Antes que nada necesitamos ser realistas, después de perder el ministro Larrañaga era muy difícil encontrar una persona con su nivel de popularidad. No solo inspiraba respeto en los mandos del ministerio y jefaturas sino que infundía una confianza especial dentro de toda la fuerza policial. La policía necesitaba como el agua eso, alguien que los escuchará y les diera las herramientas para garantizar, tal cual aparece en su escudo, la libertad en el orden.
Es innegable que la ola de violencia en las últimas semanas impacta en la sociedad y pone a prueba al gobierno actual, es un fenómeno complejo que no se puede encerrar entre estadísticas y números. Esto responde a qué Uruguay, dolorosamente, se encuentra marcado dentro del mapa del crimen organizado y es parte del pesado bagaje que las autoridades tuvieron que asumir cual herencia maldita.
Dicho esto, al ciudadano de a pie, al trabajador que sale con el amanecer y vuelve con el anochecer poco le importan los números, quiere resultados y aunque obviamente estos son una realidad palpable el mensaje hacia las autoridades es claro: «puede y debe rendir más».
Roma no se hizo en un día y a sabiendas de esto la oposición tiene piedra libre para practicar su deporte favorito, la natación en el barro. Deseosos de un espectáculo que les permita salirse con la suya llamaron al ministro Heber al parlamento y ya sabíamos cuáles serían las conclusiones, «las declaraciones fueron insuficientes».
Es difícil explicar algo a un grupo de personas que no tienen la más mínima intención de entender.
Amén de todo esto hay que reconocer las grietas a tiempo para evitar que todo se desmorone. Si bien, como dije más arriba, los resultados son palpables, en el interior del país la realidad es mucho más compleja. Ciudades como Durazno, para citar un ejemplo, se ven afectadas por tiroteos entre bandas de forma cada vez más frecuente y eso obviamente influye en el ánimo de la gente cuando prenden la radio. Si bien el uso de redes sociales son algo universal siguen siendo las rondas de mate nuestra red social favorita y el tema siempre es el mismo, los tiroteos y la inseguridad.
A esto tenemos que sumarle un ministro que responde de forma correcta las preguntas que se le hacen, pero la tónica es la misma: «los quince años» o «en el gobierno anterior». Yo entiendo que su tarea es compleja pero hace casi tres años que hubo cambio de gobierno y hace poco más de un año que lleva al frente de la cartera, podría dar algún otro tipo de respuesta más elaborada. Si no queremos escuchar la interpelación podemos recurrir a sus redes sociales, de tres posteos en Twitter, dos hacen referencia a la gestión anterior, ver captura de pantalla al final de la columna.
Reconozco, valoro y aplaudo su trabajo, pero tiene que hablar de resultados, no de comparativas.
Durante 15 años se hizo hincapié en la falta de autocrítica, ahora básicamente se hace lo mismo. Ya lo tenemos claro que el FA hizo cosas mal, por algo hubo un cambio de signo político en el gobierno, pero si sumamos la tibieza del gobierno actual a la hora de manejar ciertas cuestiones con el disco de los «15 años» el combo es letal.
Tal cual decía el spot del presidente Lacalle Pou «es tiempo de avanzar y estar unidos, nos une la esperanza y el sentido» por eso mismo viene siendo hora de dejar ese discurso repetitivo. Mientras se siga en ese porfiado paso de comedia el costo político/electoral va a ser alto, con los resultados del 27 de marzo la Coalición debe tener esto más que claro y ponerse a trabajar en las cuestiones que preocupan a los uruguayos.
Comparase con la mediocridad de la gestión anterior no hace a la actual más exitosa. Tomar el toro por los cuernos y hacer su trabajo, si.