LA MENTIRA APLICADA
Aquella teoría marxista, como tal, era tan inocua como inicua. Inocua porque nada nuevo aportaba al pensamiento, era viejo reconocer que tener algo propio en demasía sin compartirlo era egoísta mientras hubiera otros que no lo tenían. Inicua, porque, aplicada a la sociedad promovía algo contrario a la equidad, malvado, e injusto; legitimaba el robo, que era bueno que se le quitara todo, además de los impuestos, a quien se había ganado algo propio creando un bien o dando un servicio a los demás. Una invitación a destruir la creatividad, la productividad, la especialización, el comercio, y provocar desabastecimiento. Un atentado contra lo que históricamente había sido fuente de trabajo, ascenso económico y colaboración especializada entre tantos seres humanos.
Marx dio un argumento al marxismo, ideología que surgió entonces como un argumento servicial a los revolucionarios que planteaban un cambio de 180 grados de la realidad de abuso de poder que soportaban muchos por diversos motivos. Básicamente por imposición violenta de quienes detentaban el poder creado históricamente para defenderlos. Pero se desvirtuó absolutamente; dio un viraje de 350 grados para regresar a los oprimidos a su situación original. Prohijó nuevas castas que llegan al poder para someter a los demás. Construyó nuevas oligarquías policíacas para quedarse con todos sus bienes. La libertad de trabajar y disfrutar lo propio volvió a ser una utopía, ahora, marxista.
Imponer estas ideas exigía un enfrentamiento violento; aparatos militarizados que se usaron por la casta en el poder para asegurar que nadie se revelara. Mafias que intentaron globalizarse, provocando un enfrentamiento entre el mundo libre, que democráticamente elegía a sus autoridades, contra el mundo unificado a ellos que se quería construir por el marxismo. Una organización para difuminar terrorismo como herramienta para dominar por el miedo, sin alternativa, a quienes no quisieran sojuzgarse. No solo hubo una regresión completa al totalitarismo, sino que la experiencia marxista aplicada destrozó la producción de recursos y bienes. La historia y nuestro tiempo, recogen hambrunas, expatriaciones y holocaustos impresionantes de pueblos presos a una arquitectura totalitaria obscena, que trata como adversarios a sus connacionales, para inculcarles el marxismo como única alternativa.
En el mismo sentido el socialismo (marxismo aplicado) fue útil al surgimiento de movimientos ideologizados, que conformaron máquinas de impedir el crecimiento, el comercio y el trabajo, dentro de países ya democráticos, La encarnizada lucha por el poder estanca el crecimiento económico devasta y multiplica pobreza y miseria. Pobreza y miseria que declaman erradicar, pero que es su público objetivo funcional a atacar las debilidades de la democracia, exponiendo como única alternativa su totalitarismo: quitarle a los que todavía tienen algo y redistribuirlo.
Sin ser perfecto ningún gobierno democrático permite algo fundamental, la alternancia en la dirección política. Disponer de la herramienta del voto para sustituir a los inservibles. Y ser la incubadora de crecimiento del capital libremente aplicado a la producción y al mercado.
UN EJEMPLO APLICADO, LA CUBA DE LOS CASTRO
Hilda Molina fue la persona que conoció más de cerca y pudo evaluar clínicamente a Fidel Castro. En declaraciones periodísticas recuerda cómo estaba muerta de miedo cuando la llevaron ante el “comandante”, intrigado por su afán por crear una institución internacional sobre neurociencia: «Creían que podría ser una espía. Pero se dio cuenta que estaba ante una mujer entregada a su pasión: la medicina, con el propósito de que los enfermos cubanos tuvieran una atención de la que carecían. Desde entonces pasó muchas horas con Hilda, a quien reveló su plan para conquistar el mundo: «Fidel llegó al poder con un plan preconcebido. Quería crear la patria grande latinoamericana anti imperialista. No concebía que no pudiera ser presidente de Estados Unidos«.
Hilda Molina con 81 años, vive en Buenos Aires. Tras un calvario de 15 años, pudo salir de Cuba en 2009. Había roto con el régimen castrista en 1994 y desde entonces le hicieron penar por su disidencia. Recuerda, que en una de las excepcionales ocasiones en las que coincidió con Raúl Castro, quien aún hoy sigue moviendo los hilos del régimen cubano, le contó cómo a Fidel nunca le interesó hacerse cargo de las tierras de su padre, un terrateniente en la región oriental de la isla. «Fidel decía: ‘No quiero esta finca. Yo quiero conquistar el mundo’«.
Fidel empieza a visitar el centro de medicina, donde conversaba con la doctora, quien conoció de primera mano el llamado Socialismo del Siglo XXI, y fue elaborando un perfil psicológico, entre los años 80 y los 90, del líder cubano. «Uno de los rasgos distintivos de la personalidad de Fidel es su resentimiento. Así ha logrado que todos los resentidos del mundo le sigan. Ha armado la revolución de los antivalores. Tiene una mezcla de pasión y odio por los que llamaba yanquis. Estaba desesperado por ser aceptado por los americanos. Fidel era psicópata, sociópata y narcisista. Los psicópatas son carismáticos e inteligentes. Fidel era perversamente inteligente, un estratega extraordinario. El gran problema del mundo ha sido ignorarlo. Tenía una mirada vacía, sin alma. No experimentaba sentimientos hacia nadie. Era un alma atormentada». Me dijo que fuera su compañera en la vida. No quería esconderme. Añadió que yo era su salvadora. ¡Qué perversión! ¿Cómo iba a negarme a salvar al héroe del mundo?», rememora. Hilda dice que la respuesta surgió de forma instantánea. Aún no se explica cómo reunió el valor para rechazarlo de una manera que no fuera ofensiva ni le trajera consecuencias. Pensó en su hijo. «Se lo agradecí. Y añadió: ‘La culpa de mi respuesta la tiene usted‘. Yo no me puedo casar con Dios. Para los cubanos usted es Dios. Nunca lo podré mirar de una manera diferente. Y no paraba de repetirlo: ‘Usted es Dios, usted es Dios’. Se quedó muerto, frío, pálido. No podía negarlo«. «No sé si me admiraba o era un antojo. Yo no podía enamorarme de él porque había visto su alma. Después me destruyó la vida. Me separó de mi hijo», añade con profunda tristeza. La doctora se refiere a los 15 años que tuvo prohibida su salida de Cuba, mientras su hijo se había instalado ya en Argentina.
Hilda Molina rompió con el castrismo cuando se dio cuenta de que querían convertir el centro que había creado gracias a la ayuda internacional en un negocio. Primero Castro solo querían habilitar unas camas para enfermos extranjeros, pero luego reclamaron más espacio. No era su idea y dejó el centro y se distanció. Le impidieron durante años salir de la isla.
“LA REVOLUCION SILENTE”
Hilda Molina mantiene que Fidel Castro, cuando llegó al poder en 1959, ya tenía un plan para perpetuarse al mando y tomar como base de operaciones Cuba para expandir su «revolución silente. «Todo lo iba haciendo de manera muy inteligente. Nos quitó los valores de la patria y despersonalizó a los cubanos. Me hablaba de la ‘revolución silente’ de Gramsci y me llevaba libros. Yo no estaba interesada, prefería seguir leyendo sobre medicina. Una noche lloré cuando leí a Gramsci. Venía a decir que no hacía falta más que meterse en las neuronas de la gente, robarles el pensamiento, y llegar al poder por una revolución cultural. Es lo que nos había hecho a nosotros y lo que estaba haciendo en América Latina«.
La Doctora Hilda Molina escribió en el exilio “Mi verdad: de la Revolución Cubana al desencanto”. «Lo más espantoso es ver ahora que lo que Fidel armó está en curso. Fue quien orquestó el Foro de Sao Paulo. Supo que iba a caer el Muro de Berlín, vio cómo se colapsaba el bloque comunista europeo, y me decía que la lucha armada no iba a llevar al poder a sus alumnos, que los únicos guerrilleros que habían triunfado eran los cubanos. Fidel le dijo: «Creen que han ganado, pero somos indestructibles«. Su plan se basaba en un principio: había que pervertir la democracia. «Me decía que los oligarcas habían creado esa tontería que era la democracia. Por ello había que utilizarla para llegar al poder y así no ser tildados de dictadores. Haría la revolución socialista con la bobería de la democracia«. Buscó un delfín en América Latina y lo encontró en Hugo Chávez. «Chávez lo admiraba. Fidel lo usó. Le gustaba su verborrea, pero le parecía payasesco». Cuando fue indultado por Caldera, Fidel lo invitó a La Habana, y le aconsejó que fuera candidato a la Presidencia. Lo iba a financiar. Si ganaba, se garantizaban el petróleo venezolano. Fue Chávez quien contrató precisamente a Heinz Dieterich, el teórico que acuñó el nombre de «socialismo del siglo XXI», aunque el concepto, el significado, es de Fidel. Su teoría no le servía, pero el nombre era perfecto para lo que estaba armando».
¿Y qué era esa patria grande latinoamericana? «Es un bloque monolítico al que se sumarían los países de América Latina, en los que llevaba años trabajando en la revolución silente, con sus emisarios. Penetraba en la prensa, en la educación, en los grupos religiosos… Los enseñaba a pensar. Quería apoderarse del cerebro de la gente. Así llegarían al poder vía democracia y luego se perpetuarían«.
Hilda Molina asegura que la hoja de ruta marcada por Fidel Castro la siguen sus alumnos. «Es fácil identificarlos: capturan el poder por la vía democrática, se instalan de forma perpetua con un discurso populista y fachada de revolución, suplantan la Constitución, sustituyen la institucionalidad republicana por la dictatorial, cambian los sistemas electorales para perpetuase en el poder y acaban con la separación de poderes, eliminan los medios independientes, y suprimen los valores. Para lograr el apoyo popular convierten a los ciudadanos en dependientes del Estado. Es una guerra psicológica contra el ciudadano inerme. El socialismo de Estado es un sistema de Estado en el que el legislativo y el judicial apuntalan al ejecutivo, en sus manos». En América Latina los tentáculos de Fidel Castro están claros: desde Venezuela van extendiéndose en esa conspiración global. Pero las redes van más allá. El objetivo sería terminar con la hegemonía occidental. Así avanzan en China, Rusia, Irán, Siria y Corea del Norte. Me dijo que tenía una coalición con esos países. Es un bloque monolítico que se ayuda, se defiende, nunca se critica. Y busca aliados en las instituciones internacionales».
Hilda Molina fundó en 2010 la asociación Crecer en Libertad. «La única arma eficaz es la Revolución de los Valores, la única manera de vencer a la peligrosa Revolución de los Antivalores. El fin sería formar a personas que decidan con criterio propio. No veo líderes por ningún lado. Para que no haya déficit de líderes hay que formar en valores. No debemos callarnos, ni dejarnos manipular. Hay que comprometerse«.
UN COMPROMISO QUE OFRECE ESPERANZA
Entre tanto descreimiento, desconfianza y aludes de malas noticias, un poco de esperanza. La trajeron jóvenes políticos que consideran que la libertad y la vida tienen un valor sagrado, que están hartos de la prepotencia de la perspectiva de género que crea desigualdades y privilegios; que creen en el esfuerzo privado y en la producción, sin perder la sensibilidad de atender la situación de los que menos tienen. Es sabido que muchas de las cuestiones que nos atosigan día a día son supranacionales, -y si bien el sistema político no deja de aportar lo suyo- los organismos internacionales y ONGs ideologizadas, y una pléyade de cretinos útiles, todos desesperados por alcanzar un cargo y vivir de otros, al servicio de especuladores que los usan y contribuyen al desmadre global. Es momento de encontrarse, no solamente para hacer catarsis y lamentarse, sino para promover una agenda común que permita que las ideas de la libertad y el respeto por la dignidad humana puedan gravitar en los centros de toma de decisiones: “una agenda del sentido común”. Una puerta por la que se pueda desalojar del poder al populismo, la demagogia y las ideas marxistas aplicadas que hay construido países invivibles.
El Primer Foro Panamericano de Jóvenes Políticos se llevó adelante en Buenos Aires (porque no lo dejaron realizar en Colombia) del 1° al 3 de junio pasado. Su consigna: “Por una América libre, segura y próspera”. Fue concebido como una instancia ideal para generar y organizar una red de jóvenes líderes para debatir y reflexionar sobre los principales temas de agenda que cualquier dirigente americano del siglo XXI no puede ignorar. Un objetivo principal fue: Constituir un documento basado en la preponderancia y resguardo de la libertad, el Estado de Derecho, la propiedad privada; donde los firmantes se comprometan a trabajar conjuntamente en la defensa de estos valores y principios. Ese documento se llamó la “Carta de Buenos Aires”.
Entre los principales disertantes estuvieron la Diputada argentina y candidata a Vicepresidente de la Nación, doctora Victoria Villarruel, los Diputados Francisco Sánchez y Nicolás Mayoranz, la Embajadora de Hungría Edit. Bucsi Szabó, y la Eurodiputada de aquel país, Eniko Györi, legisladores de Uruguay, Brasil, Honduras y México, Rick Loughery (presidente de la Juventud del Partido Republicano de EEUU) , Francisco Di Giuseppe (vicepresidente de la Juventud de Fratelli D´Italia); influencers y periodistas de Argentina, Ecuador, España e Italia, y representantes de Think tanks y ONGs de España, Hungría, Guatemala, Chile, Polonia, Perú y Argentina entre otras personalidades juveniles.
Algunos pasajes de la Carta, corolario de la reunión señalan: “Los jóvenes políticos, líderes y dirigentes de la sociedad civil convocados a lo largo y ancho de toda América, nos encontramos en el Foro de Buenos Aires a los fines de construir un espacio de encuentro, reflexión y diálogo destinado a sentar las bases de una arquitectura política de alcance continental destinada a coordinar acciones para la defensa y promoción de la vida, la libertad, la soberanía, la seguridad y la prosperidad económica de nuestros pueblos. Considerando: Que los poderes globalistas han articulado a la izquierda progresista de todo el continente con el fin de abatir los valores fundantes de la cultura occidental, y así debilitar el poder de las naciones, atentando directamente contra la libre determinación de los pueblos y su soberanía…”
Por todo esto declaramos: Primero, que trabajamos por una América unida entendiendo que es esta una condición elemental para consolidar la soberanía de nuestros pueblos. Una unidad donde el principal fundamento de la cohesión social sea la concordia política y el respeto de las diferencias. Incentivamos el diálogo y el encuentro en una cultura que busque el Bien Común…” Segundo que defendemos una América libre, porque la libertad es un derecho natural inherente de todo ser humano. Esto supone defender de manera inviolable el fundamento de la libertad que no es otro que el derecho sagrado a la vida en todas sus etapas y manifestaciones. Con ello enaltecemos también el derecho a la propiedad, la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de culto, la libertad de asociación, entre otros, como presupuestos de una sociedad civilizada. Tercero que abogamos por una América segura, en dónde la paz y el orden son exigencias inclaudicables para una vida digna. Por eso nos comprometemos a luchar contra el narcotráfico, el terrorismo y toda forma de crimen organizado transnacional que sojuzgan a nuestros hermanos. Cuarto que luchamos por una América próspera, condenando los métodos de empobrecimiento económico tales como la asfixia impositiva contra los contribuyentes, el déficit fiscal, la emisión monetaria descontrolada y la toma indiscriminada de deuda pública. Promovemos una política productiva velando por la dignidad del trabajo, la explotación y cuidado de nuestros recursos naturales y el desarrollo de nuestras potencialidades económicas…”
El tiempo hablará sobre los resultados de este encuentro. Mientras tanto, podemos renovar las esperanzas. Pese a todas las mentiras que usan los cretinos útiles, hay personas que usan su cabeza para pensar prospectiva sensata, razonable y humana.