“PRIMERO VOY A GASTAR”… Por Daniel García

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Con esa frase tan significativa, se despachó el día de asumir su cargo Cecilia Cairo, la novel ministra de Vivienda, quién hizo un discurso muy enérgico, desde un lugar, digamos simbólico, al elegir un asentamiento en el barrio de la Unión como lugar de ese acto.

Uno podría decir, que, por lo sensible de las responsabilidades de ese ministerio, no estaría mal el hecho de gastar y manifestarlo a toda voz, ya que sería una demostración de actitud positiva para resolver una problemática de alto impacto social.

Pero convengamos, que no todas las cosas que se dicen a nivel político, por quienes ostentan claras responsabilidades de gobierno, dejan de estar ajenas a la necesidad de mantener equilibrios y seriedad en los planteos, ya que no se trata de eventos deportivos o acciones que no afecten al resto de la sociedad de una u otra forma.

Pero viendo de quien viene, tampoco llama la atención, que no haya tonos de mesura, palabras atildadas en una secuencia con cierta seriedad, en razón del cargo y las múltiples como importantes responsabilidades de ese ministerio.

No porque la solemnidad indique, o sea una garantía, pero uno espera que las acciones que encabecen las autoridades, por lo menos estén en el entorno de aquello, “no solo hay que serlo, sino parecerlo”, como dijo Gayo Julio César sobre su mujer, frase que no pierde vigencia a lo largo del tiempo.

Las ostentaciones de “populismo”, como el querer ser simpático, han cruzado el espectro político, ya que la demagogia parece ser un mal difícil de erradicar de todas las tiendas, aunque en algunas está instalado firmemente y así lo muestran y demuestran toda vez que pueden.

La izquierda hace gala de ello, con sus múltiples promesas de mejorar en todos los campos y rubros que se quiera considerar, luego de ejercer durante cinco años una oposición crítica y dura, no quedó nada a salvo, donde en la campaña electoral, nos han dicho y repetido, que todo lo pueden y harán mejor.

Entre cumbias, termos, abanicos, abrazos, besos, la nueva ministra hizo gala de esa “nueva cultura” que el MPP ha impuesto en buena parte de la sociedad, donde la elegancia, el buen hablar, el sencillo pero sobrio vestir, tanto como un medido uso de nuestro idioma, ha dejado paso a todo lo contrario de los detalles enumerados.

Quizás, o sin quizás, por allí habría que investigar las razones de la derrota de la Coalición saliente, que no logra entender por qué perdió las elecciones, pese a autopercibirse con todas las chances, aunque no ha logrado descifrar este entramado cultural construido pacientemente por la izquierda durante décadas.

Este acto, tal vez, sea una fiel representación de la esencia y contenidos que la izquierda ha sabido tejer, para que algunas situaciones sean inexplicables, como la señora que todos vimos, llorar de alegría por recibir una vivienda que la aleja del barro, el frío y tantas miserias, pero termina abrazando y agradeciendo a la ministra recién designada.

Y no estoy proponiendo que haya que copiar o adaptar esos estilos, todo lo contrario, no se trata de imitar como hemos visto en las propuestas de campaña, donde era como una competencia para anunciar quien repartiría más, cuyos resultados indicaron que la gente al final terminó votando el original y no la copia, al decir de Federico Leicht

Volviendo a la ministra Cairo y su frase destemplada “primero voy a gastar”, desnuda una visión de tribuna popular, la arenga que propone al cuadro que se alienta, que ponga en la cancha ese atributo con el cual la naturaleza distingue al hombre, como condición entendida de superioridad para asegurar un resultado favorable.

Gastar al voleo por gastar como nos dice la ministra, no asegura absolutamente nada y puede ser hasta un camino directo al fracaso.

Cualquier actividad, así sea la más banal, cuyo norte se rija por ese “primero voy a gastar”, no solo demuestra un grado superior de irresponsabilidad, sino que debería llamar la atención del mismo presidente, la oposición y medianamente, los ciudadanos que aún entienden que la racionalidad y mesura deben guiar los pasos de gobernantes.

Uno puede comprender, que esos discursos fáciles, plagados de populismo, despierten el aplauso fácil de aquellos que no tienen ninguna noción de economía, cuentas públicas y sobre todo, de dónde y cómo se generan los recursos para atender todas esas demandas interminables, de tantos que reciben, pero desconocen quien paga el almuerzo. 

Uno presupone, que el designado ministro Oddone, quien se muestra como alguien mesurado y racional, debe estar en el medio de este tiroteo de anuncios de gastos, al que debemos sumar los deseos sindicales y de buena parte del Frente de no desindexar salarios

Armarse con casco de acero y chaleco antibala, imagino que estará en sus prioridades, o su duración será precaria.

Y las Cairo parece que ya están haciendo de las suyas, cuando han trascendido algunos gastos para ir entrando en calor de la nueva administración, en iluminar fachada del Palacio Legislativo, Calendarios para escritorio, logo nuevo del gobierno, vasos térmicos, que han alcanzado una cifra de 1.550.000 (mil quinientos millones de pesos). ¡¡Atento Oddone!!

El grito lanzado por la nueva ministra de Vivienda, no es una casualidad, ni un desliz pasajero, fue el anuncio en vivo de lo que se viene, sin vergüenza, ni pudor, cuando la política no cuenta con frenos ni límites.

Tampoco ha sido novedoso, cuando en sus 15 años anteriores, dieron pruebas elocuentes muchas veces, de lo que es “primero voy a gastar”.

Daniel García