Días pasados, al cumplirse 50 años en los que el Parlamento de la época decretó el “Estado de Guerra Interno”, el Senador Guido Manini, hizo recordar ese hecho histórico, cuyo impacto e importancia no se podía dejar de evocar.
Tal acontecimiento, seguro debe de haber pasado desapercibido para la mayor parte de la ciudadanía, haya sido testigo de la época o no.
Pero no quisimos dejarlo pasar, sin aportar nuestra visión, ya que la invocación a la reconciliación, dar vuelta la página y tantas otras buenas intenciones, se encuentra en la realidad, lejos de poder alcanzarse.
Ya dijimos en notas anteriores, que la llamada “Guerra Fría” entre los EEUU y la Ex URSS, tomó como campo de batalla, Centro América y América del Sur, con el accionar de diferentes grupos guerrilleros, cuyo objetivo era tomar el poder por las armas.
Los Estados responsables, debieron hacer uso de sus Fuerzas Armadas y Policiales, para dar combate y reprimir el accionar de estos grupos clandestinos e irregulares, que tantas víctimas inocentes produjeron.
El triunfo de la Revolución Cubana con Fidel Castro y el Che Guevara, fueron inspiradores, como instigadores de la formación, entrenamiento, financiación de estos grupos, lanzados a una revolución de clara inspiración marxista y sus variantes maoístas inclusive. Confirmado todo esto por el propio Fidel Castro, quien confesara años después todos estos detalles.
Senadores del Frente Amplio en sus exposiciones, fueron por los argumentos conocidos, la crisis económica, el FMI, los análisis de Benedetti, Galeano, Marcha, las luchas obreras, la violencia de grupos fascistas, el escuadrón de la muerte, la CIA, el Plan Cóndor, el gobierno de Pacheco, las Medidas Prontas de Seguridad, los mártires estudiantiles, los desaparecidos, por supuesto, etc. Se nombró a Ferreira Aldunate casi como un líder propio, más que al mismo Gral. Seregni, al que dejaron vapulear años después, en el ostracismo por el nuevo líder y sus seguidores.
Todo esto como traído de los pelos, como que todas estas cosas fueron antecedentes para llegar al hecho de que se votara el Estado de Guerra Interno, donde no hubo culpables, ni una sucesión de hechos que provocaran llegar a tan grave decisión.
El Estado de Derecho y la República, tiene sus mecanismos de defensa y garantía de su propia existencia, cuando la misma está amenazada, no ya desde el exterior, sino desde aquellas acciones producidas en el interior de la sociedad.
La Constitución, que contiene el compendio de normas para que el Estado de Derecho funcione, tiene previstos los mecanismos legales, que ayuden a su preservación, como a aplicar aquellas medidas necesarias para defender a los ciudadanos y las propias Instituciones.
La Policía es el primer elemento dotado, de los medios necesarios para preservar el orden interno, así como ser un brazo auxiliar de la justicia.
¿En su accionar puede cometer excesos? Por supuesto, porque lo integran hombres y mujeres, que muchas veces se encuentran en situaciones donde la violencia y la cercanía de la muerte, pueden hacer que los mecanismos de defensa y reacción estén altamente sensibilizados.
Cuando estos excesos se comprueban, las medidas disciplinarias suelen ser duras y muchas veces contundentes. En aquellos tiempos, signados por una alta violencia política, a la que se sumaba el accionar de grupos terroristas fuertemente armados, como adoctrinados ideológicamente para actuar sin piedad, motivaron que el Estado debiera recurrir a un escalón superior para contrarrestar la acción de estos grupos armados.
Por lo tanto, ni a la Policía se le ocurrió un día salir a reprimir gente y menos a las FFAA le interesó o buscó tener que ingresar, a una guerra diferente a aquella para la que se habían preparado.
Los argumentos de los Senadores del Frente Amplio, pretendiendo endilgar intenciones represivas ciegas, irracionales, no resiste análisis. Porque no terminan de asumir, reconocer, que la acción fue desatada por grupos ilegales, a los que ellos lo único que han hecho es, apoyar, defender, justificar y en muchos casos integrar, porque su mesianismo solo enceguece y nubla sus razonamientos.
La modificación de la historia, con un relato caprichoso y acomodado, ha tergiversado la realidad, cuando se defiende y se quiere hacer creer, que el periodo dictatorial se debe considerar desde el año 1968, una aberración historiográfica, solo justificable por una intención de ocultar los hechos al tergiversarlos.
Las luchas de los sindicatos de la época, que hoy se quiere poner como justificación de los reclamos, así como la represión que se imponía para restablecer el orden público, no son otra cosa que deberes ineludibles de un Estado de derecho. Se omite deliberadamente decir, que esas “luchas” eran llevadas a cabo con una violencia y caos inusitado, se incendiaban autos y unidades del transporte, las huelgas eran salvajes, se buscaban y ejecutaban personas causándoles la muerte, que muchas veces terminaron siendo “mártires” creados para seguir justificando su violencia. Había también personas secuestradas, incluyendo diplomáticos extranjeros.
Se omite además, que años después, otras luchas y reivindicaciones, hacían alusión a que se debía volver al salario del año 68, como también se agregaba como objetivo, volver a los presupuestos de la educación asignados en ese mismo año. ¿En qué quedamos entonces, son creíbles los motivos de aquella violencia?
¿Qué diferencia había entre estos grupos guerrilleros como el MLN-T, que hoy en día despiertan la compasión y justificación de tanta gente con el accionar de grupos como la ETA, Sendero Luminoso o el Estado Islámico que tantas condenas y horror producen? Ninguna, porque todos tienen puntos de contacto, ideológico, de propósitos, de apoyo, de ilegalidad, así como un camino en el que se brindan asistencias mutuas, comparten muchas veces lugares de entrenamiento, así como fuentes ilegales de financiamiento.
Un relato perverso, una hegemonía cultural que ha invadido todos los quehaceres y que ha nublado el sano razonamiento para distinguir simplemente lo legal de lo ilegal.
Los asesinatos o ejecuciones del 14 de abril de 1972 solo fueron la gota que derramó el vaso. Un Estado, un Parlamento con un grado mínimo de responsabilidad, no tenía otra opción, que la de poner el peso de la ley al servicio y protección de la ciudadanía y sus Instituciones.
¿Qué opción había ante un desborde de violencia, cuyo objetivo era justamente amedrentar, paralizar las reacciones de las autoridades legítimas?
El pueblo reclamaba, exigía acciones firmes y contundentes para detener y combatir la subversión fuera de control.
No hay argumentos posibles para desestimar, deslegitimar o criticar las medidas que el Parlamento tomó.
El Frente Amplio ha sido cómplice de estos grupos, los que apoyaron desde el año 1971 como opción electoral a la coalición de izquierda, siendo actualmente parte integrante del Frente Amplio.
Los Senadores de izquierda han querido interpretar a los grupos subversivos, minimizando sus acciones, han querido hacer ver que sus integrantes eran solo personas que pensaban distinto, que eran muchachos llenos de ideales, que fueron salvajemente reprimidos, torturados y encarcelados durante años.
Eso es un relato romántico, de lo que nos quisieron hacer creer, que los Robin Hood habían llegado para imponer justicia en una sociedad con desigualdades.
La verdad ha sido muy distinta, estos idealistas, muchos recibieron formación militar en el exterior, en fabricación y uso de explosivos, manejo de armas, sabotaje, seguimiento y todo tipo de operaciones ilegales.
¿Con qué propósito un grupo haría estas cosas? Esto no es política amigo lector, pongamos las cosas en su lugar.
El Partido Comunista tenía un aparato armado clandestino en formación desde el año 1964, en 1976 fueron descubiertos y exhibidos en la Universidad, las armas encontradas en 66 “berretines” o enterramientos clandestinos.
Años antes, habían recibido armas capturadas en la guerra de Vietnam al Ejército de EEUU, que terminaron engrosando ese arsenal clandestino, las que arribaron a nuestras costas a través de un carguero ruso, en forma ilícita.
Esto es historia y no se puede dejar pasar, no se puede ignorar, casi nadie pregunta o cuestiona sobre estos hechos, no hay periodistas de investigación que se planten y hablen de estas cosas reales que acontecieron y que en definitiva nuestro “Gorbachov” uruguayo, Esteban Valenti, ha confesado.
Señores, en Uruguay se ejecutaron personas, se las siguió para vigilarlas y se las asesinó, policías, militares y civiles, con saña y crueldad, acribillados con decenas de disparos, maniatados con alambre, como vemos hoy y nos horrorizamos, como proceden los sicarios del narcotráfico.
Están los planes elaborados por el MLN, están los documentos del Partido Comunista, donde se detallan los objetivos y como procederían.
Hoy nos quedan para el imaginario colectivo, canciones, libros, grupos de artistas, que nos transmiten una visión romántica, en la que se ignoran las verdades, los hechos y los protagonistas de una sangrienta época.
Mujica, Topolansky, Bonomi, Engler, Blixen y tantos otros más, tienen asesinatos en su cuenta personal, por los que pagaron una parte y no toda la pena que correspondía. Cuando las personas toman las armas, integran movimientos clandestinos, colocan bombas, secuestran gente y roban, corren y deben asumir el riesgo que puedan morir o ser capturados.
Nunca escuché a nadie, que preguntara a los familiares de estas personas, que hacían cuando aquellos estaban en estas actividades. ¿No sabían? ¿Eran tan clandestinos y compartimentados que desconocían lo que hacían? ¿O si sabían, pero eran cómplices en definitiva?
Podrán ser muy justos sus reclamos, pero estas cuestiones también deberían responderse.
Las guerras de tipo irregular, como las llevadas a cabo en los años 60 y 70, no son como las de la televisión, donde están los americanos y los alemanes o japoneses de un lado y del otro.
Se involucran civiles, no identificados, cualquier persona puede ser parte de un grupo irregular, cualquiera puede portar un arma, una bomba.
Integrar células, ser parte de columnas con determinados objetivos y acciones, convirtieron a quienes integraron estos grupos, en fanáticos radicales, adoctrinados política e ideológicamente, para estar convencidos de su misión casi mesiánica.
Su detención e interrogatorio por las autoridades, fueron hechos necesarios para desarticular estas organizaciones, que fueron tomadas como modelo, hasta por grupos terroristas extranjeros como las Brigadas Rojas de Italia.
Agregamos, cuando se nombra que el MLN en 1972 estaba desarticulado y no se justificaba nada de lo que sucedió luego, que se ignora deliberadamente, se oculta, que aquellos que no fueron detenidos, se reorganizaron en el exterior, formaron nuevos grupos y que sus objetivos permanecían incambiados.
Inclusive, aquellos que entendían que la lucha armada ya no tenía sentido, fueron colocados en la categoría traidores y pasaron a integrar lista de personas a ser ejecutadas. Esto es historia, verídica, ha habido testimonios de esto, que como sabemos ningún periodista encara, menciona o investiga.
La izquierda no hace autocrítica de las elecciones y plebiscito que perdió, pero tampoco ha sabido, ni querido realizar, autocrítica sobre ese periodo obscuro de la historia reciente, que tuvo a sus integrantes como protagonistas.
Aquí solo dimos un pantallazo de algunos acontecimientos para fundamentar nuestra opinión, habría cientos de hechos más a tener en cuenta, nos queda siempre la sensación o más bien la certeza, que la historia no se ha contado completa, por lo que el pasado reciente, sigue estando muy presente…