se puedan realizar para lograr la libertad de civiles, policías y militares que actuaron como agentes del Estado y en defensa de las instituciones democráticas antes de 1985 a cuyos efectos se adjuntaba un borrador de proyecto de ley que se solicitaba considerara para la remisión al parlamento a los efectos de su aprobación.
En el derecho penal, la fórmula de Blackstone (también conocida como ratio de Blackstone) es un principio que establece: «es mejor que diez personas culpables escapen a que un inocente sufra».