“No hay dudas que el Ejército mató al capitán Gutiérrez en 1974”, dice el fiscal Perciballe, así titula El Observador en su edición del 23 de agosto próximo pasado. La mencionada frase la realiza en respuesta a la defensa del Teniente General Rebollo, por la causa de tres sediciosas abatidas en un operativo realizado el 21 de abril de 1974.
Más allá de los supuestos hechos que pretenden justificar tal aseveración, la acusación a la institución Ejército como la asesina de las tres sediciosas revela el encono, desprecio e inquina del referido fiscal cuando no el propósito de desprestigiar a la institución que nació con la Patria. No se puede entender de otro modo cuando lo lógico, y si tuviera méritos para ello, sería responsabilizar a los efectivos actuantes, sin embargo, la infame afirmación no busca otra cosa que socavar el merecido prestigio y respeto del cuerpo armado de la nación.
Así como en su momento admitió que en los testimonios de sus testigos el recuerdo no es algo estático, sino que es algo dinámico, que se construye a partir de otras consideraciones, a partir de un relato colectivo (sic), en este caso recurre a una autopsia histórica hecha durante las actuales actuaciones judiciales, confiada al Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina que concluye que Gutiérrez fue impactado por balas de ametralladora u otra arma automática o semiautomática. Como las sediciosas portaban revólveres calibre 38 de acuerdo a un inventario elaborado por el Ejército en el lugar de los hechos la fiscalía deduce que el Cap. Gutiérrez no fue muerto por las subversivas. Digamos que los hechos de aquella noche se precipitan cuando las tres sediciosas abren fuego sobre el Cap. Gutiérrez y este cae a la entrada de la vivienda, hasta ese momento las Fuerzas intervinientes no habían efectuado disparo alguno, no siendo posible su auxilio inmediato por el fuego que recibían las fuerzas actuantes de parte de las subversivas a la vez que éstas lanzan una granada de fragmentación al grueso de los efectivos que por suerte no explota. El Cap. Gutiérrez al caer por los disparos de las sediciosas queda exánime, totalmente imposibilitado de reacción alguna y así continúa durante su traslado al Hospital Militar y una vez allí luego de una prolongada agonía fallece el 12 de julio de 1974. Hasta hoy la muerte del Cap. Gutiérrez fue a raíz de los disparos recibidos por parte de las tres mujeres.
¿Qué es una autopsia histórica? Se define el método de la autopsia histórica como la investigación médico-legal de las causas y las circunstancias de una muerte con interés histórico, sustentada en la interpretación crítica, armónica, jerarquizada y objetiva del conjunto de la información aportada por documentos y testimonios, cuando no se tuvo acceso directo al cadáver o los restos óseos; destaco, no se tuvo acceso directo al cadáver o los restos óseos. Yo, más que llamar a eso autopsia histórica la llamaría autopsia intuitiva, porque no existe aval científico a conclusiones de hechos ocurridos hace cincuenta años basados en elementos que no ofrecen garantías de veracidad, se podría decir que dicha autopsia refleja el presentimiento de sus ejecutantes. Pero además pregunto, el Cap. Gutiérrez que permaneció agonizante desde el 21 de abril al 12 de julio del mismo año en el Hospital Militar, se supone le fueron realizadas placas de rayos-X y estudios que estableciesen cantidad de disparos recibidos, lugares de entrada y salida de los proyectiles, así como si hubiera quedado alguno alojado en su cuerpo. ¿Fue despreciada esa información?
En el pedido de procesamiento el fiscal expresa: “Más allá de si las jóvenes se
resistieron o no al allanamiento…”; si se resistieron o no, es fundamental no solo por la responsabilidad que atribuye a quienes actuaron en cumplimiento del deber, sino también por las distorsiones que hoy pretende infundir.
Al Cap. Julio Gutiérrez no lo mató el Ejército, sépalo Dr. Perciballe, tan infame afirmación no es otra cosa que tergiversación de la historia reciente como ya nos tienen acostumbrados quienes buscan revancha y venganza contra las Fuerzas Armadas y sus integrantes por no haber permitido que nuestra patria se transformase en otra Cuba.
Lo relevante en la mentira no es nunca su contenido, sino la intencionalidad del que miente, Jacques Derrida.
Gracias por la información
El Coronel Gallego se presentó en forma voluntaria a declarar por un caso que lo involucra y hoy tiene a un militar preso en Domingo Arena y manifestó no recordar nada por el tiempo transcurrido. Ahora que hace artículos en este medio parecería que empezó a tener su memoria intacta…