Por: Semanario Contexto.
CE– Si bien conocemos, y reconocemos que muchos ciudadanos saben quién es Graciela Bianchi, cuéntenos y cuénteles, ¿Quién es Graciela? (Orígenes, familia y formación).
GB-Yo soy una descendiente de italianos, muy principistas, que huyeron de Mussolini en el año 25, y del hambre, pero muy principistas.
Vinieron al Uruguay sin saber dónde iban. El Uruguay los esperó con educación pública, obligatoria y laica, que hizo que mis padres, siendo hijos de quinteros y empleadas domésticas, y viviendo en los fondos de la quinta en una casa muy precaria, con techo de lata, mi padre en el Rincón de Cerro y mi madre en el Prado porque la quinta estaba en el Prado. Pudieron ir al Liceo Bauzá y fueron compañeros de los hijos del Presidente en ese momento Batlle Berres. Porque mis padres tenían la misma edad de los dos hermanos, de Jorge y de Luis.
Mis abuelos, los cuatro, vinieron del mismo pueblo de la Toscana, o sea que eran como parientes; porque eran de pueblitos burgos medievales, a dos kilómetros y medio por encima de la montaña de la comuna de Pontremoli; y acá se juntaron más, estaban en un grupo de italianos que venían del mismo pueblo y por la misma razón.
Mis abuelos me educaron, también a mis padres, y a mi hermano y a mí con una enorme cabeza abierta, en el sentido de que si bien votaban a la izquierda, sobre todo mi abuelo materno, que perdió la ciudadanía italiana porque en aquel momento no se podía tener, por leyes italianas, doble ciudadanía, prefirió perder la ciudadanía italiana para poder votar acá y votó la lista 63 del Partido Comunista.
Creo recordar que, y entenderlo en el contexto, que le pareció que era lo más opuesto a Mussolini. El admiraba mucho a Batlle y Ordóñez, a Leandro Gómez que eran personas muy autodidactas.
Iban a la escuela nocturna, y los patrones, para decir un término que nos entendamos, lo dejaban al final de la jornada, a que pudieran concurrir.
Leían mucho, mucha prensa, en mi casa había mucha prensa, se escuchaba mucha radio, muy politizada siempre. Pertenecí a una familia muy politizada; si bien votaban al Partido Comunista, nunca fueron cerrados ni antidemocráticos. Me decían los dos nunca dejes de pelear por la República en este país, porque si nosotros nos hubiéramos quedado en Italia tus padres no hubieran podido hacer la escuela siquiera, y acá pudieron terminar el liceo, cuarto año, podrían haber seguido estudiando, no lo hicieron porque en aquel momento se necesita menos años de escolarización para poder tener trabajo.
Mi madre optó por ser ama de casa y mi padre entró en un Banco y vivimos normalmente con tranquilidad hasta la década del 60.
Tengo un hermano, nueve años menor, fui durante nueve años nieta única, e hija única. Tuve una presión social personal con buenas intenciones, tratando de que uno pueda superar lo que eso es llegar a lugares que ellos no pudieron llegar. Eso recaía sobre mí bastante, pero bueno, es un agradecimiento igual a mi familia que me apoyó siempre, me estímulo siempre, tuve una niñez muy feliz y la adolescencia también.
Los domingos nos juntábamos todos, tengo las fotos, y esas casas solariegas que en realidad no eran casas nuestras, en casa de los quinteros, pero dejaban que la gente que trabajaba para ellos las utilizaran.
Esto quiere decir que tuve una niñez, una adolescencia muy feliz. Lo que sí tuve la desgracia de vivir en este país, nací en el 53, el 14 de noviembre del 53, así que este 14 cumplo 68 años. Ser joven cuando en la década del 60 en este país se empezaron a complicar las cosas, sobre todo para mí, y es por eso es que tengo tanta militancia en contra de la guerrilla.
A partir de la década del 60, 62, todos sabemos, empezaron los tupamaros arruinando la vida a todos. Desde mi casa se les cuestionaba muchísimo y yo me acerqué a la juventud comunista mientras era estudiante de secundaria.
En el 72 yo inicié la Facultad y el IPA, en pleno bullicio de todo, los tupamaros derrotados, pero ya con los militares instalados, con mucho poder.
Nos arruinaron la vida, porque vivíamos con miedo, los que teníamos militancia estábamos siempre cuidándonos de todo, no tuvimos vida universitaria. Yo opté por no ir a la facultad; estudié todas las dos carreras libres, sobre todo Notariado, que fue la que hice en la dictadura. Solamente fui a las prácticas porque no podía entrar a la Universidad en dictadura. Así que no tuve vida universitaria, no tuve la juventud que tuvieron las generaciones posteriores, y eso es algo que yo recuerdo, no con resentimiento, porque no soy resentida, pero eso es lo que a mí más me molesta, la parte humana que la guerrilla no tuvo.
La verdad nunca me ilusione con la guerrilla, pero sí debo reconocer que la revolución cubana fue inspiradora, porque nosotros teníamos a un Secretario General del Partido Comunista como fue Rodney Arismendi que estaba en contra de la guerrilla. No fue el único partido comunista que se opuso a la vía armada, al apoyar los comunicados cuatro y siete en febrero que para mí fue cuando empezó la dictadura.
Arranqué la dictadura con mucha desilusión por lo menos, lo que yo pretendo, que los guerrilleros que hoy los tengo en el parlamento, y uno tiene que verles la cara y compartir con ellos actividades, que pidan perdón, porque políticamente se pueden haber equivocado, y se equivocaron feo, reitero, sin la guerrilla no hubiera habido dictadura jamás, pero ellos en la parte humana fueron tan fascistas, tan torturadores, tan asesinos como los militares golpistas. Así que humanamente tendrían que pedir perdón, y sin embargo generaron una, o facilitaron la formación de una generación de más jóvenes, con más odio, resentimiento, porque más les mintieron.
En cuanto a la formación, yo soy educada en escuela pública, liceo público, facultad pública y el Instituto Profesores Artigas, hice simultáneamente Instituto Profesores Artigas y Notariado. En historia, soy egresada, me recibí con una monografía de Aparicio Saravia con la tutoría de Pivel Devoto que siempre fui saravista. Después que tuve a mis hijos un poco más grandes hice Abogacía.
Ahora mi vocación siempre fue la educación por eso es que me dediqué fundamentalmente a la misma. La dirección del Liceo Bauza que para mí me marcó la vida, fueron 18 años, yo era la directora efectiva a partir de 1994, después del 2005 al 2010 como yo votaba al Frente, no militaba, pero votaba, me pidieron que me fuera a unos cargos administrativos. Primero Pro Secretaría General de Secundaria 2005 – 2006, y después Secretaria Administrativa de Consejo Directivo Central, al que por no estar de acuerdo renuncié en agosto del 2011. Volví al liceo, me hicieron la vida imposible, sobre todo lo hicieron a mis compañeros docentes, me jubilé. Me jubilé como Escribana y seguir trabajando como Abogada.
Conocí a Luis y me gustó mucho su forma de ser, y en la Patria Gaucha, en el 2013, el me contactó, habló conmigo junto con Álvaro Delgado. Al principio me sentí sorprendida, pero después me di cuenta que era la opción a pesar de que yo nunca jugué a ganador, porque en el 2013, Luis tenía el 9 % del Partido Nacional, pero enseguida me di cuenta que era una persona distinta, que era un joven que había que apoyar, porque yo siempre sentí que entre los tupamaros, la guerrilla, y la dictadura, en la traición a Seregni del Frente Amplio democrático, a mí me habían estafado la actividad política y la militancia que siempre tuve, yo sentí que era la oportunidad de apoyar a alguien que vale la pena.
Tengo una especialización internacional en Gestión, con énfasis en la Educación, siempre ejercitando tres profesiones.
Tengo dos hijos, una de 42 años que es Escribana y otro de 40 que es Arquitecto, dos nietos, uno de ocho años y otro de un año y 14 meses, y un buen esposo. Tengo una familia preciosa y es lo que más me importa en la vida. El tiempo se lo dedico a la política, sin desprenderme de mi familia, al contrario, siempre estoy tratando de estar todos juntos porque entiendo que les tenemos que dejar un país mejor.
A nuestros hijos facilitarles un poco más, que están luchando mucho a pesar de ser estudiantes, ser profesionales, igual que mi nuera, pero mis nietas tienen derecho a vivir en un lugar en Uruguay completamente distintos.
CE– ¿Cómo y por qué llega a simpatizar por una determinada fuerza política? ¿Por cuál?
GB-En el año 71 voté al Frente Amplio y trabajé mucho, milité mucho, y ya les expliqué la desilusión.
En realidad el proceso mío en el Frente empezó así, yo era muy seregnista, y empecé a desilusionarme. Yo era la secretaria de Germán Araújo en el 85, y en el 86, después me quedé con su suplente, porque en el 86 a él lo echaron. Me quedé a solicitud de Germán, y del suplente.
Después a partir del 90, Democracia Avanzada me pidió que fuera Secretaría Técnica de la bancada. Lo fui sobre el principio fundamental de que mantenía mi independencia, jamás me afiliaría a ningún partido político excepto el Frente, pero en el año 89, cuando entraron los tupamaros con voz y voto en la mesa política inmediatamente capté qué se quedaban con el Frente, y yo eso no pude soportar traicionaron a Seregni.
Implosionó la Unión Soviética, tiraron el Muro de Berlín para tratar de buscar la libertad, con lo cual quedó claro que nos habían mentido permanente y sistemáticamente, y en el año 93, me podría haber quedado hasta febrero del 95.En marzo el 95 me fui porque no soportaba ese Frente Amplio, y las cosas que estaban pasando, internamente, o sea yo me empecé a alejar del Frente. No fue, digamos, con lentitud, sino progresivamente. No fue una reacción intempestiva, después del 93, me fui al Senado, yo por principios dejo cualquier cosa, dejé un muy buen ingreso, podría haber sido de las primeras generaciones de legisladoras frenteamplistas, pero a mí cuando las cosas no me gustan me voy, si no puedo cambiar el de adentro me voy. Votaba, pero no militaba, y después en el 2005 tenía la expectativa a ver qué pasaría con el Frente en el gobierno. Es que por eso acepté los cargos de confianza administrativos, porque los moderados siempre estamos reducidos a cargo de menor capacidad de decisión, porque obviamente ya los tupamaros que tenían dominio del Frente y el Partido Comunista actual, que fue el que hizo renunciar a Jaime Pérez a la Secretaría General en el año 92 /93 por ahí. Es en el Partido Comunista absolutamente unido a los tupas, cerrado marxista-leninista. Ejercí eso cargos con bastante disconformidad.
Nunca lo quise a Tabaré Vázquez, vino de la mano de los tupamaros y vi que desde dentro era peor de lo que me imaginaba, mucho peor que los partidos fundacionales que yo había cuestionado. Mucha falta de criterio situacional, de falta de manejo. El Estado, una injerencia permanente de los sindicatos, bueno me fui 3 o 4 meses después de haber sido confirmada por Mujica, y volví al liceo a seguir con mi proyecto de Bauzá para fines del 2012.
Formamos una comisión de educación muy incipiente con Pablo Da Silveira, con Fossati, con Robert Silva. En ese proceso yo era también Consejera del Consejo Consultivo de Educación Terciaria Privada, porque ahí yo iba por la ANEP me habían nombrado por decreto del Poder Ejecutivo y se olvidaron que yo estaba yendo a pesar de que me había ido de la ANEP, hasta que un día renuncié junto con Pablo Silveira, porque la persecución a la Educación Privada Universitaria era brutal; en definitiva, formamos esa comisión, Pablo estaba por supuesto.
Me invitaron a la Patria Gaucha, uno de los ediles del Partido Nacional, porque yo unos meses antes había ido a dar una charla sobre Educación, y cuando fui a la Patria Gaucha me dijeron vamos a comer un asado a la chacra de Chiessa. Cuando fui a la chacra de Chiessa en la barbacoa estaba Luis, Álvaro, Chiessa, quieres me propusieron actuar en el sector Todos. Mi primera reacción fue no, porque imagínense toda la vida fui de izquierda y mi familia también, y mi primera reacción fue esa, con un Lacalle, usted está loco, claro estábamos cargados de prejuicios y nos habían mentido mucho, y uno que siempre vio las cosas no como dirigente política sino como militante político. Éramos más ingenuos de lo que pensábamos, pero me movió el piso. Siempre digo lo mismo y bueno a partir de ahí bastó una conversación más para que decidiera pasarme a la lista por 404, porque era la lista donde teníamos los Independientes
CE– ¿Cree que la pandemia dejará una lección en nuestra sociedad? Y si así fuera, ¿qué cree usted que dejará en el colectivo ciudadano?
GB- Esperemos que sí, somos seres humanos sensibles, y la pandemia dejará efectos. Ahora, a mí siempre me gusta ser positiva.
Tenemos que tratar de atender los aspectos negativos que evidentemente están, la parte económica, la parte social, de la salud mental. la gente que sufrió el encierro, con el Uruguay. La gente ha perdido familiares; el miedo que vivimos todos, pues la verdad que lo seguimos viviendo, porque todavía no la dominamos 100 %.
Yo siempre espero que este tipo de cosas, que se asemejan para mí, lo dije de primero ante una guerra, estemos con un enemigo invisible, que al principio no sabíamos ni lo que era, ni cómo se combatía, tiene que dejar algo positivo, que es que le demos importancia, o más importancia a las cosas que son imprescindibles para vivir felices.
Eso creo que tenemos que haber aprendido, que la vida vale la pena por las cosas importantes. Me parece que todavía en Uruguay, y sobre todo por la oposición de la izquierda, nos está tratando llenar de bronca y de resentimiento, pero de nosotros depende encauzar otra vez el país.
CE– ¿Cuál es el desafío más importante que le ha tocado transitar en la vida, y qué le dejó de experiencia?
GB-Yo creo que mi vida ha sido una sucesión de desafíos. En general sigo siendo una persona honesta que vivo de los principios para mí; hay un pensamiento que mi familia me educó en que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita y eso permite que uno viva de acuerdo a los principios y en definitiva el haber estudiado y trabajado tanto, como se los decía, me voy a dado mucha libertad para reinventarme cuando entiendo que no estoy a gusto en dónde está.
El desafío personal más importante fue formar una familia, tener una familia sana una familia libre. Mantener un matrimonio que este año cumple 44 años; hijos que también fueron educados bajo principios. Con mi esposo nos construimos bajo una larga experiencia vital y se fue construyendo, con ajustes y con desajustes.
La vida en conjunto es larga, obviamente tiene aparejada la conciencia de que hay cosas que hay que corregirlas o se cometen errores.
El desafío de mantener los principios y eso significó tener que irme muchas veces de lugares donde estaba, como se dice ahora, salir de la zona de confort, dejar cargos que tenían relevancia.
CE– ¿Cuáles entiende usted que son sus fortalezas? (Personales/Profesionales)
GB- Yo me siento muy fortalecida porque fui educada por principios y en principios de felicidad. Principios de no utilizar la política para la satisfacción personal o intereses personales; para a través de la educación hacer que todos tengamos las mismas posibilidades de verdad, así mí me educaron. Sí siempre me lo hicieran sentir este no ceder jamás a las presiones, no ceder jamás, digamos al intento que a veces es que a uno lo no lo corten con por un privilegio o beneficio.
Esforzarse para trabajar para tratar de financiar la libertad, la independencia de criterio, por eso es que tengo más de una carrera y por eso es que trabaje en todas las carreras porque bueno eso para mí es una fortaleza.
La otra que tengo es mi familia que obviamente está por encima de todo, yo avanzo hasta que no perjudique a mi familia y bueno hasta ahora he podido avanzar .Mi familia me respalda y ese respaldo es bueno y somos un equipo, somos una familia muy unida, yo no podría haber hecho nada de lo que hice sin el apoyo de mi compañero toda la vida y además de mi de mi familia en general.
Así que estas son las fortalezas; van juntas, porque los valores familiares también me los enseñaron desde muy pequeña, no hay nada más importante que la familia .Y la unión de la familia, eso es así y no es un discurso es efectivamente así.
CE-– ¿Cuáles entiende usted que son sus debilidades?
GB-Bueno es más difícil contestar la pregunta de cuáles son mis debilidad; la verdad es que hasta ahora he detectado que las debilidades dependen de las circunstancias que uno pueda valorar. Quizás pueda ser que siempre digo las cosas de frente y de repente a veces, en esta sociedad, de lo políticamente correcto y además de que la gente se ofende por cualquier cosa, entonces se complejiza el ser uno efectivamente sincero. Hay muchos miedos, yo tengo miedos, sí, como toda persona normal , entiendo que los miedos no te pueden paralizar. Yo soy muy franca y no me ofendo cuando los demás son directos conmigo, al contrario me ofendo cuando a los demás no los veo leales, no los veo con valor para enfrentar las situaciones y a mí eso me molesta. Hay gente que tiene más capacidad de soportar este tipo de situaciones, a mí me resulta incómodo cuando no estoy de acuerdo, yo no tengo capacidad para eso, no puedo procesarlo y eso trae como consecuencia que uno tiene que reinventarse y muchas veces la familia sufre las consecuencias no así para mí.
CE– ¿Ha tenido la sensación del fracaso alguna vez? De ser así, ¿cómo ha moldeado ello su vida?
GB-Sí he sentido la sensación de fracaso no por qué no soy exitista en consecuencia, no soy competitiva. Puedo haber sentido la sensación de impotencia ante cosas que considero injustas y que me han perjudicado y por supuesto autocrítica lógicamente como contraparte, entonces ir resolviendo las cosas en las distintas áreas en las que me parece que tengo que trabajar.
Por ese tipo de sensaciones que creo que son tóxicas, lo que si de pronto por momentos me cuesta asimilar la situación, pero en poco días me repongo inmediatamente y me reinvento.
Yo soy una persona que me reinvento, empiezo otra actividad sin ningún tipo de problema desde cero.
CE– ¿Cuáles son los ejes que considera principales para mejorar la calidad de vida de los uruguayos?
GB-Soy obsesiva en una cosa, para mí el eje central es la educación de calidad. No tengo nada contra la educación privada, pero considero que la educación de calidad pública es lo que permite que las sociedades crezcan y que la sociedad se desarrolle. Que no haya dificultades en lo que se refiere a la integración social como nos pasó a nosotros a fines del siglo XIX principios siglo XX que vinieron las corrientes migratorias de todas partes del mundo, analfabetos de origen que fueron tan variados que todos lo sabemos principalmente, Italia, España; pero vinieron turcos, judíos, de todas partes del mundo y acá nunca sufrimos la desintegración a fines del 19, principios del 20; al contrario siempre fuimos una sociedad integrada no hubo conflictos ni raciales ni de discriminación.
Lo peor que nos puede pasar es que la gente se acostumbre a vivir de políticas sociales, se acostumbre a vivir de la existencia del Estado y cuándo es necesaria se le da por supuesto, pero no puede ser una política permanente entonces para mí el eje central es por supuesto la educación.
Para mí es fundamental y reitero el trabajo, pues yo no entiendo otra cultura más que la del esfuerzo. El esfuerzo tiene que ir acompañado de una mejor formación y más en este momento para poder abrirse camino en una sociedad cada vez más globalizada y además con mayor tecnología, con mayores años de escolarización de buena calidad para poder acceder al empleo de calidad.Para mí eso va por ahí no por otra cosa.
CE– ¿Es usted lector? ¿Qué tipo de lectura recomienda y por qué?
GB-Sí por supuesto, cada vez desgraciadamente tengo menos tiempo pero busco a la noche los fines de semana que tengo más tiempo libre. Sí soy lectora, muy lectora y soy lectora de la literatura latinoamericana obviamente ,de García Márquez obviamente, de Vargas Llosa que por suerte sigue produciendo mucho; me gusta muchísimo Pérez Reverté, lo leo mucho lo sigo además en todos sus artes. Me gustan todos los investigadores uruguayos que con mucha dificultad están tratando de desentrañar la historia real de nuestro país, que no es solamente los últimos años sino que hay períodos de la historia en los que estuvo cerrada por varios motivos y no es momento ahora de recriminar nada sino de estudiar efectivamente, sin pasiones políticas. Poder llegar a la verdad histórica.
CE– ¿Qué es el éxito para usted?
GB-Con respecto a que es el éxito para mí creo que lo conteste, yo no vivo en función de éxitos o fracasos voy transcurriendo las experiencias vitales tratando de forzarme y hacer las cosas lo mejor que pueda. Combinar la vida profesional con la vida familiar yo soy una persona muy tranquila en ese sentido. No me interesa acumular riquezas, no me interesa más que estar con mi familia y en mi trabajo viviendo con normalidad todas las dificultades que por supuesto las hay, pero reitero yo no soy exista .
CE– ¿Cuáles son las fortalezas de Uruguay en el contexto mundial?/¿Cuáles son las debilidades de Uruguay, que dificultan una mayor prosperidad como Nación?
GB-Yo creo que la fortaleza de Uruguay es tener una cultura institucional muy fuerte. Que somos de los países de América Latina que tenemos una democracia más consolidada y tenemos partidos muy fuertes. Los partidos fundacionales no en vano tiene 185 años y el Frente Amplio ya lleva 50, y esa fortaleza de los partidos políticos, y de la democracia, de la institucionalidad republicana,
En Uruguay hay vías constitucionales, esa es una gran fortaleza y una debilidad frente a países de pobre institucionalidad y debemos y es necesario abrirnos al mundo, somos un país chico, hay necesidad de cambiar la cabeza y dejar el proteccionismo del lado, sin romper el Mercosur. Tenemos que salir adelante.
CE– ¿Cree que hay una decadencia de valores en la sociedad?
GB-Bueno con respecto a la decadencia de valores sí, yo no tengo ninguna duda, hay una crisis de valores que no me sirve el argumento de que cambiaron los valores. Creo que en eso estamos, en esos principios, estamos un poco en decadencia, es cuestión de ponernos a trabajar o de seguir profundizando en ese sentido. No tengo ninguna duda que hay una crisis de valores que es multi causal, esta globalización ha hecho que todos nos parezcamos, pero si el respeto a la autoridad, a la autoridad legítima, la buena educación en el relacionamiento, eso está en crisis, pero bueno no es tampoco imposible de revertir. Lo vamos a hacer. Digamos con mucho esfuerzo, no va a ser fácil, porque hay generaciones que se educaron en esa marginalidad. Tenemos que poder.
CE– ¿Todo tiempo pasado fue mejor?/ ¿Qué mensaje desea dejar a la ciudadanía como referente en su especialidad?
GB- Bueno no es que exista, principio que el pasado fue mejor, de ninguna manera. Lo importante es mirar hacia delante; hay países que tuvimos un pasado que tenemos que recuperar para vivir igual.
Obviamente estamos en otro mundo distinto, pero sí cosas que supimos hacer mejor de lo que estamos haciendo. Se mira para adelante pero hay que estudiar el pasado.
El pasado no es solamente el tiempo que nos tocó vivir sino que la historia como ciencia tiene un papel fundamental, lo dije en otra respuesta o sea es necesario que los historiadores nos digan cómo pudimos resolver algunas otras cosas que hoy no podemos resolver. Entonces el Uruguay tuvo un pasado mejor bueno, no pienso que le va a ser una verdad absoluta pero en algunas cosas supimos resolver los problemas de otra manera era otro mundo también. Lo que es bueno es adaptarse al mundo moderno tratar de tener los valores actualizados en el sentido de qué mundo tenemos que enfrentar qué sociedad queremos, como nos insertamos en este mundo reitero tan tecnológico y tan globalizado pero no renegar de nuestro pasado. Nunca hay que renegar del pasado; tampoco hay que idealizar pero no renegar, porque esa es la sabiduría de los pueblos y porque esa es la sabiduría de los seres humanos. El pasado es lo que digamos nos ha condicionado y lo que pasamos hoy es el resultado de la historia.
A nivel personal y a nivel de sociedad es así que bueno sin verdades absolutas, pero bueno, aprender de lo que supimos hacer bien, no hacer de nuevo lo que supimos a hacer mal eso es lo fundamental para mí no es que todo tiempo pasado fue mejor. Pero hay cosas en el pasado que tenemos que rescatar y enseñar a las nuevas generaciones.
Con respecto al mensaje yo no tengo que dar mucho mensaje, defendamos la República, defendamos la Democracia, si por momentos está en riesgo toda Iberoamérica tienen riesgo la democracia. No hemos derrotado todavía a los totalitarismos y que han sido derrotados en Europa y bueno ver en Iberoamérica una posibilidad de consolidación, o sea que yo lo advierto siempre que no hay que tomarse livianamente hechos políticos que suceden sino que por el contrario como meta a través de la República y la Democracia, digamos ir hacia adelante, no caer en el fundamentalismo sino pensar que hay liderazgos mesiánicos sino que por el contrario lo que debe seguir primando es que los ciudadanos somos los dueños del poder y los que ejercemos o ejercen cargos públicos son meramente mandatarios así que mucho trabajo mucho esfuerzo y mucha educación.