La palabra del título nos puede llevar a imaginar a alguien en un acto de fe, rezando o pidiendo algo a su referente espiritual, como también evoca en nuestra emotividad a alguien en un acto de voluntaria sumisión, de claro sometimiento.
“Es el voto que el alma pronuncia y que heroicos sabremos cumplir” dice nuestro himno, que parece haber quedado solo en letra muerta que cantamos cuando juega la selección de fútbol.
Últimamente ciertos mandatos de orden internacional arriban a nuestro país generando obligaciones en diferentes asuntos.
Ya sea en la discusión sobre la ley de tenencia compartida, en la LUC o en consideraciones sobre temas del pasado reciente, vemos como siempre aparece una referencia a alguna norma, disposición, resolución que termina influyendo sobre nosotros.
La llamada Corte Interamericana de Derechos Humanos ha determinado que nuestro país debe realizar un acto de reconocimiento, por un hecho que aconteció en el año 1974, en el que se pretende acusar al Estado como responsable de la muerte de tres jóvenes mujeres.
Enmarcada dentro de la Ley de Seguridad del Estado, una patrulla con orden de allanamiento concurre a una finca en busca de un sedicioso requerido y es recibida con disparos desde dentro de la finca en cuestión. Eso se puede verificar leyendo varias fuentes disponibles a la investigación periodística.
En ese enfrentamiento es muerto un capitán del ejército y es herido otro oficial, muriendo tres mujeres que pertenecían al MLN tupamaros en el tiroteo.
Sin entrar en los detalles de este hecho, ya lo hicimos en una columna anterior que titulamos “Las Muchachas de Abril… Los Mártires de Mayo”, quedó establecido que tipo de enfrentamiento ocurrió.
Recordemos que hasta que el fiscal Perciballe mandó hacer la autopsia histórica al departamento de medicina legal de la facultad de medicina, la muerte del Capitán era adjudicada unánimemente al fuego recibido desde dentro de la vivienda y que fue apoyado por el lanzamiento de granadas de fragmentación argentinas. Una dudosa nueva fuente, cambia el relato colectivo, que más se puede decir, obra de sociólogos de izquierda que pululan.
Recientemente, por otra parte, aparece un testigo importante de tal acontecimiento, el senador Gandini, quien era vecino del lugar, dando cuenta que recuerda que existió un largo e intenso tiroteo, lo que entonces nos arroja un poco más de luz a la escena de hace cincuenta años, comprobándose que si hubo un enfrentamiento.
Si los buscados hubieran abierto la puerta o las personas que los cubrieron en su escape, se hubieran entregado en lugar de lanzar este furibundo ataque, seguramente hubieran sido detenidas y nada más.
El fiscal Perciballe, titular de la fiscalía de lesa humanidad, un invento antijurídico que debería eliminarse, ha sostenido en su procesamiento al Gral. ® Juan Rebollo, uno de los protagonistas y además herido de bala, que duda si hubo enfrentamiento y argumenta que hubo un exceso de respuesta por parte de la patrulla militar, lo que claramente demuestra nuevamente que hubo un combate.
La izquierda, así como la prensa obsecuente, cómplice y cobarde, ha replicado insistentemente que eran tres muchachas inocentes, seguramente imbuidas de ese espíritu bueno y generoso que caracterizaba a todos los integrantes del movimiento guerrillero en su afán de cambiar el mundo, cosa que se contradice con la reacción violenta de acribillar al capitán que golpeaba su puerta y arrojar una granada que, por fortuna, no estalló.
Olímpicamente, se ha ignorado por completo que allí murió un Capitán del Ejército, que dejó una familia desamparada, para quien no existe recuerdo.
Un organismo, sin ningún tipo de injerencia en nuestros asuntos, ha intervenido, ordenando que el estado debía hacer un reconocimiento a través de sus máximas autoridades a estas jóvenes abatidas en un enfrentamiento armado.
Lo escribo y me cuesta poder entender el razonamiento de quienes accedieron a cumplir esta acción que se convierte en una afrenta a nuestra soberanía.
Es difícil digerir que parte de nuestro sistema político se nombre a sí mismo como nacionalistas cuando hay lugar a permitir un bochorno propio de un país sin dignidad.
El estado como tal, debió recurrir a sus FFAA para combatir un grupo terrorista que con apoyo internacional atentó de todas las formas contra sus instituciones, sus autoridades y los propios ciudadanos.
Como en una película diabólica, años más tarde ese mismo estado, acepta y acata una imposición externa que le obliga a homenajear a una parte de esos mismos terroristas que antes combatió.
Con la presencia de la vicepresidente de la República, algunos integrantes de los partidos de la coalición y la totalidad de la oposición, o sea el Frente Amplio, más espectadores en el exterior del grupo de familiares de los desaparecidos se llevó a cabo el mencionado homenaje.
¿Que ganó el Estado con el acto?
Absolutamente nada, solo un desprestigio institucional, al haber sido sometido a una decisión de un organismo internacional, con una clara intencionalidad política que hizo arrodillar a nuestro país.
A tirar por la borda el orden institucional, al dar carta de ciudadanía y legalidad a quienes tomaron las armas para conquistar el poder por la vía armada.
A dar un nuevo cachetazo a sus FFAA y policiales, que llamadas a combatir la subversión y hacerlo en forma eficiente y brindando la vida de varios de sus integrantes, son sentadas en un banquillo de acusados y sometidas a todo tipo de escarnio público.
A no saber, o no querer, defender la verdad de los hechos, habiendo sido doblegada por las mentiras de un relato diseñado por quienes ejercieron violencias y delitos de todo tipo.
A seguir dando carta de crédito a movimientos que no buscan ni quieren ningún tipo de reconciliación, paz o supuesta concordia, cuando sus consignas son “ni olvido ni perdón” y reclaman al mismo tiempo que se brinden datos utilizando la vieja táctica de dos pasos adelante y uno atrás.
A seguir permitiendo que una fiscalía descontrolada y anárquica, utilice cualquier tipo de artilugios, atropellos jurídicos, no brinde garantías y condene sin pruebas a servidores de la Nación hoy ancianos y enfermos en una infamia interminable.
A obligarse a pagar cifras millonarias en dólares a las familias de las guerrilleras abatidas, en un sin sentido difícil de explicar, como parte del mandato impuesto por un organismo supra nacional que no obliga ni condena a ninguna dictadura feroz de las que conocemos pese a sus notorias violaciones y crímenes.
¿Quién ganó políticamente?
El gobierno o la coalición, claramente que no, ya que es un acto que reivindica la acción de personas integrantes de grupos armados que políticamente nunca pertenecieron ni militaron en los partidos de la coalición.
El Frente Amplio, Pitcnt y todos los grupos izquierdistas lograron su propósito, al imponer ya oficialmente su relato de la historia, logrando convertir para mucha gente los victimarios en víctimas, manteniendo la llama de la venganza y juicios interminables después de haber desconocido dos referéndums que votó la ciudadanía.
Exponer al ridículo a aquellos políticos que deberían estar ajenos y ser firmes en sus convicciones, ya que se colocan del lado equivocado del mostrador, al querer ser políticamente correctos adulando a sus enemigos irreconciliables que nunca los reconocerán de su lado, solo serán usados lastimosamente.
En algunos momentos el Uruguay parece tener dos presidentes, uno que lo vemos con actuaciones firmes y destacadas a nivel internacional, diciendo y plantándose ante mandatarios extranjeros en una actitud de ser “políticamente incorrecto” como el mismo se ha definido y que genera aplausos.
La otra versión, en su papel interno, donde actúa a diferencia de lo anterior, como maniatado y temeroso de tomar determinaciones, como, por ejemplo, haber intervenido decididamente para que este acto no se llevara a cabo.
Como hemos dicho en otras ocasiones, el llamado pasado reciente no abandona el presente, golpeando con sus hechos, historias, intrigas y misterios, haciendo que por el espejo retrovisor se siga mirando hacia atrás.
En este caso Uruguay no tenía necesidad de someterse a un acto bochornoso que deja una pobre imagen del país, ni siquiera nos deja mal parados, nos deja sometidos ante seres y organismos desalmados, ¡ARRODILLADOS!
Daniel García
Exelente lo escrito aquí…pero los únicos que respetan el pacto de silencio son los hoy perjudicados…y mientras ninguno se manifieste la farsa seguirá existiendo y creciendo.
Un abrazo fuerte al escritor D.G.
Muchas gracias Claudia por el comentario. El sistema en político en general parece no comprender a quien defiende y alguien se beneficia con sus actitudes. Siguen sin comprender, que en el caso de los partidos tradicionales, sus votantes pretenden otras posturas y otras políticas.
Cordial saludo
Muy bueno el artículo y real. Ojalá mucha gente lo lea y empiece a ver la realidad tal como fue y no como la realatan. Felicitaciones! . Saludos
Muchas gracias Sr. Gustavo. La difusión por parte de los lectores al compartir las notas, es una buena forma de llegar a más gente que puedan acceder a la verdad tan tergiversada hoy.
Cordial saludo
Muchas gracias Sr. Bique, aprecio sus consideraciones.
Cordial saludo