En octubre de 2022 la portavoz del gobierno argentino, Gabriela Cerruti, decía que el valor del dólar blue no influía en las políticas del gobierno. La semana pasada vimos que eso no es cierto, los disparos constantes del dólar paralelo provocaron que Alberto Fernández anunciará su baja de la carrera para ocupar nuevamente el sillón de Rivadavia (o mejor dicho de Julio Argentino Roca).
Si bien el dólar blue tal vez sea el más popular hay otros tipos de cambio que cotizan en los mercados argentinos, para entender un poco más lo complejo del dólar hay que hacerse una pregunta ¿cuántos tipos de cambio hay en Argentina? Si bien hay más de 10 tipos de cambio decidí simplificar los más populares:
Dólar oficial:
Es el tipo de cambio de referencia en Argentina. Este es el dólar que toma el Ministerio de Economía para calcular la deuda bruta y las empresas que deben cancelar vencimientos en moneda extranjera.
Dólar mayorista
Es el intercambiado en el segmento donde operan bancos y agentes de comercio exterior.
Dólar Contado con Liquidación, Contado con Liqui o CCL
Surge de cambiar pesos por dólares en el exterior mediante la compra y venta de acciones y títulos de deuda.
Dólar Bolsa o MEP
Consiste en la compra de bonos en la bolsa porteña con pesos y la venta del mismo título en dólares.
Dólar blue
Se trata del billete que se comercializa en cuevas o a través de «arbolitos», es decir, por fuera del circuito legal.
Si vemos cualquier pizarra de cambio de moneda en Argentina nos damos cuenta que cuanto más te alejas de las restricciones y de la legalidad, el precio se eleva notablemente.
La pizarra de cambio es la primera luz roja que tiene cualquier latino, y en el caso de los argentinos es un mal necesario. El mercado financiero es el primero en ajustar los precios y justamente los saltos en las monedas «paralelas» son previsiones de la inestabilidad que viene y un gran indicador de que el peso argentino ya no vale para los argentinos.
A eso le tenemos que agregar que el gobierno hace uso de la máquina de emisión para asegurar «pesos para todos», pero solo generan inflación. Los turistas que saben del dólar blue también influyen, no cambian a dólar oficial y se vuelcan a los arbolitos, por eso el gobierno argentino decidió ir a la caza a mediados del año pasado de esos dólares con un tipo de cambio preferencial para turistas, el resultado fue una escalada en el blue.
Aunque desde Casa Rosada digan que la plaza informal es marginal, la serie de medidas que se toman para tratar de contener su valor cada semana muestra a las claras que la brecha entre el oficial y el popular dólar blue es un rompedero de cabeza para el gobierno argentino.
Sergio Massa viene aguantando como puede el vendaval, pero la elevada brecha entre tipos de cambio es una medida de la inflación reprimida que tiene Argentina y que se viene gestando cada día más.
El dólar blue justamente indica eso, en un año duplicó su valor según las gráficas, la brecha elevada de hoy puede verse como una medida de la inflación reprimida que está engendrando la economía argentina.
Todo esto viene de la mano de la crisis institucional que sufre Argentina, los pases de factura ao vivo y el hackeo constante al gobierno de Fernández por parte de su Vicepresidente que le quitan credibilidad al país.
La última jugada de Alberto Fernández al anunciar su retirada de la reelección hizo poco para calmar los mercados y pone en una posición incómoda a Cristina Fernández.
Desde su sentencia ha intentado instalar el relato de la «prescripción» pero no tiene éxito, necesita otro fusible más que le garantice una presidencia, mantener su lugar en el Senado y los fueros tan necesarios.
Ese fusible pueden ser Massa o Scioli y esto plantea unas PASO en el Frente de Todos.
Tomando en cuenta la expansión agresiva habitual en Cristina Fernández y su poco respeto por los traspasos de mando, podemos decir con tranquilidad, y mucha preocupación, que la campaña por la próxima presidencia podría estar marcada por métodos poco ortodoxos / democráticos para que siga con sus fueros. Eso deja por fuera a los argentinos de a pie que seguirán «pagando el pato» hasta que se cansen.
Para Argentina, ni es linda, ni baila bien.
Un análisis certero de lo que sucede en la vecina orilla, el «clase A de Orsi nos enseña lo que puede pasar si la izquierda agarra de nuevo al país.
La política uruguaya necesita dejar espacios para jóvenes como el autor de la columna, lo leo hace tiempo y sus comentarios son sin medias tintas ni Gre-Gre.