En la catedra de teología del pensum de estudios de filosofía y teología de la Universidad Católica Cecilio Acosta (UNICA) Maracaibo-Venezuela, donde obtuve el grado de licenciado en Filosofía (2003-2008); la mayoría de los profesores son sacerdotes de la iglesia Católica. No obstante, su profesión acerca del concepto “religión” tiene como patrón formas particulares de dar a conocer su significado teniendo como semántica generalizada la “comunión”
En tal sentido, podríamos considerar a religión como juntarse para desarrollar un fin cualquiera pero constante. Y no, como un género colectivista enfocado en un dogmatismo absoluto o un fin específico o único. ¡Que se haya utilizado como costumbre o medio lingüístico para fomentar devoción a objetos es en derivación y relativo a idiosincrasias y culturas de los pueblos, de las épocas y del orden público y espiritual de la vida. Cotidiana!
En teología es juntarse para rendir culto a una deidad. “A Dios”
Religión deriva del latín; son dos sonidos o vocablos Re: reiterar, intensificar, repetido, consecutivo. Ligare ligar, juntar, reunir. Y un sufijo eón, ión que determina su acción o efecto.
Existen argumentos originarios de pensadores dónde se plantea que la religión es el instrumento que utilizan ciertas clase de individuos para manipular masas humanas a su voluntad. Teniendo como praxis el manejo de su ignorancia.
Para otros como Hegel: “Es el saber del espíritu divino acerca de si mismo por mediación del espíritu finito”
Hegel plantea que “todo” como el Universo es la única verdad, este planteamiento comulga con la teoría hermética (Hermes Trismegisto) cuyo fundamento radica en una misma y única verdad divina. La cual, puede encontrarse en las tradiciones religiosas y filosóficas de diferentes épocas y lugares, todas ellas consideradas como diferentes manifestaciones de una misma filosofía perenne universal.
Sin embargo, Hegel; antropocéntrico, manifiesta que el hombre-Dios, es la Humanidad.
De cierto modo tiene sentido, lingüísticamente derivado de la inteligencia humana, eso creador a lo cual se le rinde culto -Dios- mediante religión, es creación del hombre y no de otro ser, de hecho a eso creador, se ha denominado de diferentes formas entre ellas Jehová, Jhave, Alá etc. ¡Y, no es que el hombre a creado a Dios, lo ha denominado a su voluntad!
Todas las especies en la Tierra incluyendo a la humana y la misma Tierra han sido producto de ese todo, con la combinación de los elementos que contiene su existencia y su labor infinita.
El problemas de las religiones es el sesgo impositivo que se les ha observado en el curso de la historia, principalmente mediante el análisis intelectual en los siglos más recientes. Para este análisis todas las escrituras sagradas son una especie de enajenación que transforma la conducta del individuo mediante el temor a un castigo divino. En este sentido, se debería pensar que si no existiera el culto a esas estrofas de los libros sagrados, se acataran y cumplieran, el mundo sería una res antisocial. O sea, sería válido el decir de Maquiavelo: “el hombre es malo por naturaleza y bueno por conveniencia”.
Para Rorty y Carol Wojtyla, para ser bueno no es necesaria la religión, en cambio, se necesita contener un estado de conciencia donde se determine que es bueno o malo para establecer paz y armonía. En otras palabras, diferenciar lo bueno de lo malo en función de establecer el bien común.
Sin embargo, al volver al concepto emitido al principio se puede percibir que este deseo, está voluntad general, consecutiva e insistente de lograr el bien común como objetivo, es un principio colectivo cuya semántica es la comunión. Por ende “religión”.
La estética de la religión la representa un deseo inmenso de concertar un poder, es la fuerza de la unión con propósitos agresivos y no violentos en contra de algo que se piensa destructivo en contra de la humanidad, de este modo el temor al castigo se anula. Pues, se tiene como objeto la idea del bien.
La religión -teológicamente hablando- tiene un principio ético y moral, es diferente a la asociación porque la primera contempla la devoción y la fé de algo que, en potencia y acto promueve y genera bien, es constante. La segunda -de carácter general- no discrimina la praxis del bien o del mal para lograr fines u objetivos su existencia es las más de las veces (ad hoc).
JOISE Morillos
Venezuela
