Raúl Blanco
Tengo pareja, dos hermanas, tres hijas, cuatro nietas, una nuera y una socia en un emprendimiento. Nadie me va a enseñar, o dar cátedra, sobre lo que significa ser mujer hoy día en esta sociedad machista, aunque moleste mi afirmación.
Me considero feminista, a pesar de los insultos y desprecio de algunas féminas por la sola condición de ser hombre.
Las feministas, sí me representan, porque creo entenderlas, coincido, y apoyo sus reclamos y reivindicaciones, porque defiendo la libertad, equidad e igualdad.
Algunos colectivos, también me representan, sobre todos aquellos moderados, firmes pero moderados y abiertos al diálogo y al intercambio de opiniones, sin fanatismos.
Otros colectivos feministas, son otra cosa, no me representan porque no los entiendo. No sé qué buscan, no sé quién los dirige, ni sé cuál es su objetivo final. Son más colectivos que feministas.
De las fanáticas radicales, directamente lo único que se me ocurre es preguntarles si son feministas, barras brava, o qué. No sé si lo que buscan es defender a las mujeres, o su propósito es boicotear a los movimientos feministas, porque de Libertad, Equidad e Igualdad poquito lo de ellas.
Los movimientos feministas, hace tiempo que comenzaron a escucharse en todas las filas políticas y sociales, pero poco a poco se ha cambiado la óptica de las miradas, según las orientaciones partidarias.
Hay un numeroso grupo de defensoras de las reivindicaciones de la mujer que se han ido inclinando, o considerándose las verdaderas representantes de las mujeres, despreciando a otras mujeres por ser de diferente ideología política, o por no ser tan combativas al momento de hacer públicas las ideas en marchas y actos.
Ya el 8M se ha desdibujado, porque las exteriorizaciones de adhesión y apoyo van cambiando año a año. Por un lado algunas expresiones se han vuelto más virulentas, showoffs y mucha coreo, y otras se hacen moderadas, o van cambiando la forma de hacer sentir la voz de la mujer, hasta alejarse de la principal avenida de Montevideo, aunque algunas digan que cada año van más mujeres a la marcha.
Y eso le hace mal a la propia mujer, porque sus expresiones son válidas, no así las formas.
Quizás el problema es cómo se da el mensaje y no las mensajeras.
Hay mensajes que no se entienden, o no le llega bien a la gente.
Le pregunto a algunos colectivos si realmente su objetivo es la mujer como tal, o son vehículos para canalizar sus ideologías o quizás las frustraciones personales de algunas, reuniéndose en forma tribal con sus iguales para ganar visibilidad.
Sé que a muchas personas le van a molestar mis palabras, pero reitero, a las verdaderas feministas las entiendo y apoyo, pero a algunas mujeres y colectivos no puedo entenderlos porque no sé qué buscan. O quizás ellas tampoco lo sepan.
En el mundo entero hay mujeres que no necesitaron insultar, aparecer semidesnudas, armar circos, agredir al otro, o inventar eslóganes de odio, para marcar una diferencia en sus vidas y ser ejemplos para la humanidad:
Ada Lovelace (Matemática)
Alfonsina Strada (Ciclista)
Ameenah Gurib – Fakim (Presidenta y Científica)
Amelia Earhart (Aviadora)
Anna Politkovskaya (Periodista)
Artemisa Gentileschi (Pintora)
Aung San Suu Kyi (Política)
Balkissa Chaibou (Activista)
Brenda Chapman (Directora de Cine)
Eufrosina Cruz (Activista y Política)
Matilde Montoya (Doctora)
Maya Angelou (Escritora)
Las Hermanas Mirabal (Activistas)
Miriam Makeba (Activista y Cantante)
Rosa Parks (Activista)
Ruth Bader Ginsburg (Jueza Corte Suprema)
Wangari Maathai (Activista),
y muchas, muchas más.
Qué bueno sería ver la foto de algunas de estas mujeres el 8M del próximo año.