Sí, pero también. Por Alfredo Oliú

Yo no sé por qué motivo hay veces que actos aberrantes son rechazados pero con un agregado final de “sí, pero también” o una expresión semejante. El jueves de la semana pasada fue objeto de un atentado contra su vida la Sra. Vicepresidente de Argentina Cristina Fernández de Kirchner. Yo no tengo la menor simpatía por la Sra., respeto sí su investidura, pero no le tengo simpatía. No me cae bien ni ella ni las cosas que hace. No me gustan ni su modo, ni su estilo, ni su accionar. Ahora, el atentado es una barbarie. Con todas las letras y sin cortapisas: un acto propio de bárbaros. No podemos ni debemos tolerar la violencia. Basta que cuando se condena se pretenda atenuar para dar de alguna forma cabida a la justificación. Hay que ser claro y terminante: el atentado contra Cristina Kirchner es un acto aberrante y merece el mayor castigo que la ley tenga previsto.

En nuestro país y el mismo día, el Presidente del CODICEN Dr. Robert Silva fue agredido en el Cerro donde había ido a explicar aspectos de la reforma educativa. Los sindicatos repudiaron el acto de violencia, los partidos políticos también. Sin embargo, algunos operadores llegado el momento de condenar le agregan algún “pero”. Seamos claros y terminantes aquí también: es un acto aberrante y no admite justificativos. Después, en otra oportunidad, seguimos hablando del proyecto educativo. Pero ahora se impone una condena unánime a la agresión sufrida por Robert Silva. Pero además, aquí si cabe, ya se vuelve a repetir. Parece que la presunta discusión de ideas y proyectos que reclaman o la “educación popular” pasa por agredir al Presidente del CODICEN.

También en la semana pasada otra noticia fue titular: renunció el Director General de Secretaría del Ministerio del Interior Dr. Luis Calabria. Según el mismo expresa en su nota de renuncia había hecho uso de los servicios del Hospital Policial al consultar a un oftalmólogo. Y agrega textualmente en dicha nota “Más allá de las resultancias de la discusión pública que ese hecho pueda generar, al considerarlo un error de valoración, pero que puede utilizarse en este tiempo para impactar frente a la gestión de gobierno, frente a mi persona y mi familia, es que vengo a presentarle la renuncia al cargo de Director General del Ministerio del Interior”. Yo tengo el honor de conocer a Luis Calabria y como todos los que lo conocen, doy fe de que se trata de una persona de bien, serio, responsable, trabajador y con una singular sensibilidad humana. Donde ha estado, ha recibido siempre esta valoración.  Hoy no es la excepción. Una vez más ha demostrado su hombría de bien de forma ejemplar. No tengo duda alguna que el gobierno se queda sin una persona muy valiosa. Pero tampoco tengo duda que hizo lo que corresponde. Nos ha dejado a todos un ejemplo de ética pública.

Hay veces en la vida en que tenemos que ser terminantes, con las cosas que están mal y por supuesto con las cosas que están bien. Esta semana hemos asistido a ejemplos de ambas cosas y como siempre, prefiero resaltar las cosas positivas: Muchas gracias Luis Calabria por el ejemplo que nos has dado a todos.