Tras el asesinato de una mujer en Florida, el señor Presidente de la República don Yamandu Orsi expresó:
«Es increíble el nivel de violencia. Para quienes dicen que este tema pasó de moda, es al revés, hay que seguir dándole vueltas y tener un compromiso concreto con el tema de la violencia hacia la mujer».
En mi opinión, el tema ya no se refiere solo al sexo femenino. Se extiende mucho más.
Viví en Afganistán y conocí horrores. Lo vi como el país de las atrocidades.
Pero estoy en mi país, Uruguay.
Y los horrores de los cuales me entero superan a veces los de Afganistán.
Nuestro país se parece a un avión cayendo en picada, con las alarmas prendidas adelantando el trágico golpe contra el piso.
El salvajismo está presente y ya nos pudrió.
Haciendo un rápido repaso de algunos hechos lamentables, puedo anotar lo de un hombre que abusó de una anciana de 80 años, un sujeto descuartizó a una joven y la tiró dentro de un pozo negro, una joven de 15 años le dio dos tiros a su padre, un nieto mató a su abuela para robarle, varios hombres han matado a tiros sus hijitos y familiares se matan en los cumpleaños.
En Uruguay cada día (al menos) una persona muere asesinada.
Y con el debido respeto, el salvajismo desatado no es atribuible al patriarcado, el machismo, la Justicia y no se a que otro verso.
Se nos aflojó el «disco duro», parece.
Y esto no se soluciona con «mas presupuesto», marchas callejeras, «penas mas duras», largos discursos o encendidos debates.
El «progresismo» se salió de sus límites. No quisiera estar en el lugar de los políticos que deben solucionar esta lamentable situación.
Esto lo escribo a titulo personal. Con el debido respeto, demás está decir.
Tilio Coronel Grillo.
