ABUSO DE LA DEMAGOGIA EN LA RETORICA. Por Joise Morillo

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Las retóricas en los discursos de los nuevos ejemplos de los revolucionarios de la desesperación -marxismo- representados por AMLO (México), G. Petro (Colombia) y Boric (Chile) son el reflejo patético de la brutalidad sazonada con la más descarada de las demagogias, en cuya impronta utópica se rinde culto grosero al genio oscuro de los lideres Zurdos contra la ignorancia del pueblo, que convoca -con sesgo histérico- a sus incautos seguidores, a vivir en la sombra de la miseria colectiva, como solución mesiánica contra la pobreza. Por ende, en el rezago del mundo civilizado.
Para ello han empleado y siguen empleando postulados insólitos e irónicos con propósitos oscuros y enajenantes que inspiran y exhortan, no solo a individuos, sino a las colectividades a aceptar como modo de vida la indigencia o dependencia respecto a lo más básico de la subsistencia, alimentación, salud y vivienda; aunado a un despropósito de civismo donde se invita sublime y falazmente a recurrir a la delincuencia «si el hambre azota y no hay más remedio, hay que asaltar» como lo insinuó   una vez Hugo Chávez (Venezuela) ante el público y la plana mayor de su ejército en uno de sus cotidianos discursos.
Convocar a la ciudadanía a tomar la pobreza como solución para eliminar la delincuencia (los secuestros) y tergiversar el significado de las leyes cambiando nombres a actos delictivos como lo plantean Andrés Obrador y Gustavo Petro, respectivamente, son el insulto más grande que se le ha podido dar al mundo, principalmente, al mundo Latinoamericano; en tal propuesta se demuestra el desconocimiento total de la moral y la ética que debe imperar en la voluntad de la política filosófica.
Por otro lado, incluso, al tratar de plantear tales absurdos invitan al mundo intelectual a rebatir tales planteamientos en función de hacer todo lo contrario y preguntar:
¿Si el caso es la igualdad, la solidaridad, la libertad, y lograr el apoyo de las mayorías, por qué en vez de insistir en convertir a los pueblos en mayorías pobres, no insisten en convertir a sus pueblos en mayorías de clase media o rica y enamorarlas a su favor con obras civiles y actos prudentes en función del beneficio público?
Irónicamente hablando, cito:
“¡Los socialistas, aman tanto a los pobres que los multiplican!” Gloria Álvarez, Guatemala.
El espíritu mediocre y holgazán del liderazgo Globalista -comunista o socialista- representa una distancia enormemente alejada del concepto filosófico de política, y con ello el desconocimiento de la historia y los fracasos que se han suscitado durante siglos con el intento de emancipar la mayoría de clase pobre -indigente según Pitágoras- con el detrimento de las clases medias y ricas. El ejemplo más inmediato ha sido -descartando a Cuba, URSS, China, Vietnam- la comuna de París (S. XVIII), donde la envidia, el egoísmo y la ignorancia de política del liderazgo jacobino sobrepasó los límites del estigma o macula que supuestamente despreciaban, los privilegios de la monarquía y la nobleza de la Francia de Luis XVI. La aversión entre jacobinos y girondinos, anteriormente los brazos «igualitarios, solidarios y libertarios» de la revolución francesa quebró sus lazos derivando a sus míseros deseo de poder y de gloria; sin descartar la ambición de riquezas que dormía en sus inconscientes y con ellos el supuesto paraíso del comunismo francés. Otro ejemplo milenario lo representa el proceso Frumentario (entiéndase «reforma agraria”) de los hermanos Tiberio y Cayo Graco S.II a.C. en la antigua república romana, que trajo como consecuencia la corrupción, confiscación y abandono de tierras productivas, generando más pobreza, creando nuevos ricos y haciendo más ricos a los que ya eran asociados al gobierno de turno.
Algo muy similar paso entre Bolcheviques y Mencheviques en la Rusia revolucionaria a principios del siglo XX, cargando las bases de un gobierno totalitarista burgués y represor -EL SOVIET SUPREMO- al pueblo; mediante del acoso de un “ejército rojo” y las atrocidades de un despotismo bolchevique.
A estos advenedizos a los gobiernos mediante elecciones democráticas, como pescadores de aguas turbulentas, oportunistas y con el deseo de poder que plantea Nietzsche en así hablaba Zaratustra les aflora de sus inconscientes la perversidad contenida por el miedo a las leyes y sus sanciones. Lo primero que le viene a la mente inmediato a obtener el gobierno es perennizarse en él. Para ello, convocan reformas constitucionales con el fin de derogar artículos que prohíben la reelección de los mandatarios e incluso la postulación seguida al fin de sus períodos constitucionales de gobierno. Por otro lado, ignorantes de sus genios dionisíacos, emplean el arte de la demagogia, aunado a la capacidad de interpretar con el genio visual apolíneo la esfera popular que les conviene. Abusan de la credibilidad del pueblo, ahondando en su espíritu porque han sido parte del, Por ende, conocen sus precariedades, vileza y cómo manejarle a su favor.
En este cuadro de contemplación diabólica se inspiran para manejar las masas orteguianas con un discurso de promesas de opulencia, paz y armonía incumplibles, por cuanto, el nepotismo, el abuso de poder de los sátrapas, el tráfico de influencias y la corrupción se encargan en complicidad directa o indirecta e incluso ignorada con y por el gobierno, que no se cumplan.
El método es, enamorar a las masas con retóricas que les hacen creer en bondades que no existen, ni existirán. Enamorar a un pueblo al que nunca se les ocurrió oponer a las ideas políticas vigentes las propias, suyas o de otros políticos en crecimiento como oposición y libres de concursar en un sistema como el que les ha permitido llegar al poder y esclavizarlos mediante tiranías. Como lo hizo Soulouque en Haití posterior a la emancipación de los esclavos. Los Zurdos, perspicaces ejercen la vulgaridad intelectual que afirma Ortega y Gasset (O y G) en la rebelión de las masas. Con hipocresía y manipulación le muestra con frenesí al público ignorante de política y supuestamente tonto útil -como llama Marx y Lenin al populacho, manipulable de Hanna Arendt y Perón- un discurso tan falaz que quien está a dos dedos de ser tontos, se da cuenta que no lo es. Por ello, con discursos que afirman “ser rico es malo” el interlocutor hace un
esfuerzo para escapar de la inminente tontería con inteligencia en el caso de un perspicaz que no se deja engañar. Empero el tonto, que no se sospecha tonto, cree ser discreto, por eso ejerce con torpeza el voto en apoyo de estos pescadores de aguas turbulentas o revueltas.
De esto anterior cita Ortega y Gasset a Anatole France con lo siguiente:
“El necio es mucho más funesto que el malvado. Porque el malvado descansa algunas veces; el necio, jamás”.
Ortega y Gasset afirma que el vulgar se cree sobresaliente y no vulgar. Es por ello que el líder comunista utiliza el lenguaje vulgar para sus discursos, pues, creído de genio, enamora al pueblo manipulable con un surtido de temas, prejuicios, cabos de ideas y vocablos de argot procaz que el azar ha acumulado en su yo interno y con los cuales astutamente arma sus discursos que impondrá por doquier para enajenar la mentalidad del incauto, o necio.
El líder comunista de las revoluciones de los siglo XIX – XXI inspirado en los postulados de Marx, Proudhon, Gramsci, la propaganda de Goebbels y otros antiguos  y post modernos se ha dado cuenta que el vulgo, la prole, el indigente de Pitágoras, no pensaba, ni piensa y ni de lejos osa decidir en arte , ni en ninguna actividad pública, simplemente le parecerá bien o mal lo que el político proyecta en su entorno cotidiano y sus conocimientos precarios de política eran y son producto de la ideas de otros más habidos en menor grado. Por esta causa la idea del globalismo representado por esta sarta de energúmenos con deseo de poder maligno se ha empeñado en dirigir su discurso con fines electorales -en el caso de las democracias imperfectas o no- hacia las masas populares o pobres y no sesgada a la población completa que la conforman, pobres, ricos y clase media.
Principalmente en contra de la clase media, que se ha dado cuenta a través de la historia que las ideas deben estar evidenciadas por potenciales hechos probables (ser taxativas) y ha adquirido conocimientos de cuanto acontece en el universo y que le conviene. El individuo medio:
“Ha perdido el uso de la audición ¿para qué oír si ya tiene dentro cuanto hace falta? ya no es sazón escuchar, sino, al contrario, de juzgar, de sentenciar, de decidir. no hay cuestión en la vida pública donde no intervenga, ciego y sordo como es imponiendo sus opiniones” (Ortega y Gasset, POR QUÉ LAS MASAS INTERVIENEN EN TODO Y POR QUÉ SOLO INTERVIENEN VIOLENTAMENTE en La rebelión de las masas, Ed. Orbis SA.
Pág. 82-83, Barcelona).
Por eso la firme intención de acabar a como dé lugar con las clases medias de las naciones donde ponen sus garras los esbirros del comunismo. En su espíritu anida la insolencia que aflora del inconsciente cuando obtienen el poder. Con el poder la riqueza de sus bolsillos —no de su espíritu deteriorado— se va a acrecentar. De ahí que nuevos ricos en complicidad con el gobierno determina la polarización. Por un lado, la clase armada con el apoyo militar complaciente y traidor a la nación y del otro lado los pobre o indigentes desarmados y enajenados, desmoralizados con hambre, terror
y miseria.

Joise MORILLO
[email protected]
Venezuela USA

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