NO HABRÁ PLATA…Por Nelson Jorge Mosco Castellano

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Si usted tiene duda sobre a quien votar no se fije en candidatos a presidente. Fíjese en los eventuales ministros de economía.

Una reciente entrevista a eventuales ministros sobre pobreza, educación e impuestos, deja en claro posturas bien diversas entre los de la Coalición Republicana y el economista Oddone del FA.

Todos coinciden que hay que destinar más recursos a atender pobreza y educación, herramientas de equidad social. Pero, mientras los primeros reconocen las restricciones presupuestales, la necesidad de profundizar el orden del gasto público, y el riesgo de vivir de prestado, Oddone cree que hay espacio fiscal para el gasto. Reconoce que la carga fiscal no soporta aumentos, pero, con cabeza frentista, se enfoca en gastar más, sin descartar aumentar impuestos.

Una encrucijada que ya no funcionó cuando los precios internacionales favorecían al país. Aumentaron el gasto público, dilapidaron por ineptitud en la administración, soplaron velitas al socialismo, y tiraron plata en presiones corporativas sin beneficio para el empleo, ni disminución de los más pobres.  

Oddone pretende ignorar que crecimiento económico es sinónimo de orden en el gasto público, auditorías de gestión, adelgazamiento presupuestal según las prioridades. Es imposible crear recursos genuinos castigando al que los produce, quitando incentivos de inversión, de producción y de empleo.

Aumentar el gasto social sin dejar crecer la torta es demagógico. Implica desincentivos tributarios a la inversión, desaparecer el empleo formal, multiplicar la pobreza, hacer crecer el endeudamiento, la emisión, devaluar la moneda, perder poder adquisitivo, castigar doblemente a los más pobres.

Los ejemplos cercanos del tercer tipo sobran.

El actual ministro de economía argentino festeja que el riesgo país quedó apenas en la barrera de los 1.000 puntos básicos. Un desplome del 5,6%, alcanzando el menor nivel en cinco años. Este indicador mide la tasa que paga el país por sobre los bonos del Tesoro de EE. UU., viene reduciéndose desde los 2.500 puntos que heredó Javier Milei de la dupla Alberto Fernández/Cristina Kirchner, populistas demagógicos, que produjeron una ola de ventas de bonos y disparada del riesgo país.

La baja del riesgo país hace que la deuda sea cada vez, más sustentable con relación al producto país. Por eso se transforma en un círculo virtuoso. Cuanto más cae, más fácil es pagar la deuda”. Es bueno para Juan Pueblo porque gasta menos recursos en pagar intereses de una deuda que castiga al presente y a varias generaciones más. Los inversores sienten que es un país fiable, que pueden invertir y dar empleo genuino sin riesgo que el endeudamiento obligue al gobierno a devaluar su moneda. Genera inversión en lugar de especulación.

Su moneda es más firme. Quienes la reciben por comerciar, por su salario o jubilación, pierden menos, ganan más. La inversión recupera la economía, el empleo y baja la pobreza.

La preocupación por el grado inversor también preocupa a EEUU.

Seguir financiándose con deuda tiene límite hasta para la principal economía del mundo. La deuda pública neta del gobierno aumenta hacia el 100% del PBI. S&P marca el nivel de riesgo de quienes aún le prestan: “Una política que mejore o empeore los déficits fiscales y la carga de la deuda de la nación podría afectar nuestra calificación crediticia soberana. Su debilidad es su perfil fiscal y las dificultades de obtener cooperación bipartidista para fortalecerlo”.

La calificadora espera que Estados Unidos mantenga su fortaleza crediticia a pesar de la polarización política. Supone que los dos partidos en el Congreso están de acuerdo sobre la dirección de la política exterior hacia China, el escepticismo sobre los acuerdos comerciales y políticas industriales para promover sectores de alta tecnología.

“Asumimos que las potenciales iniciativas comerciales no disminuirán la resiliencia de la economía bastante cerrada de Estados Unidos. Esperamos que la dura lucha electoral pueda dar lugar a recuentos y apelaciones a procesos de verificación dirigidos por el Estado, que, como en el pasado, se resolverán mediante mecanismos institucionales establecidos”. La suspensión del techo de deuda expira a principios de enero de 2025. Es necesario que el Congreso apruebe el nuevo límite cuando el Tesoro se quede sin espacio para mantener al gobierno funcionando”.
Gastar plata sin respaldo en la producción del país, gastar a cuenta de prestamistas que miden el riesgo de recibir sus intereses es absolutamente irresponsable. Argentina y Venezuela son ejemplo del desastre del desgobierno en países riquísimos, que hizo de su población miserable y expatriada.

A un país limitado en producción como Uruguay, limitado en crédito, aumentar el gasto como sugiere Oddone conduce directamente al quebranto económico y social.

No nos alcanzan los recursos por impuestos excesivos para atender el actual gasto del Estado, que exhibe pobreza, desactualización educativa y otros desastres, inseguridad, narcomenudeo, y una población carcelaria propia de países en guerra.

NO HABRÁ PLATA para atender esas urgencias sin reducir otros gastos.

Las aumentaremos si seguimos despilfarrando recursos de quienes producen, tomamos más deuda, o recurrimos a la falsificación de moneda.

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