Por: Raúl Blanco.
Un dicho muy antiguo y popular dice: «¡Yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay!»
Hablar de Periodismo Militante, es un tema de por sí escabroso, discutible, negado y denunciado a la vez, y por demás polémico.
Los integrantes del Equipo Editor de nuestro Semanario participamos recientemente de un Seminario titulado: «Periodismo para la Posverdad»
¿Qué es Posverdad?
La RAE, Real Academia Española, define a la Posverdad como: «La distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales».
Y aclara la RAE que: «Los demagogos son maestros de la Posverdad».
Atendiendo a lo que expresa la Real Academia Española, es válido afirmar que «algunas brujas hay».
Pero centrándonos en una parte de este Seminario, uno de los exponentes expresó que para él – «No hay que ponerle apellidos al Periodismo. El Periodismo es Periodismo y punto. No hay periodismo militante, periodismo de investigación, deportivo, etc., pero sí hay ramas o formas de hacer periodismo».
Entonces reconozcamos que hay formas de hacer periodismo «militante».
Y es inevitable tener sentimientos encontrados al ver y escuchar a ciertos periodistas, a algunos que se hacen llamar como tales, o creen que lo que hacen es periodismo, que pierden la cordura y la postura frente a algunos entrevistados, donde podemos ver enfrentamientos casi de lucha libre verbal.
Algunos entrevistadores se exaltan tanto que parecen desencajados, y hasta se contienen para no pararse y estar en un plano superior a la entrevistada o entrevistado, para imponer su criterio.
Hay entrevistas que pasan a ser acusatorios, lisa y llanamente.
Esa competencia con el entrevistado desluce la profesión, y aunque no lo persiva, desluce y desacredita al entrevistador.
Ese entrevistador que parece libretado, que defiende a capa y espada «sus» argumentaciones, y desconoce o avasalla las ponencias del entrevistado, basado y abrazado a su Posverdad.
Ese entrevistador, ¿por qué lo hace?, ¿para quién opera?
Ya sabemos que el periodismo esta muy mal pago, pero ¿por qué opera asi, por bajada de linea o por sobre?
Sin olvidar una mala preparación profesional de algunos.
Por último, deseo expresar que no he mencionado el pensamiento político ideológico que todos tenemos, y que el buen periodismo «debería» dejar de lado para ejercer la profesión de forma imparcial y libre.
La «Libertad Responsable» es muy difícil ejercerla, por intereses, por compromisos, por necesidad, o por falta de preparación.
En Semanario ConTexto nuestro desafío diario es ejercer plenamente esa «Libertad Responsable».