Primero sería bueno que conocierais la etimología del alma. O sea, de donde proviene la palabra alma. Es derivada del latín ánima, por ende, ánimo. Luego discernir al respecto y evitar silogismos. Entonces, como primera premisa tenemos que, para tener alma debe haber vida; o sea, ánimo, existencia.
Seguidamente y, de contenido de economía ecológica, sea, de relación con lo que circunscribe al individuo incluyendo ambiente tanto social como natural y, considerando lo que es bueno para sí mismo como: atender gustos, decisiones, habilidades y proyectos, en función de no ser una omisión para el mundo, se concibe el espíritu.
“He ahí el alma en pleno desempeño, existir por sí mismo en una cotidianidad factible y decorosa, digna.”
Alma es en sí, el manejo inmanente de la conducta en función de vivir. Que, para mejor propósito se comparte en beneficio común con otros.
Con esto se comparte algo, ese algo es vuestro espíritu propio de un excelente estado de ánimo. Ergo, he ahí el alma, si existe, pero no es eterna, sucumbe a la muerte. Su legado es lo que sobrevive en la medida de su potencia, la madurez del espíritu. Si esta potencia es enorme trasciende en la historia y se hace inmortal.
“El alma es existencia misma, sin vida no hay alma.”
De cómo la bondad del alma trasciende en la historia y hace inmortal al espíritu, veamos un ejemplo a seguir.
Tomemos a Jesús de Nazareth como hombre, nuestro difunto hermano por la obra del creador.
La verdad soy yo -Jesús dixit-, es la premisa de una oración auténtica y verás que postula una razón ontológica, «lo que es no puede no ser» (Heráclito).
En el modernismo diría Descartes: «Cogito ergo, sum» (si pienso entonces existo). He ahí una verdad absoluta, empírica, es acto.
El nazareno, plantea como verdad lo que falta al mundo, amor. Por ende, hacerle caso a su verdad compete a amar, en eso estriba amarse así mismo. ¿Que pretende Jesús, erudito por inmanencia y cultivado por más de veinte años con la sabiduría oriental y mediterránea, con esa premisa?
Explico, de su propia expresión, “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, principalmente de prejuicios de toda índole, esto aunado al amor, que es estética del espíritu, y salvar las necesidades naturales del hombre, es lo único que necesita para vivir en armonía y paz en el mundo ��� que le toca vivir.
Al momento de la última esperanza (la muerte), la paz aliviará vuestras almas. Eso es el cielo. En seguir la enseñanza de Jesús como maestro, ante todo, radica la voluntad de darle bienestar al alma. Ese es el espíritu de Jesús que ha trascendido más de 2000 años.
O sea, es y será inmortal.
El alma no muere según Platón
Discrepo, El alma muere, lo que no muere es el espíritu que esa alma genera. Sin embargo, este se extingue en el caso de no tener suficiente merito para pasar a la eternidad.
Todo radica en la contemplación del espiritismo. El espíritu de un alma noble no desaparece al morir quien le contiene, pasa a otra fase o forma de la existencia, trasciende en luz como parte de la historia, que resplandece en todos los cuerpos (los seres), se vuelve carne y nace de nuevo para ser de nuevo útil al mundo vivo. (La metempsicosis aristotélica).
Metafísicamente, está en la genética de quienes son amados y quienes aman o amaron la bondad y la belleza de quienes contienen y/o contuvieron esa alma.
En eso estriba la inmortalidad del alma platónica. Un ente de alma noble a medida que transcurre su vida terrenal igual que va siendo útil a sí mismo como a los demás, adquiere sabiduría y suficiente carácter para generar un espíritu inmortal.
Esa sabiduría y carácter en conjunto son, precisamente, parte de la virtud del espíritu que el alma entrega al mundo, lo cual exhorta a concebir lo bello, lo bueno, amor. En la medida que ese espíritu permanece vigente en el ámbito viviente del ser o ente que lo contiene; en esa medida, el alma se eleva en potencia y trascenderá a la eternidad mediante su espíritu. Por ende, será infinito para el mundo que le ha amado y seguido. El único mundo, formado, exclusivamente por seres humanos.
Os ama
Joise Morillo
Venezuela USA