Ante la posibilidad de un juicio político la Intendente (si con E, ya que debemos ser inclusivos) responde mediante una conferencia de prensa, al igual que lo hizo su sosias en la vecina orilla cuando recibió el pedido de condena de un fiscal por reiterados delitos. El problema de Cosse es que se la acusa de no responder ante los pedidos de informe y no concurrir ante la Junta departamental de Montevideo cuando se la cita.
Un día sí y otro también vemos este modelo de conducción temerario y hasta autoritario por parte de nuestra representante local, y ese no es el único parecido, también lo vemos en una constante necesidad de victimizarse o de aparecer en shows mediáticos. En el caso de Cosse estos shows se limitan a una imitación de lo que podría ser sentirse en la Torre Ejecutiva, en todo momento la vemos ocupando las pantallas con temas que son notoriamente nacionales mientras que Montevideo, el lugar por el cual se le paga un sueldo, carece servicios tan básicos como la limpieza y salvó la Avenida 18 de Julio es muy raro ver otra calle con más de cuatro cuadras seguidas de veredas sanas. Y no es un chiste, es una dolorosa realidad.
Carolina Cosse se encuentra en ese momento sometida ante la posibilidad un juicio político producto de su propia negligencia, producto de fingir demencia ante los llamados a sala del legislativo departamental o del constante envío de emisarios a hablar en su nombre. En los años que lleva al frente de la Intendencia capitalina no tuvo una sola asistencia ante los ediles saltándose todos los mecanismos de control previstos en nuestra Constitución, al parecer al igual que su original de la otra orilla, piensa estar por encima de la ley, de cualquier control y por ende de cualquier consecuencia de su negligencia.
Su fuerza política hace juego con estas actitudes al darle respaldo y denunciar un atropello contra la Intendente, no señores, atropello comete ELLA cuando desconoce sus funciones, se pavonea por todos lados y en Montevideo saludamos a una rata antes de subirnos a un ómnibus.
Con total desparpajo la señora Intendente realizó un video “explicando” su versión de los hechos y de paso cañazo haciendo política. Un video innecesario, rodeada de símbolos patrios y de la figura de Artigas a su espalda, quien si estuviera vivo estaría lejos de felicitarla. En dicho video al final habla del escándalo de los pasaportes del gobierno (tema muy criticable por cierto) pero omite decir que ex miembros de la seguridad del ex Presidente Vazquez y que tienen antecedentes penales graves hoy forman parte de la seguridad de la Intendencia, también menciona las ollas populares pero no menciona casos como el de La Floresta donde con la comida de los pobres se hacía beneficencia de acuerdo a los colores políticos.
Por si fuera poco en ese video habla de corrido y sin lenguaje inclusivo, es decir que cuando le conviene habla bien y cuando entra en “modo campaña” hace lo que cree conveniente.
Definitivamente la Intendente piensa que vive en una “democracia diferente” como la cubana, pero la eventualidad de un juicio político es justamente por no comparecer cuando se la llama o por responder con evasivas.
Las respuestas las tiene que dar en el organismo correspondiente, no en redes sociales o en canales oficiales de “la Montevideo”.
Lo que pasa que ella sabe muy bien que no hay votos en el senado para hacerle juicio, el FAPIT nunca votaría ese juicio, entonces lo que hace es reírse de la gente y de los ediles