EDUCACIÓN, EDUCACIÓN Y EDUCACIÓN…

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Por: Daniel García.

Con esta consigna se despachó en su momento el Ex presidente Mujica cuando asumía su cargo, sin duda un hecho inaudito en nuestra historia, me refiero a Mujica Presidente.

Cuando uno tiene algunos años encima, la tentación de comparar cosas con el pasado se hace presente. Fui a la Escuela a mediados de los años 60, épocas de cambios en el mundo y en el Uruguay sin duda. 

De todas formas recuerdo con cariño y tengo presente a cada una de mis maestras. Alguna todavía la veo y de otras tengo noticias por amigos.

Ellas tenían la capacidad y formación de ser cálidas, así como exigentes y firmes cuando debían.

Menciono algunas características que seguramente hoy son escasas en el conjunto general.

En el Liceo también tuve la fortuna de conocer y recibir clase de profesores increíbles, los que hacían de la docencia una clara demostración de vocación íntegra.

Si atravesamos el tiempo y aterrizamos en estas épocas, seguro encontraremos diferencias, las que lamentablemente se reflejan en los resultados.

Esto no son presunciones o deducciones que hacemos desde un teclado, porque añoremos otros tiempos, es una dura y triste realidad del Uruguay, agudizada en los últimos años.

A esto debemos adicionar una constante acción de los sindicatos que una y otra vez, distorsionan el normal desarrollo de las clases.

No creo que existan muchos ejemplos en el mundo, donde la interrupción educativa sea una constante. Los estudiantes, creo ya se han acostumbrado a que no haya clases como parte de un accionar supuestamente legítimo.

Es tal el mito que se ha generado alrededor de los derechos de los trabajadores, sus problemas, reclamos y justas luchas, que nadie repara en que al otro día de un paro, todo sigue igual, ningún presupuesto se modifica, ninguna realidad cambió. 

Que cosa distinta proponen los gremios además del paro en si? Hay algún compromiso?

Solo vemos discursos políticos, reivindicaciones cargadas de un sesgo ideológico determinado y poca cosa más. Porque además, cualquier asignación de más recursos no ha demostrado mejoras en ningún ámbito, y eso siempre tiene impresa dos alternativas, o hay que sacarle recursos a otro sector o recurrir al bolsillo del contribuyente para solventarlo.

Con aquello de ser y parecer, tenemos un gran capítulo que comprende a la propia presencia de los docentes, cuando se comprueba que a veces no se sabe bien si son docentes o estudiantes cuando se ponen al frente de una clase, con presencias que dejan mucho que desear.

Sus dirigentes sindicales, obvio que representan fielmente esta tendencia, cuando los vemos en la prensa haciendo declaraciones y nos sorprenden por su aspecto.

Si bien, la crisis de valores camina dentro de la sociedad, haciendo estragos a todo nivel, lo de la educación debería poner a las autoridades en alerta.

Que nuestro sistema educativo “expulse” a casi un 70% de sus alumnos antes de terminar Secundaria es preocupante, alarmante e indignante. Pero peor es, que quienes continúan en el sistema educativo, al alcanzar niveles terciarios, demuestren carencias de comprensión lectora y no sean capaces muchos de redactar un texto comprensible.

Cabe preguntarse, que están haciendo quienes deciden en estos temas? Hay algún cambio previsto? Se revisaron los programas, métodos, capacidad y formación de los docentes? Es un tema general de nuestra sociedad? Los que viajan por el mundo, han observado o estudiado que hacen otros países?. La actividad sindical, afecta o no todo este desarrollo?

Seguiremos en la línea de fomentar y apoyar políticas de género? Que trajeron y que aportan las mismas? El lenguaje deformado que hoy se promueve, alguien lo ha considerado como perjudicial?  Así podríamos seguir preguntando y enumerando aquellas situaciones que nos generan incertidumbre.

El mundo desarrollado anda en otros carriles, la gente se prepara para labores y actividades donde la creatividad, el pensar, el innovar, seguramente se dan de frente con lo que se enseña en nuestros Centros de Formación, impregnados de consignas políticas e ideológicas, además con una clara y evidente orientación marxista, todo lo contrario a lo necesario.

Si los futuros líderes se están formando bajo estas premisas, que solo han demostrado fracaso económico, miseria social y sociedades grises, cuyos habitantes solo piensan en como escapar, entonces el futuro está hipotecado.

La llamada Hegemonía Cultural, a cuesta de una visión de izquierda, ha impregnado todos los ámbitos del quehacer nacional, especialmente el educativo, ya que el campo de las ideas y el pensamiento ha sido un objetivo estratégico del marxismo en general.

El relato del pasado reciente, acomodado a su interpretación, se suma a otros relatos históricos que han tergiversado páginas enteras, abonado por un abandono del buen combate ideológico, por parte de quienes se supone están en el campo rival.

CONTEXTO de alguna forma, nos permite, intentar entablar ese debate ideológico, en el que estamos convencidos de defender aquellos valores y principios que distinguen nuestra Civilización Occidental, rival de las ideas disolventes del mundo marxista.

El sistema educativo, además del entorno familiar, forma a los ciudadanos, en sus valores, en habilidades y destrezas, para que a través de múltiples actividades, una Nación prospere y se desarrolle.

Pero si los ciudadanos se forman con carencias, sin expectativas, sin objetivos ni propósitos, el fracaso de miles de personas está asegurado.

Lo vemos? Lo percibimos hoy en día? Fieles exponentes parecen ser, los tristemente llamados NiNi, aquellos que ni trabajan ni estudian. Preocupante panorama que abarca a miles de jóvenes sin expectativas, engrosando legiones que en cientos de esquinas y predios, transcurren su vida haciendo nada, convirtiéndose en potenciales agentes delictivos en sus diferentes alternativas o personajes frustrados sin destino cierto.

Han habido propuestas, como las del Senador Manini, en un intento de ofrecer alternativas para no perder, e intentar encauzar a estos ciudadanos a un mejor futuro, pero, siempre hay un pero, la resistencia a aceptar otras iniciativas novedosas, pone el freno de mano en este Uruguay a veces muy egoísta.

Ante una certera desaparición y transformación que está llegando a miles de empleos, como se prepara nuestro sistema educativo para dar respuestas y certezas?

No veo muchas cabezas pensando o proponiendo, salvo iniciativas o impulsos aislados para cambiar estas realidades. Los directamente involucrados, están pensando en movilizarse, reclamar más presupuesto, en el 68 se asignaban recursos cuantiosos de nuestro PBI y los gremios encendían en conflictos a toda la sociedad, años más tarde reclamaban volver a los presupuestos educativos del año 68, pero siempre girando, al igual que en el 2021, con la consigna de “asignación de más recursos” .

La sociedad asiste inerte a un inexistente debate que pueda echar luz y dejar en evidencia que la problemática pasa por otros carriles. El Frente luego de 15 años de gobierno, se jactaba de la cantidad de recursos volcados a la seguridad. Resultado? Un desastre incomparable, parte de la explicación de perder el gobierno, ya que no todo es reparto de dinero, está más que demostrado, que el asunto es como y para que se gasta, como se rinden cuentas y como medimos los resultados. De ahí todo lo que hemos descubierto, muchos con una enorme boca abierta, en Ancap, Pluna, Regasificadora, Antel y un larguísimo etc. de despilfarros sin control e irresponsables, con cierto aroma a delitos en muchos casos.

La Hegemonía Cultural ha machacado en el tema recursos, por lo que mucha gente cree y apuesta a eso.  Créame, que eso no arregla ni los problemas de la educación, ni los problemas de su casa, ni de la mía, si los utilizamos o administramos mal.

Es un secreto a voces, el hecho que tanta gente considere y pretenda que sus hijos concurran a un centro privado de enseñanza, prueba contundente de la pobre confianza en el sistema público, sin que esto signifique calidad o resultados espectaculares por lo privado, salvo excepciones. De hecho el Liceo Militar se distingue por sus buenos resultados, a pesar de su carácter público. Clara demostración que las cosas funcionan con otros parámetros, cuando pretendemos demostrar resultados bajo otras consideraciones.

Uruguay tiene desafíos, temas importantes para ocuparse, pero pocos como el pensar en las futuras generaciones y su formación integral.

Ahí se juega verdaderamente el futuro de nuestros hijos, nietos y las demás generaciones, en un impostergable tema, que sin repetirlo tres veces, se le preste la máxima prioridad, atiendan la Educación.

2 COMENTARIOS

  1. Descripcion impecable de la cruda realidad…no en vano se insistia que » la Educacion habia sido entregada » desde los 70′ por quienes luego ejercieron magistraturas …hoy la cosecha es pingue para los colectivos…las tribus y su territorio!

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