Tormenta Perfecta en América Latina

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Autor: Pluma Blanca

Hace ya 22 años que se estrenó aquella recordada película dirigida por el director de cine alemán Wolfang Petersen y protagonizada por George Clooney, en la que el capitán del pequeño pesquero convence a su tripulación de adentrarse en el Atlántico a pesar de la tormenta, para salvar una mala temporada, logrando una abundante pesca de Pez Espada, pero desconociendo el tamaño del vendaval que se avecinaba. La realidad política mundial y la de América del Sur en particular, se parece a esa tormenta. Por otra parte, nuestro barco uruguayo se parece bastante a aquel bergantín. Amable lector, lo invito a ensayarun marco conceptual para entender este presente y a la vez delinear unaposible ruta para volver seguros a puerto. Después de todo nos guía un instinto de supervivencia que agudiza el intelecto y quita todo cansancio. La hora no admite renuncias.

En 1979 Alvin Tofler escribía en las primeras líneas de su famosísimo libro ¨La Tercera Ola¨ lo siguiente:

¨En una época en que los terroristas practican juegos de muerte con rehenes; cuando las monedas se desploman entre rumores de una Tercera Guerra Mundial, arden las Embajadas y tropas de asalto bollan el suelo de numerosos países, nosotros contemplamos, horrorizados, los titulares de los periódicos. El precio del oro, ese sensible barómetro del miedo bate todos los récords. Tiemblan los Bancos. La inflación se dispara, incontrolada. Y los Gobiernos del mundo quedan reducidos a la parálisis o la imbecilidad¨

Eran épocas en que Estados Unidos empezaba a prevalecer, pero todavía la guerra fría estaba en su apogeo. Las potencias centrales empezaban a ser exitosas, luego de Vietnam y en pleno Afganistán, el vietnam de la URSS, en el arte de llevar la guerra fuera de sus territorios para no arruinar sus propias economías.

Si leemos atentamente lacita veremos que la podemos aplicar a nuestra América Latina actualcon solo cambiar el sujeto, en lugar de ¨los gobiernos del mundo¨, deberemos decir ¨los gobiernos latinoamericanos¨ han quedado reducidos a la parálisis y la imbecilidad. No todos por supuesto, por suerte hay excepciones todavía.

La obra de Toflerarrojaba una mirada futurista sobre lo que ocurriría con las sociedades superada la era industrial, con la consolidación de una producción centralizada y superando los gobiernos locales, para generar una dirección política centralizada. Sus criterios pese a tener más de cuarenta años, se pueden considerar bastante vigentes y actuales ya que hoy se aprecia el intento de establecer una gobernanza mundial desde las Naciones Unidas con la denominada Agenda 2030 y, por otro lado, las potencias centrales se alían para cambiar el polo de poder desde los Estados Unidos a China y Rusia y el proceso de acumulación de capitales no para de profundizarse y las potencias centrales fijan cada vez mejor los términos de intercambio. La centralización del poder y la producción tecnológica se va asegurando y hay una verdadera guerra de recursos, solapada y cruel, que condiciona las posibilidades de desarrollo humano de la región sur del continente.

Efectivamente, si observamos bajo este lente el panorama de América latina al 2022, veremos un caos creciente que se va expandiendo como una tormenta perfecta y que amenaza con hundir al subcontinente en un espiral de autoritarismo que nos puede acompañar el resto del siglo, a juzgar por Cuba y la URSS.Navegar en estas aguas para un país tomador de políticas como es Uruguay, requiere mucha y buena información, capacidad diplomática y una ajustada y oportuna toma de decisiones, para no vernos arrastrados por el ojo de la tormenta.

Desde Cuba y Venezuela, a Chile, Perú, Bolivia, Argentina, losíndices  de pobreza se disparan, la agitación social crece y las economías se desploman, sube el nivel de inflación a récords inimaginables hace apenas unos años.

Tal vez algunos datos sobre el botín del caos para los poderosos nos ayuden a entender lo que está ocurriendo.Venezuela tiene las mayores reservas de crudo en el planeta, pero además tiene Coltán en importantes cantidades ubicado en el Río Orinoco y que solo sietenaciones en el mundo lo poseen. Este mineral es básico para la industria de las comunicaciones y su explotación es una de las causas de las masacres de Ruanda y Burundi en 1994, y explica el largo conflicto en el Congo. Chile, por otro lado, es el primer productor mundial de cobre. También Perú es el segundo productor mundial de cobre, Brasil es el segundo productor mundial de Coltán. Asimismo,Chile es el segundo productor mundial de Litio y Argentina el cuarto. Tal vez podamos relacionar una cosa con la otra. Desde un plano puramente teórico y especulativo sería válido preguntarse qué relación hay entre la violencia inexplicable en Chile y sus recursos minerales o cual es el motivo de la supervivencia de regímenes dictatoriales claramente ilegítimos o como pueden llegar a la primera magistratura personas sin la más mínima preparación y con serios problemas de salud.

Estos recursos que hemos nombrado son estratégicos para el desarrollo de la industria de las comunicaciones, una de las que más auge está teniendo y de crecimiento sostenido por largos períodos, enla era de la comunicación digital y en la industria del trasporte, a medida que se sustituye el motor de explosión por motores a baterías de Litio.

Hay estudios de la relación entre la riqueza minera y la guerra, por ejemplo, en la República democrática del Congo, como citamos, pero no es el único caso, África está plagada de ejemplos. Para una nación que no tenga sus instituciones y su cultura bien establecida, poseer riquezas minerales que abastezcan este tipo de industrias puede ser una verdadera desgracia. En el caso de nuestra América, las consecuencias de estas caídas en el grado de desarrollo institucional de unos nos afectan a todos, porque somos una gran isla en el medio del Atlántico y el Pacífico y estamos lejos de las rutas comerciales más nutridas que son las que pueden generar desarrollo. Todo será fruto de la excelencia en nuestro caso. Nada podemos esperar que no sea de nosotros mismos y entre lo que podemos esperar está encontrar buenos aliados.

Lo que estoy proponiendo es que el Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla están impelidos por intereses geopolíticos y económicos de escala global que buscan el dominio de las materias primas de américa latina. No hay en ellos una vocación de desarrollo a largo plazo, es meramente supervivencia mientras destruyen el entramado cultural de cada país y esperan a que surja el hombre nuevo que nunca llega.

Ya sabemos que hay una relación entre la producción de cocaína y la demanda y que hay un sistema criminal organizado en carteles que opera desde Méjico a La Patagonia, pasando por Venezuela, Colombia y Bolivia, para citar solo tres puntos clave en el proceso. Hay también acusaciones de relacionamiento entre la dictadura bolivariana y estos carteles y otro tanto ocurre con Bolivia. Este es otro factor que explica la violencia y el caos y viene a ser el tercero. Primero la guerra de recursos, segundo la ideología sin sustento científico y sin resultados y tercero el narcotráfico y sus sistemas mafiosos.

Visto de esta manera el planteo de Tofler nos retrotrae a la época de la Colonia cuando los galeones españoles se llevaban el Oro del Maya y del Inca a Cádiz y Murcia. Pero hoy es más complejo porque el proceso es multifactorial y dinámico. Para poder conducir el barco hay que tener buena información y muy buena capacidad de análisis. Para el Uruguay esto es crítico. Y estas capacidades son de lento desarrollo. Es vital aprovechar la capacidad instalada.

Las grandes potencias aprendieron a llevar la guerra fuera de sus fronteras y a asegurar la buena marcha de sus fuentes de ingresos.Los dictadores latinoamericanos se están transformando en los ¨Lores de la Guerra¨ al estilo Idi Amin, que van a asegurar un tránsito rápido y económico de las riquezas minerales de América, cobrando el peaje correspondiente. Todo muy mafioso y violento. Si juzgamos por lo que ha pasado en África en los últimos 50 años, los muertos y la pobreza pueden escalar a niveles inimaginables si se pierde el marco institucional llamado democracia republicana. Y como el sistema se basa en el voto y la tendencia es a comprarlo con dinero o favores, los que juegan limpio no pueden cometer errores y deben ser osados en la conducción, mientras defienden sus principios que son los nuestros.

El momento de decidir volver a puerto o internarse en el océano es muy breve, pero en ello nos va la vida de toda la tripulación.

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