Cincuentenario del retorno del peronismo. Por Hilario Castro Trezza

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El pasado 11 de marzo se cumplieron cincuenta años del triunfo, en las elecciones argentinas de la fórmula Héctor Cámpora- Vicente Solano Lima patrocinada por el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación). Para entender este hecho relevante de la historia contemporánea del hermano país, es pertinente una contextualización. Derrocado Perón de la Presidencia en setiembre de 1955, por una sublevación cívico militar denominada Revolución Libertadora, el peronismo fue proscripto y severamente reprimido y su líder debió exiliarse.

El Poder pasó a residir en las Fuerzas Armadas y prueba palmaria de ello fueron los derrocamientos de los Presidentes civiles, electos en comicios donde el peronismo estaba inhabilitado, Arturo Frondizi en 1962 y Arturo Illia en 1966. Para 1972 el último Presidente de facto el Tte Gral Alejandro Agustín Lanusse se convenció y convenció a la mayoría de sus camaradas, que era necesario rehabilitar al peronismo como fuerza política y autorizar el retorno de su líder, cosa que ocurrió, por poco tiempo, el 17 de noviembre de 1972. Pero Lanusse le puso la condición a Perón que para ser candidato debía radicarse en la Argentina, estaba exiliado en España, cosa que el ex Presidente rechazó, por lo cual quedó inhabilitado para comparecer electoralmente, y el justicialismo debió improvisar una fórmula vicaria: Cámpora- Solano Lima patrocinada por el FREJULI, compuesta por peronistas, desarrollista, conservadores y nacionalistas. Dicha fórmula obtuvo 5.907.467 votos (49,59%); Ricardo Balbín con 2.537.605 sufragios (21,30%) y Francisco Manrique con 1.775.867 votos (7,43%).

Cámpora asumirá la Presidencia el 25 de mayo de 1973 en acto solemne del Congreso Nacional, con la presencia de los Presidente de Uruguay (Juan María Bordaberry), de Chile (Salvador Allende) y de Cuba (Osvaldo Dorticós), luego el Tte Gral Lanusse en Casa Rosada le entregaría la banda y el bastón de mando. Ejerció la Presidencia durante 49 días, dado que renunció junto a su Vicepresidente el 13 de julio, para que Perón pudiese ser candidato, quien había regresado definitivamente al país el 20 de junio de 1973. Se convocarían elecciones, exclusivamente para Presidente y Vicepresidente, para el 23 de setiembre de 1973, donde la fórmula Juan Domingo Perón- María Estela Martínez de Perón obtendría 7.359.130 votos (62%); Ricardo Balbín 2.905.719 sufragios (24%) y Francisco Manrique 1.450.998 votos (12%). Perón asume por tercera vez la Presidencia constitucional el 12 de octubre de 1973.

La Argentina vivía desde 1970 una guerra irregular de baja intensidad, protagonizada por organizaciones guerrilleras como el ERP (troskistas- guevaristas) y Montoneros y sus colaterales (peronistas castristas). Montoneros y su frente de masas influían en Cámpora, lo cual preocupó mucho a Perón. Si bien el Caudillo había justificado la violencia revolucionaria de la que llamó “juventud maravillosa”, el General no era marxista, era nacionalista y nunca ocultó su admiración por el fascismo, su objetivo era retornar al Poder. Cámpora al asumir dictó un indulto y el Congreso aprobó una ley de amnistía para todos los guerrilleros presos y procesados por la Cámara Federal en lo Penal, la que a su vez fue disuelta.  Ellos creyeron que lo podían manipular al “Viejo”, pero éste en el momento oportuno los desechó. Perón advirtió el peligro de la infiltración marxista en el movimiento justicialista y en las instituciones del Estado Argentino.

El accionar guerrillero se incentivó con la vuelta a la democracia y el viejo general se apoyó en la burocracia sindical que le era leal y dio luz verde para que José López Rega, que era su Ministro de Bienestar Social, organizara la criminal Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) que quería emular al tristemente célebre somatén. Perón advirtió que “cuando los pueblos agotan su paciencia suelen hacer tronar el escarmiento”. Ante el alevoso ataque del ERP al Regimiento de Azul, promete el exterminio de la subversión.

Para 1975 la Presidencia Isabel Perón y el Presidente Provisional del Senado, a cargo interinamente de la Presidencia de la Nación, Italo Luder disponen el aniquilamiento del accionar subversivo. Perón impulsa la reforma del Código Penal para hacer más eficaz la lucha antisubversiva, su sucesora cometerá a las FF.AA el operativo antiguerrillero en Tucumán y declarará el Estado de Sitio. Perón había condenado el Golpe de Estado del 11 de setiembre de 1973 en Chile, pero luego comprendió lo trasnacional del fenómeno subversivo y el 16 de mayo de 1974 se encuentra en Morón con el General Augusto Pinochet al que lo condecora con la Orden de Mayo.

Paradojas de la historia Salvador Allende en Salta el 23 de julio de 1971 había condecorado al Tte Gral Lanusse con la Orden al Mérito Bernardo O´Higgins. Perón muere el 1 de julio de 1974, asume su esposa la Vicepresidenta quien hereda una crítica situación de violencia subversiva de izquierda y antisubversiva de derecha.

Argentina vivía lamentablemente lo que Carl Schmitt había expresado en Teoría del Partisano: “En el círculo infernal del terror y el contra terror, la lucha contra los partisanos suele ser, muchas veces, el fiel reflejo de los métodos de los partisanos mismos”. A ello se sumaba una situación económica y social caótica. El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas ponen fin a este estado de cosas, con el apoyo inicial de vastos sectores políticos desde el radicalismo al comunismo.

Lo que vino después fue espeluznante, pero las tácticas para aniquilar el accionar subversivo se habían iniciado en la Presidencia de Perón, se profundizaron en el gobierno de Isabel Perón y llegaron a su máxima expresión con la conducción descentralizada y sin ataduras jurídicas de la Junta Militar. El retorno del peronismo de 1973 a 1976, fue una frustración más, de las muchas y muy variadas que ha sufrido Argentina. Por ello a cincuenta años de dichos hechos conviene recordarlos.

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