¡PROMUEVEN EL ODIO! Por Joise Manuel Morillo

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El discurso político del marxismo posterior al proletario internacionalista de Wladimir Ilích Ulianov, alias Lenin (Rusia 1870-1924), político, filósofo y teórico político, líder comunista soviético (bolchevique), tiene como modo de luchar contra la oposición y; principalmente, dirigido a su propaganda, la ofensa, el escarnio, el sarcasmo, la ironía, etc. Su objetivo es desmoralizar a los opositores que consideran no contendores políticos sino enemigos.

Lucio Anneo Séneca (Séneca el Joven, Corduba, 4 aC.-65 dC.),  filósofo, político, orador,  cuestor, pretor, senador y cónsul sufecto durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón,  afirmaba que: “la ofensa exige, paralelamente, odio”  (Culpa par odium exigit).

Odium (conducta detestable), un vocablo latino que derivó de la jerga romana a la cultura occidental en odio.

En otras palabras, las ofensas en el discurso político y en contra de la oposición es el reflejo -antes que de indignación- del odio que siente el orador hacia quien no comulga con su pensamiento e ideología.

George Orwell (India,1903-1950, británico), escritor, en su novela “1984”, concibe un nuevo término, “neolengua” que determina la forma más simple o sencilla de inducir el mensaje al interlocutor. En el caso de los partidos políticos, es usado ante sus aliados con el fin de moldear su conducta y definir la forma de comportarse para intervenir ante la oposición. Según Hegel, esto sería, enajenar.

La neolengua orwelliana, usada por los gobiernos totalitarios tiene como principal objetivo el control y la limitación del pensamiento de la población a través de una extrema simplificación del lenguaje, con poco vocabulario y gramática simple, con el fin de eliminar palabras y, a su vez, conceptos. Por ejemplo: para evitar que la población desee o piense en la libertad, se eliminan los significados no deseados de la palabra, de forma que el propio concepto de libertad política o intelectual deje de existir en las mentes de los hablantes. En cambio insiste, ej.: en promover la idea de que la oposición tiene o infunde odio a su proyecto político, a sus líderes. Por ende, al pueblo, que se supone es al que defiende su praxis política. Que irónicamente es todo lo contrario.

Por otro lado, aunado a la neolengua el discurso izquierdista tiene como patrón y álter ego del Lenin, la ofensa, el escarnio y el uso de peyorativos en contra de los que difieren de sus pensamientos.

Pongamos por ejemplo: desafectos, que es un término que utiliza el castrismo cubano para definir a quiénes no apoyan su dizque “revolución”, es sinónimo de traidores a los cuales llaman gusanos.

Esto anterior para la filosofía de Séneca es repugnante, pues no hay ofensa que no lleve en su haber odio.

Simón Bolívar (Venezuela, 1783-1830) héroe de la gesta emancipadora de 5 naciones hispanoamericanas “el libertador de América”, en el discurso de Introducción del 2do. Congreso de Angostura de 1819, en el marco de sus postulados y la renuncia de la dictadura, nombró más de 50 veces la palabra libertad y solo una vez la palabra odio.

Su principal fin era dejar en la mente de los magistrados que asumían las riendas del poder en las naciones  un mensaje de cordialidad y paz en su conducta para bien del pueblo, sin privar de esto el respeto y autoridad que debían practicar.

La ofensa en el discurso de los comunistas es sinónimo de odio, su neolenguaje en El gobierno de Nicolás Maduro (Venezuela) se refleja en llamar a los opositores: Apátridas, escuálidos, pelucones, etc., y, afirmar o imputar el odio al pueblo en sus discursos, lo cual es todo lo contrario, ellos son los que odian al pueblo por la constante ofensa a su inteligencia que generan sus discursos falaces con la ayuda del neolenguaje orwelliano.

Un caso similar es el espíritu o principio de la propaganda Nazi diseñada por el ministro de Educación popular y propaganda de Hitler, Joseph Goebbels (Alemania, 1897-1945), político, escritor, apodado  “enano diabólico” Posee un modelo de neolengua en su difusión mediática representadas en 11 fundamentos propagandísticos de los cuales el 5 y 6 son lo más relevante, cito:

“Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

(…) La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”

O sea, Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

Sin embargo, la oposición si odia, odia la miseria, odia el terror, odia el hambre, odia la escasez, odia toda clase de control que han creado los comunistas para oprimir a los pueblos de Cuba, Nicaragua, Venezuela etc. odia toda clase de maltrato que produce la supuesta dictadura del proletariado sin proletarios que los comunistas ejercen para deteriorar la paz,  la armonía y la felicidad de los pueblos bajo sus garras.

Así, es como odia la derecha política, por lo cual desprecia la ignorancia de filosofía de la política que estos siniestros o zurditos – como les dice Milei- ejercen en contra de la libertad de nuestros pueblos latinoamericanos.

José Morillo

[email protected] 

Venezuela USA

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