PRINCIPIO DE REVELACIÓN… Por Nelson Jorge Mosco Castellano

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Revelación – Diccionario Español (Del lat. revelatio, -onis). 1. f. Acción y efecto de revelar. 2. f. Manifestación de una verdad secreta u oculta. 3. f. por antonom. Manifestación divina.

Gobernar es una realidad complejísima en un país estancado: con alta inflación, una burocracia de más de 300 mil funcionarios, organismos innecesarios, inútiles e inservibles; un sindicalismo comunista, un empresariado acostumbrado a prebendas, sin posibilidades de subsistir, competir y comerciar lealmente.

Una sociedad dividida en dos: en el primer semestre de 2023, de cada 1.000 ersonas,

104 no superan el ingreso mínimo para cubrir necesidades alimentarias básicas. El 24% de los trabajadores son informales (fuera de cobertura alguna del Estado), y el sistema de seguridad y previsión social, insostenible, lastra casi 4 puntos del PIB del presupuesto público. El endeudamiento está al borde del cierre del crédito, con 150.000 niños y adolescentes pobres en los últimos diez años, lo que incide gravemente en resultados sociales negativos: aumento del envejecimiento productivo sin reposición activa, crecimiento del delito cuyo costo represivo resulta barato para esa realidad, alentado por el crecimiento ocupacional del narcotráfico; incremento insostenible de la inversión en seguridad que no alcanza a las zonas liberadas; sistema educativo público inservible, costoso, consumidor de recursos a discreción, y analfabeto en la realidad tecnológica actual.

La realidad se impone sobre cualquier batalla cultural. La batalla por el sentido común, sin maquillaje, muestra las consecuencias implacables de los problemas estructurales profundos y difíciles que le tocaron enfrentar a este gobierno de la Coalición Republicana, y que, en peores condiciones y con mayor demanda, tocarán al siguiente.

Desorden presupuestal, estancamiento productivo, pobreza infantil y juvenil,

subempleo, informalidad, inseguridad, inflación.

La ansiedad por mostrar soluciones para comprar adhesiones electorales, que los gurús pintan con una sonrisa del candidato, crea un exitismo estratégico que quedará cuestionado la semana siguiente al balotaje, cuando al que le toque gobernar enfrente la revelación de tantas demandas insatisfechas.

Los recursos que se despilfarran sin control político resurgen a la hora de la verdad con sus revelaciones de demandas justas e injustas, y la ocultación de la corrupción

generalizada, promovida por un sistema político que promete utopías imposibles para un país estancado, lo que aumenta la frustración en la siguiente elección, en la que delicadamente llamamos «desencantados».

Esta forma de “democracia” fraudulenta multiplica ilusiones vendidas por la

irresponsabilidad de competir arteramente por un cargo y un sueldo político, un

privilegio extravagante para Uruguay; infamia que repugna a quien defiende la utópica decisión libre del votante de elegir con responsabilidad a sus autoridades.

Todos ya estuvieron en el gobierno y no pudieron satisfacer la confianza. Tuvieron

“muertos en el ropero” por incapacidad, corrupción o, peor, cobardía. Falta revelación de la verdad sobre dónde estamos y hacia dónde nos llevan.

Ahora todos prometen UNIÓN y POLÍTICAS DE ESTADO. En un estado desesperante de un país que se acerca al precipicio social, productivo, económico y público. No asumen la responsabilidad conjunta de esta tragedia inminente, situación obvia para aquellos que alientan caer en el totalitarismo: cuanto peor, mejor.

Saben que es imposible seguir repartiendo sin que los que algo tienen se vayan; sin que los que todavía producen dejen de hacerlo, agotados; sin que los jóvenes abandonen sus estudios porque no les resuelve angustias existenciales urgentes; sin que se profundice la batalla de viejos contra jóvenes por un recurso público, un alivio tributario, una posibilidad digna de empleo.

La torta no da para todos. Mientras ascendemos en la tabla de los gobernantes

mendicantes de prestamistas, otros venden desarrollo tecnológico que permite trabajar sin control tributario del político de turno, sin aportes a la previsión social, sin mayor esfuerzo educativo, desde cualquier garaje, con un espíritu creativo disruptivo donde crece la libertad de ofrecer algo mejor.

La tecnología puede más, estúpidos. Los jóvenes ya son ciudadanos del mundo. Los

viejos son una carga que debe financiarse con su propio ahorro, pues no alcanzan los

recursos públicos para sostenerlos.

Entendido y revelado eso, solo quedan dos posibilidades: un mundo libre de control

público, con aportes voluntarios solidarios intergeneracionales; o un mundo

regimentado, controlado al extremo, una putrefacción del sistema estalinista llevado al extremo, donde la oclocracia mande y la mayoría analfabeta cumpla el servicio al amo.Lo que asquea es que todos los políticos lo saben, la mayoría lo oculta, y su negocio es camuflarlo. Por eso este juego de dos partes que prometen lo imposible sin un esfuerzo colectivo notable es una farsa.

Ignorantes o hipócritas, carroñeros de lo que quede.

El principio de revelación dejará expuestas las dos alternativas cuando rasquen el fondo de la lata: la terrible del opresor infame que denostan cuando las papas queman, o la de la libertad responsable que exige muchísimo sacrificio, especialmente, político.

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